Capítulo Diez.

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¿Cómo no preocuparte si tienes veintidos llamadas perdidas de tu mejor amiga? Usualmente te asustarían más las de tu madre, pero en mi caso es mucho peor.

"No quiero que vuelvas a pasarlo por alto. Pone un solo pie en tu casa y me llamas. Me importa un carajo si te está hablando, me llamas de todos modos."

"Estaré pendiente del teléfono."

Eso fue lo que le dije cuando me estaba por ir, el lunes. Quería estar totalmente enfocado en que el mal nacido de Jack, su hermanastro, no estuviera cerca de ella. Por la forma en que vi aquellas marcas de golpes en su piel supe que él estaba tranquilo, no quería ni recordar cómo eran las marcas si él estaba enojado.

Por enésima vez marqué su número. Con mi mano derecha sostenía el teléfono y con la izquierda el volante. Agregando que estaba también concentrado en la calle, no quería vivir ningún accidente automovilístico.

Cuando corté la llamada número veintisiete fue cuando estacioné frente a su casa. Bajé rápidamente del auto, lo cerré y corrí hacia la puerta para, al llegar, tocar fuertemente. Me estaba desesperando al tercer toque, tanto que estaba por tirar la puerta, cuando se abrió dejándome verla. Largué todo el aire de los pulmones y la abracé fuertemente, escondiendo mi cara en su cuello. Ella me correspondió dudosa pero con la misma dulzura y suavidad de siempre.

—Zayn…—Susurró tranquila. —¿Qué sucede? —La apreté un poco más hacia mí.

—Lo siento. —Murmuré. —Soy un idiota.

—¿Por qué, cariño, qué has hecho para ser un idiota? —Me separé y con cuidado acaricié su mejilla. La miré a los ojos, estaba confundida.

—Jack vino, me llamaste mil veces y no te atendí. Pudo haberte pasado cualquier cosa.

—¿Qué? Cielo, no ha venido Jack, y yo no te llamé. Solo una vez en la mañana.

—¿Cómo? —Fruncí el ceño al igual que ella.

—Pasa, Zayn, hablaremos adentro. —Asentí y pasé completamente. Ella cerró la puerta y caminó junto a mí a la sala, donde nos sentamos en los sillones. —Explícate.

—Tengo veintidos llamadas perdidas tuyas, una tras otra.

—¿De qué hora? —La miré confundido. Busqué en mi teléfono y le contesté:

—Hace dos horas.

—Ay, Zayn…—Negó con la cabeza, sonriendo. —He perdido el celular esta mañana. Es imposible que yo te haya llamado.

—Oh… que raro entonces. —Suspiré aliviado. —Me desesperé, te llamé muchas veces, pensé que te había pasado algo malo.

—Tranquilo, estoy bien. —Dijo acariciando mi cabeza.

—¿Cómo estuvo la escuela hoy? —Pregunté para cambiar de tema.

—¿No fuiste? Yo no fui hoy. —Sonreí de costado.

—No, no fui. ¿Por qué no asististe a la universidad, niña traviesa? —Rió.

—Tenía que terminar unas cosas del trabajo, que por suerte hoy tengo día libre.

—¿Entonces, vamos a pasear?

—¿Pasear? —Asentí.

—Quiero salir contigo. Tengo noticias para darte, pero primero quiero que la pasemos bien.

—De acuerdo. —Respondió sonriendo. —Eso me encantaría.

—Bien. —Sonreí satisfecho.

Esperé a que se cambie para salir y cuando terminó salimos para ir directo a mi auto. Le conté cómo me fue con los chicos en el ensayo y que le mandaban saludos. Sería realmente difícil hablar con ella sobre mi nuevo compromiso.

Recuerdo lo que me había dicho cuando bailábamos el vals.

"Eres bueno, ya quiero verte en tu boda"

No lo dijo mal, lo dijo con un tono lindo, dulce. Supongo que se espera la idea de que algún día yo me case, tal vez no se espere que sea tan pronto, pero me encargaría de decírselo despacio y con tranquilidad, no soportaría el hecho de que algo en nuestra amistad se rompa.

Luego de que imaginé besarla.

≪—Zayn… ¡Zayn! ¿Estás bien? Quedaste como tonto.—Dijo divertida.
—Am… sí, lo siento. Es que solo pensaba.
—En qué.
—En que estoy seguro de que jamás querría perderte. —Me miró tierna.
—De todos modos yo no tendría por qué alejarme. —Volvió a abrazarme.≫

Cierto, ella no tendría porqué alejarse, a menos que yo esté comenzando mi nueva vida y ella tenga que correrse un poco. La conozco y sé que pensará eso, pero no podría dejarla hacer eso. Ella lo es todo para mí, mi vida entera. Amo a Perrie, lo sé, pero es un caso aparte. _____ ha estado en mi vida desde que nacimos, con solo un par de días de diferencia.

¡Dios! ¿Cómo le diré? No entiendo por qué se me hace tan difícil pensar en eso. _____ sabría entenderlo. Me lo dijo hace poco, y la verdad me sorprendió.

≪Tú has sido mi amigo toda la vida, es obvio que no me alegra que tengas novia, ¿bien?. Me siento extraña al verlos besarse o hablarse cariñoso. ¿Eso querías saber?. Pero soy adulta, y aprendí a aceptar que no siempre estaremos juntos, que ambos iremos por caminos separados, tendremos vidas propias…, es por eso que me hice amiga de Perrie. Porque te quiero, y ahora la quiero a ella también.≫

Ella misma dijo eso. Le resulta extraño cuando nos ve juntos y que no se alegra de que tenga novia. Recordar eso no me ayuda para nada, porque ahora me doy cuenta de que ella no está del todo feliz con mi noviazgo, no me imagino si se entera de que nos casaremos.

Mierda.

Speak Now  ›z.m‹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora