Frutos Rojos

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—Sí, ayer se puso a llorar en mis brazos porque Hyeongjun lo rechazó. —Seungyoun suspiró al recordar que su pobre "hijo" estaba destrozado llegando de la escuela. —Cuando me lo dijo me dio miedo de lo que te pudiera hacer ese pequeño bribón al quedarse solo contigo en la tienda.

—¿Hacerme qué? —Murmuró Hangyul con risa. —Hablé con él y sabe que no hay posibilidades conmigo.

—¿Por qué tienes un asombroso novio? —preguntó Seungyoun con los ojitos brillantes.

—Y porque rechazó a mi gran bebé. —Hangyul suspiró. —Dohyon se preocupa mucho por mí, quiero cuidarlo y que nadie lo trate mal.

—También te preocupas por él, ambos se preocupan por el otro y yo me preocupo por ambos. —Seungyoun suspiró. —Los voy a adoptar a los dos y comeremos frutas para toda la vida.

Hangyul soltó una risita. Terminó de contar el dinero de la caja registradora y se levantó del lugar, hizo una seña y Seungyoun se levantó de su asiento, bajaron la "cortina" metálica del local. Era hora de ir a casa.

Hangyul tomó la mano del mayor con cierta pena, a Seungyoun se le hacía un gesto adorable. Y era así algunas noches de los fines de semana, cuando Cho descansaba y se la pasaba con Hangyul. Lee no hablaba mucho, pero le gustaba la atención que el mayor le daba, le gustaba verse visto por alguien genial y asombroso.

—¿Vas a quedarte a cenar? —preguntó Hangyul tratando de cambiar el tema.

—¿Qué hay para cenar? —cuestionó el mayor con un tono sugerente.

—B-bueno. —Soltó un balbuceo. —Ayer partí piña, sobró un poco.

Ambos empezaron a subir los escalones del edificio donde vivía, uno por uno, y de forma lenta.

—¿Eso es una insinuación? —preguntó Seungyoun levantando la ceja divertido.

—¿No? ¿Por qué sería una insinuación? —Hangyul de repente se sintió nervioso.

Cuando Seungyoun puso sus manos en la cadera de Hangyul mientras el menor buscaba sus llaves, todo se fue al carajo, Hangyul había olvidado que Dohyon le había pedido permiso de ir a dormir con su amigo Jinwoo, dijo que él era el único que conocía a Hyeongjun y quería contarle que fue rechazado. Hangyul no entendía por qué su hermano no invitaba a su amigo a casa y prefería irse a otro lugar. Ahora Lee tenía una leve sospecha del por qué.

—Dicen que si comes piña tus fluidos son más dulces. —El aliento de Seungyoun en su oreja lo hizo entrecerrarlo los ojos. Sintió que le faltaba el aliento.

En cuanto ambos entraron al pequeño departamento, Seungyoun cerró la puerta. Observó fieramente a Hangyul que hizo sus piernas temblar. Pero Lee no era tan sumiso, la presión y calor que desprendía, él también tenía tantas ganas de ir sobre aquel cuerpo. Los labios de Hangyul besaron a Seungyoun, y esta vez no dejó que Seungyoun lo tomara, Lee lo sujetó de las caderas y lo atrajo a él para profundizar el beso.

Sus húmedas lenguas teniendo una batalla de "baile", una sensación más fuerte que un "shot" de alcohol, y más energético que un simple "movimiento".*

Hangyul pensó por enésima vez, qué Seungyoun estaba lejos de su liga, pero realmente quería dejarse llevar, la mano del mayor se posó en la espalda del castaño.

—¿Quieres hacerlo? —Le susurró con voz sumamente profunda y sexy.

—Depende, ¿debemos cumplir la apuesta del partido de fútbol? —Hangyul sonrió mientras su mano se posaba en la pretina del pantalón del mayor. —Si es así, no quiero nada.

FRUIT STORE (Seungyul)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora