Príncipe. /Canmex

XVI

Un suspiro delicado salió de la boca de una joven de cabellos largos hasta la cadera, vestido deslumbrante que se arrugaba por unas manos que en señal de desespero lo arrebataban. El olor a licores entre ambas entidades simplemente era abrumador, hostigoso para los que no estaban inmersos en su situación. El alto joven canadiense acariciaba los delgados cabellos de la dulce joven llena de una supuesta inocencia. Esta ultima suspiraba mordiéndose el labio por la cercana respiración del joven de dos colores, sin pensar en las consecuencias de aquello.

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Chingada madre, ¿donde estás Canadá? — Gritonea el mexicano cuando ya es hora de irse de la fiesta, no tarda en ver al canadiense corriendo de alguna parte, desarreglado y con un poco de lo que parece ser labial, un olor extraño fuera del alcohol y algo que indicaba que no iba a terminar muy bien.
— I-im sorry, I got lost. — Dice con calma, o al menos la mayor que puede expresar, Mexico nota que algo no anda claramente bien.

— ¿donde verga estabas? — Canadá traga nervioso, pidiendo que el alcohol lo disimule. No sabe que responder y se aterra, se queda callado y México lo sabe, se suelta a llorar. No dice nada más antes de irse corriendo hasta donde puede, antes de pedir un taxi e irse. Canadá prefiere no seguirlo porque sabe lo que ha hecho, ha traicionado a su príncipe.