─Decisiones─
─Papá ¿qué dices? No estoy... no vamos a tener un bebé─ dijo Howard confundido por las palabras de su padre.
─Hijo, llevas la marca de tu Alpha, lo normal es que se conciba al recibirla─ contestó su padre con una sonrisa.
─Señor, lamento decepcionarle pero tomamos medidas para que eso no suceda─ dijo Jarvis, aunque quien realmente tomó medidas fue Howard, no era tonto, sabía que conseguiría que su Alpha cediera, así que se preparó para evitar el embarazo, no quería tener que adelantar la boda por eso.
─¿Están seguros? No voy a enojarme si se casan mañana y en nueve meses nace mi primer nieto.
─Papá, estoy seguro, pero no te preocupes, después de la boda te prometo que nos encargaremos del tema de los nietos─ sonrió Howard, realmente no hablaron sobre el tema, desconocía la opinión de Jarvis sobre el tema, quizás el querría esperar un poco más o... ¿Jarvis quería hijos? Howard no recordaba que en algún momento lo mencionase o que siquiera fuese especialmente simpático hacia los niños.
Cuando Stark padre se marchó, el Alpha volvió a su tarea de arreglar las cosas de la mudanza, pensó en qué hacer con su apartamento y decidió rentarlo, cuando se hallaran instalados en el nuevo sitio buscaría inquilinos poniendo un anuncio en el periódico. Como cosa rara, Howard permanecía callado viendo la televisión, no intentó seducir otra vez a su Alpha, lo que resultaría más natural en él.
─¿Quieres salir a cenar?─ Propuso el Alpha cuando la noche cayó ─O puedo ir por una pizza.
─¿Cuándo nos casaremos?─ respondió viendo a su prometido como si le doliese algo.
─¿Es por eso que has estado callado toda la tarde? ¿Te preocupa que no fijásemos una fecha para la boda?─ preguntó Jarvis yendo hasta el sofá donde descansaba Howard para abrazarlo.
─Estuve pensando... no hablamos de los temas importantes que no son del trabajo, apenas si tocamos el tema de la boda, de no ser por mi padre aún no hubiésemos acordado nada sobre el sitio donde viviremos, quiero casarme Jarvis, pero aún me resultas un misterio, todo el tiempo estoy diciéndote lo que deseo y nunca escucho lo que quieres, un poco es culpa mía porque suelo decir todo como una orden directa, pero eso es en el trabajo, aquí somos tú y yo, no quiero ser uno de esos matrimonios que al terminar el primer año se odian porque jamás hablaron con honestidad... ¿qué es lo que deseas Jarvis?
El Alpha suspiró respondiendo ─Lo que tanto quería, por lo que rogaba un milagro, ya lo tengo Howard, lo conseguí, eres tú todo cuanto necesito, quiero que tengas la boda que te haga feliz, si quieres que corramos mañana al registro civil para casarnos o si quieres esperar un mes o tres años, estoy dispuesto a cumplir cada uno de tus deseos porque yo tengo lo único que me importaba, te tengo a ti.
─¿Significa que te da igual si nos casamos o no?
─Si es lo que interesa saber, siendo honesto, no me da igual, quiero que nos casemos, eres mío por vínculo, pero quiero ver mi nombre junto al tuyo en el acta de matrimonio, que te reconozcan como mi esposo y me vean como tu esposo, además, quiero que nuestros hijos nazcan bajo el matrimonio.
─Entonces fijemos una fecha para la boda, hagamos una boda a lo grande, que podamos contarle a nuestros hijos y nietos, quiero fotos, baile, bebidas, personas felices festejando con nosotros el día más importante de nuestras vidas─ sonrió más animado Howard, su prometido respondió a la pregunta que estaba rondando en su cabeza, también quería niños y él se encargaría de que llegaran.
─¿Qué te parece una boda en primavera?─ propuso Jarvis y Howard sonrió, ellos se conocieron una primavera años atrás, bajo la sombra de un árbol en Central Park conversaron por primera vez, posiblemente allí nació ese amor que se cultivó por mucho tiempo y maduró con ellos, llevándolos hasta ese momento de sus vidas.
─El veintitrés de mayo─ respondió Howard abrazando a su Alpha con alegría, en tres meses se casarían, ahora sí que necesitarían ese organizador de bodas que propuso Stark padre.
La noticia de su relación sacudió a toda la empresa el lunes por la mañana al presentarse su jefe con la marca de Jarvis y el hecho que el Alpha se tomó la molestia de tomar la cintura de Howard en clara señal de pertenencia al entrar esa mañana al edificio. No, no fueron nada discretos, pero tampoco hicieron un comunicado de prensa, no al menos ese día.
El jueves en la página de sociales se exhibió el encabezado del anuncio de la fiesta de compromiso de Howard Stark y Edwin Jarvis, un evento privado al que solo asistirían los más allegados. Para aquellos que pretendieron por mucho tiempo la mano del Omega esperando echar guante a la empresa fue un golpe muy fuerte enterarse que oficialmente estaba fuera del mercado.
─Peggy será el padrino de ambos─ informaba Jarvis al organizador de bodas que tomaba nota de todo, los novios resultaron ser un poquito exigentes, aún no decidían el sitio, todo les parecía bonito, pero en palabras de Howard, "nada es impresionante, no siento que tengan algo especial" ni la iglesia en las afueras con un hermoso jardín y un estanque precioso con patos resultó de su agrado.
─¿Y las madrinas?─ preguntó el joven viendo al Omega que se recostaba tranquilamente en el hombro de su prometido, debía admitir que hacían una pareja muy linda, estaba acostumbrado a las bodas de las altas familias de sociedad, con los novios preocupados por superar la boda de sus amigos, sin embargo, esta pareja solo quería encontrar lo que les hiciera feliz.
─Angie Martinelli, es la novia de nuestro padrino y Sarah Rogers─ añadió a la lista Howard.
─Supongo que es todo por hoy, pasaré mañana por la tarde por el futuro señor Jarvis para elegir el traje de novio─ dijo tomando sus cosas y dejando a los tortolitos con un gran dilema, la elección del lugar.
Al Alpha se le ocurrió una idea, no sabía si le gustaría a Howard o si los dejarían hacer la boda allí, pero llevó a su prometido hasta Huntington para visitar su propuesta, recordaba vagamente el sitio, sin embargo, no olvidaba lo hermoso y magnífico que le resultó. Consideraba a Howard como su tesoro más preciado y por ello creyó conveniente casarse en nada más y nada menos que un Castillo.
─Es hermoso─ dijo Howard tan solo bajar de auto admirando el lugar, uno de los empleados informó que recientemente ofrecían el servicio de bodas a lo que el Omega sonrió y pidió información sobre todo. Los jardines eran preciosos, el interior resultaba exquisito, aquel era el lugar en el que siempre soñó casarse. ─Haremos la boda aquí─ decidió saltando a los brazos de su Alpha con una sonrisa ─Gracias por pensar en esto para nosotros.
─No mereces menos─ respondió el mayor sosteniendo con fuerza a su prometido.
Quizás no tendrían bebés en un futuro inmediato, pero tendrían la boda que tanto soñaron junto a la persona que amaban y, para curar un poco el instinto materno de Howard, tenía al pequeño Steve, hijo de su buena amiga Sarah que estaba por cumplir un año. Ellos incluso bromeaban diciendo que si Howard tenía algún hijo o hija Omega, podrían comprometerlos.
─Tiempo al tiempo─ agregaba Jarvis viendo a su prometido jugar con el bebé, estaba seguro que serían buenos padres cuando decidieran tener a sus bebés.
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N/A: ¡Gracias por seguir la historia! Oficialmente tengo en mente solo un capítulo más para ellos, gracias por todo su apoyo a lo largo de esta aventura escribiendo para una pareja que no sabía si alguien más shipeaba. No olviden dejar sus comentarios y...¡Nos vemos!
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Inevitable |Omegaverse|
FanfictionPara evitar que su padre arregle un matrimonio por conveniencia, Howard reveló que se hallaba comprometido con otro Alpha, ¿El problema?, que no era del todo cierto. Jarvis Alpha/Howard Omega