Antimonárquico

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Rey en la sima del mundo, de el más alto de el más noble, un mundo del cual sólo nos fue permitida una muestra, y ni de eso fuimos dignos.
Tu piel morena, tu abrigo como filigrana de diamantes prístinos. Respetado por toda criatura en agua y tierra, que en tu reino son lo mismo.

El sabotaje nunca se tomó tan en serio, jamás vi tal enajenación, al unísono claman las voces el exterminio, pena de muerte, tortura y exilio, no se detendrán hasta que tu piel colgando de los huesos forme parte del paisaje.

Hoy así te arrastres mendigues basura y restos podridos, sigues siendo el rey, conservarás la corona aunque tu reino se haya ido, pero con él se irán mis sueños, fracturados flotando en ese limbo ónice, donde se cuece el tormento de los que aún no abren los ojos, y de los que vemos lo que no vivimos.

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