tercero.

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Wonwoo tenía gripe, de igual manera que Minghao había tenido un par de días atrás. El pupilo ya se había recuperado, y había vuelto a sus estudios, junto a sus otros dos compañeros. Sin embargo, al contrario que el joven, no podía descansar. Tenía que ir a las reuniones del consejo, junto a Jihoon, Seokmin y, evidentemente, el rey Seungkwan.

Wonwoo era el Consejero de la Moneda. Jihoon, el de los Rumores. Seokmin, el de Edictos. Faltaba una mano derecha de rey, que todavía no había elegido, aunque los tres consejeros tenían por supuesto que Boo escogería a Junhui. No sólo por ser su mejor amigo, sino también porque el chico era sencillamente brillante. Inteligente, conocedor de las leyes, justo. Y, evidentemente, contaba con toda la confianza del rey.

En aquel entonces, se hallaba junto a Seokmin. Estaban esperando a Jihoon y a Seungkwan, en la sala del consejo. Supuestamente, tendrían una reunión importante sobre la renovación del tratado. Sabían que faltarían alrededor de cuatro días para que el rey Joshua llegase a Abdahía, y tenían que tenerlo todo previsto. Había que dejar buena impresión, ya que, ¿qué harían los salvajes de Sínsoca si alguien cometiese un error que los ofendiera?

Jihoon entró a la sala y tomó asiento, al lado de Seokmin, y en frente de Wonwoo, el cual era su sitio habitual. Saludó con un ligero movimiento de cabeza hacia arriba, como siempre hacía. Wonwoo respondió con el mismo gesto y, Seokmin, con una ligera sonrisa. Era bastante risueño, y siempre respondía de aquella forma a los saludos. Bueno, casi siempre. Había excepciones. Ni a Junhui, ni a Minghao, ni a Soonyoung les sonreía. Ninguno de los tres consejeros. Se celaban internamente de que aquellos tres jóvenes tuviesen más privilegios que ellos en palacio.

Seungkwan llegó y los tres se levantaron de sus sillas, para recibirlo con una elegante reverencia. Tras él, iba Junhui. Wonwoo hizo una mueca despectiva. Volvieron a sentarse. Seungkwan se sentó a la cabeza de la mesa, y Junhui a su derecha, al lado también justamente de Wonwoo, el cual suspiró.

-Buenos días -saludó el monarca. Todos respondieron con un cordial "buenos días, majestad"-. Antes de nada, quiero aclarar algo. Junhui, de la casa Wen, será mi mano derecha, y asistirá a todas y cada una de las reuniones del consejo.

Los presentes asintieron, con desgana. Nadie quería tener a Junhui ahí, pero evidentemente, el rey mandaba.

-Es un auténtico placer para mí estar aquí para debatir sobre el asunto que nos concierne en esta sesión. Y los que procederán, evidentemente. Hoy será la renovación del tratado y la visita de Hong, ¿no es así? -Jun observó a los demás asentir, y se permitió proseguir hablando-. Bien, por lo que tengo entendido, y con eso me refiero a lo que su majestad ha querido contarme fuera de estas cuatro paredes, el nombrado rey de Sínsoca se alojará en palacio, en el ala Este, piso segundo. Dos cuartos alejados de los aposentos de Xu Minghao, ¿me equivoco? -hizo una pequeña pausa, para dar lugar a alguna discrepancia, aunque no hubo ninguna-. La situación es estupenda. El ala Este es la más tranquila de palacio, seguro que Hong estará encantado con nuestra elección. De no ser el caso, propongo dársele otra habitación, uno o dos pisos más arriba. Porque, en el ala Este, cuanto más arriba, más tranquilidad, al fin y al cabo. ¿Todos de acuerdo? -de nuevo, nadie dijo nada, únicamente respondió Seungkwan, moviendo su cabeza de forma afirmativa-. En cuanto a la renovación del Tratado en sí, cuanto más breve sea, mejor. Lo mejor sería que durase, como máximo, dos días. El primero, propongo celebrar un gran banquete en honor del monarca, habiendo platos típicos de aquí para que pueda degustarlos. ¿Qué os parece la idea, alteza?

Para Junhui, era muy raro referirse a Seungkwan, su mejor amigo, de aquella manera tan formal. Sin embargo, la situación lo requería. Y es que, al fin y al cabo, aquella era una reunión del consejo de su majestad. Y además, una en demasía importante.

Tras un rato, la reunión terminó. Junhui se fue a sus aposentos, a leer algún libro de un autor cuyo nombre ni siquiera podía pronunciar.

Wonwoo, por su parte, se fue a pasear junto a Jihoon y a Seokmin. Se mantenía de brazos cruzados, y sólo cambiaba de posición para taparse la nariz y la boca a la hora de estornudar.

—No me esperaba que fuese a traer hoy a la rata —comentó Seokmin, con una mueca de asco.

—Yo sabía que lo traería pronto a alguna reunión, mas no me esperaba que a esta. Esta era muy, muy importante —respondió Wonwoo—. Un simple pupilo como él no está capacitado para ser mano del rey.

—Pues a mí me ha gustado la forma en la que ha hablado. Y te recuerdo, Jeon, que es un noble, igual que tú —intervino Jihoon.

Los consejeros de la Moneda y de Edictos se quedaron quietos, mirando al de los Rumores.

—Me parece detestable que veas a la rata con buenos ojos —opinó Seok.

—No lo hago. Nunca lo he hecho. Mas en lo que ha dicho, ha acertado. Sé reconocer un buen trabajo.

—Ahá. Bueno, ¿tienes algún rumor para nosotros? —cuestionó Wonwoo, rompiendo el hilo de la conversación que se había formado únicamente entre los otros dos.

—Hay algo —comenzó Jihoon—. Pero no es demasiado importante.

—Cuéntanos de todas formas.

—Bien. Hansol visita la alcoba del rey todas las noches desde hace un par de semanas. Hay veces en las que incluso, parece ser, que se queda a dormir.

—Es asqueroso —murmuró Seokmin—. Un hombre no puede tomar a otro de esa forma en que sólo se toma a las mujeres.

—Es el rey. Puede hacerlo —contestó el otro Lee.

—Aún así, Seokmin tiene razón. Es completamente asqueroso.

—Jeon me comprende. Además, ¿no os da rechazo el hecho de que la verga se meta por el mismo hoyo del que sale la mierda?

—Por favor, Lee, cállate —pidió Jihoon, tapándose los oídos—. Y, sí, vale, también me parece asqueroso. Pero hay que aceptarlo. El rey es así.

—Pobre de su esposa cuando contraiga matrimonio.

—Lo hará pronto —informó el Consejero de los Rumores—. Con una mujer hermosa de alta cuna. Se llama... Bona. Creo recordar. ¿O era Boa?


Felicidades Yovi, toma tu segundo regalo. (:♡

abdahía ,, seventeenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora