La prostitución de betas y omegas se ha vuelto un negocio jugoso, por lo cuál la bestia empieza a secuestrar a pequeñas joyas, omegas y betas complacientes y hermosos.
JiMin vivió su adolescencia en aquel lugar, conocido como la casa rosa, siendo ab...
N/A: Muchas gracias por el 1k de lecturas, son lo mejor🤧❤️, disfruta tu lectura❤️.
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Para Min YoonGi siempre fue un reto todo, las amistades, los estudios y incluso el amor, a la simple edad de dieciséis años estaba más que claro en su mente su Omega ideal. Claro, que las ideas de sus madre eran las cuales él seguía.
Era lo correcto.
Su hermano menor, Jung Kook, tenía diez años, pero no era normal, su jerarquía aún no había dado flote de sí quiera aparecer y aunque ya el olor de cachorro había desaparecido de su cuerpo a su edad de seis años nunca sucedió el cambió, haciendo que sus padres se preocuparan. Médicos y más médicos, su hermano estuvo dos años seguidos en aquello, siendo casi un experimento.
Lo dañaron, intentando encontrar cura, pero nada, simplemente era un defecto de la naturaleza, una vergüenza para la familia Min, según su madre.
Le implantó el odio a YoonGi, haciéndole menos sensible ante las situaciones, más controlador. Min SunHee intento alejar a sus hijos, creándose la sucia idea de que si los dejaba estar juntos enfermaria al sano, pero no lo logró, el lazo que los hermanos Min era más fuerte que cualquier cosa que ella intentó.
La familia Min era perfecta, así de simple ¿Cierto? Hijos amados, un matrimonio estable y con una marca viva y sana, hijos Alfas y amables, buena crianza, honestos. Por que todos en aquél infierno deseaban tener a la familia Min, por qué ellos eran el paraíso ¿O no?
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YoonGi camino en silencio, hacia la morgue, había ocurrido otra vez, la Bestia había vuelto a dejar un Omega en vía pública, intentando recuperar su delantera.
Dando una advertencia, dejando en claro que los vigilaba y podía atacar cuando le plazca.
Entró sin tocar al cuarto de examinación, el putrefacto olor inundaba el lugar, YoonGi sintió su estómago revolverse, pero detuvo cualquier arcada.
Una Beta se encontraba cerca del cuerpo, llevaba un tapabocas ya que incluso a ella le parecía repugnante el olor que el cuerpo de aquella desafortunada chica daba. Ella señaló con su cabeza uno de los tapabocas desechables, el pelinegro sólo lo coloco en su rostro.
