FRUIT STORE (Seungyul)

Fruit Store

Dicen que las bendiciones nunca llegan solas, que siempre las acompañaba un deje de mala suerte, pero para Lee Hangyul eso era mentira, su mala suerte siempre estuvo llena de bendiciones.

Cuando nació, inmediatamente su madre lo abandonó, yendo a parar a un orfanato, allí creció durante cinco años de su vida, fue cuando conoció a los señores Nam, era una pareja que no podía tener hijos y que había decidido adoptar para cumplir su sueño de ser padres y ayudar a un pobre niño que necesitara de amor y de una familia.

Pero "la mala suerte" de Hangyul recién comenzaba cuando a los señores Nam se les dio la noticia de que estaban esperando un bebé, a pocos meses de la adopción de Hangyul. Él pensó que lo iban a devolver, pero los señores se quedaron con él y amablemente le dijeron que tendría un hermanito.

Con la llegada de Dohyon, su hermanito, sus padres les inculcaron a ambos valores y cosas buenas. Sus padres no eran ricos, pero tenían un negocio, varias cadenas de fruterías en la ciudad, a Hangyul le gustaba ayudar a su padre a descargar cajones llenos de fruta bonita, también le encantaba pulir la fruta y hacer que brillara para ponerla en los aparadores de la tienda. Y también, le encantaba hacer papilla para Dohyon cuando la fruta estaba a punto de echarse a perder.

Y conforme crecía, Hangyul empezó a sentirse mal porque era pésimo en la escuela cuando Dohyon era en un genio a la edad de 10 años. Su padre lo alentó a no desanimarse, Hangyul no sabía lo que quería, hasta que su padre le dijo que estudiara en las mañanas y por la tarde trabajara en la frutería principal, que si no quería estudiar, al menos le enseñaría a trabajar para poder mantenerse en un futuro.

Dos años después, cuando Hangyul tenía 18 años y Dohyun 12, llegó una terrible noticia, sus padres habían muerto en un accidente de tránsito, un conductor de tráiler se había dormido en carretera mientras sus padres iban al campo a recoger unas mandarinas para la época. El conductor fue detenido, pero, ni la camioneta, ni los padres de Hangyul, sobrevivieron al impacto.

Ahora, dos años después, Hangyul tenía que hacerse cargo del negocio y de su pequeño hermanito.

—Ya levántate—Mencionó Hangyul tirando de las sabanas del menor.

—No voy a ir. —Dijo Dohyon cubriéndose con su almohada.

—Claro que vas a ir. No me mato trabajando para que seas flojo. —Mencionó Hangyul frunciendo el ceño.

—No te matas trabajando, podríamos vivir de la herencia de nuestros padres, trabajas porque quieres. —Mencionó el niño, a pesar de tener catorce años era muy alto.

—Trabajo porque quiero que vayas a tus clases de música. No quiero que seas como yo, y también porque necesito trabajar. —Mencionó Hangyul. —Date prisa o Hyeongjun se irá sin ti.

Dohyon abrió los ojos y se levantó rápidamente. Empezó a buscar su uniforme y a vestirse. Hangyul solo sonrió porque sabía cómo llegar y convencer a su hermanito. 

Continuará...