Cuando yo y Marcus llegamos a casa, nos encontramos a Dominic esperandonos en el comedor, las mesa estaba puesta y las enchiladas estaban servidas.
La noche transcurrió entre risas, hacia tanto tiempo que no nos veíamos, pasamos las horas charlando de como nos había ido.
Cada uno se fue a sus respectivas camas, pero al momento de meterme en ella no sentí la absoluta necesidad de dormir. No tenia ni una pizca de sueño, lo cual era raro, ya que me había levantado temprano y era muy tarde. Se que suena muy loco, pero tenía unas increíbles ganas de salir a la calle. Por eso decidí salir, me levanté de mi cama, me quité mi pijama y salí a fuera. Las calles estaban desiertas, no había nadie en ella. Lógico, nadie normal saldría en plena noche a fuera. Seguí caminando sin saber a donde ir, a lo lejos ví una figura en la oscuridad. La persona se acercó a mi, pude distinguir quien era. El chico de antes, el que casi atropello cuando fuí a recoger a Marcus. Le caían unos mechones de color azabache en la frente, sus labios estaban rojos y me miraba fijamente.
— Oye, de verdad, lo siento muchísimo por lo de antes- me disculpé aún me sentía mal por lo que le hice.
— Vas a venir conmigo- sin decir nada más me agarró de la mano y me arrastri con él.
Al principio me asuste por su acción, quería gritar e intentar librar me de él a toda costa. Pero decidí que hacer eso no sería la mejor opción.
— Por favor, necesito que vengas conmigo-
— ¿A donde piensas ir?-
— Tú solo acompañame- no dije nada más y solo le seguí . Por alguna extraña razón aquel chico me transmitía confianza y no parecía que querría hacerme nada malo.
Caminamos por las oscuras calles de la ciudad, si lo se. Es raro lo que están haciendo confiar en un desconocido y pasear con él a estas horas. Pero no tenía nada mejor que hacer.
— No me has dicho tu nombre- intenté romper el silencio, yo no diría que fuese un silencio incómodo, por alguna razón me sentía agusto caminando con él.
— Devin- Nunca había oído ese nombre, sin duda era interesante- ¿Como debería llamarte yo? -
— Ashira, puedes llamarme Ash si quieres -
Seguimos andando hasta detenernos frente a una pequeña casa, parecía estar abandonada a parte de muy descuidada.
— Adelante- dijo Devin.
Los dos entramos a la casa, estaba oscura y muy descuidada al igual que por fuera. Entramos a una pequeña cocina con azulejos de color blanco en las paredes. Devin encendió la luz y se acercó a la nevera para abrirla. Me quedué helada al ver el contenido de esta.
Habían bolsas transparentes llenas de un líquido rojo. Sin duda era sangre. Me estaba empezando a asustar. No debía de haber seguido a un desconocido en la calle.
Al parecer no estaba de broma. Recordé la conversación que tuve con él cuando iba a recoger a Marcus.
" Vamos, no me importaría compartir un poco de sangre contigo"
No se en que estaba pensando para confiar en alguien como él, ese chico aseguraba que yo era un vampiro.
A continuación ví como Devin cogía una de las bolsas y clavaba sus colmillos en la bolsa para así succionar la sangre. Parecía apetecible, no se en lo que estaba pensando pero no se veía tan mal.
Definitivamente me estaba volviendo loca. También observé como sus pupilas cambiaban, pasaron de estar redondas a encogerse y alargarse. Me estaba asustando. Retrocedí unos pasos.
Devin acabó todo el líquido que había en la bolsa, dejándola completamente vacía. Sus ojos volvieron a la normalidad. Como si no hubiese pasado nada. Observé la bolsa vacía, quería probar la sangre. Sonaba una locura, pero lo quería hacer. Mi boca se estaba haciendo agua, por primera vez en horas sentís que habían algo que de verdad me gustaría ingerir. Y eso, lamentablemente ers sangre.
— Veo que estas muy sedienta- sonrió— Ten- sacó otra bolsa de la nevera y me la dió.
Cogí la bolsa y la miré, no podía esperar a devorarla. Me la quedé mirando y dude si lo que estaba haciendo era lo mejor.
— Es tipo A+ es mi tipo favorito- dijo al notar que estaba vacilando.
Intenté abrir la bolsa con las manos, pero no había manera de hacerlo. Era inútil, no tuve más opción que imitar a Devin y hundir mi boca en la bolsa para así romper el plástico con mis dientes. Al hacerlo noté que mis colmillos estaban mucho más afilados que de costumbre. Pensé que se me dificultaría romper la bolsa, pero gracias a mis colmillos que cortaban como cuchillas eso fue pan comido. Y ni hablar del sabor de la sangre, por fin podía disfrutar del sabor de algo, estas últimas horas nada que hubiera comido o bebido tenía sabor. A pesar de que el sabor metálico de la sangre se me hiciera extraño me estaba encantando. Me acabé todo el líquido de la bolsa muy rápido. Me sentía más fuerte y con más energías, pero sobre todo me sentía viva.
— Te dije que estabas sedienta- Devin me dedicó una retorcida sonrisa. En esos momentos me sentía tan loca o incluso más que él. Pero no me importaba en absoluto, nada podía estropearme ese momento.
Estaba claro que yo no era normal, yo era una vampira y ya llegaba la hora de admitirlo. Las heridas de mi cuello, las quemaduras por el sol y la necesidad de beber sangre solo significaba algo.
"Eres una de las mías"
Recordé lo que me dijo Devin cuando ocurrió el accidente. Él era uno de los míos.
— Cuentame sobre los vampiros- lo quería saber todo, sentía curiosidad por lo que me estaba ocurriendo y él era la única persona que podía darme respuestas.
— Me alegra que sientas curiosidad, pero me temo que ya es muy tarde y amanecerá pronto.
Debería llevarte a casa, lo sabrás todo en su debido momento-Oír eso me decepcionó un poco, pero él tenía razón. Habría que ver la cara que pondría Dominic si no me encontraba durmiendo en mi sitio. Le daría un paro cardiaco.
— Esta bien, volvamos-
— Espera- me detuvo y me dio dos bolsas de sangre- Toma esto, es mejor que las conserves en la nevera-
— Gracias- no sabía cómo me las arreglaría para esconder dos bolsas de sangre en la nevera de Dominic sin que nadie se de cuenta, pero las necesitaba para poder alimentarme.
Los dos salimos y nos dirigimos a su coche, me había quedado con las ganas de saber un poco más del tema, pero no podía arriesgarme a que Dominic no me encontrará.
— ¿Es posible volver a vernos este no...— no pude acabar mi frase, Devin había arrancado el coche y de había marchado dejándome sin respuesta. Quería volver a verlo, necesitaba saber que era yo.
Entré a casa de Dominic despacio para hacer el menor ruido posible, entré a la cocina y metí las bolsas de sangre en la nevera, muy al fondo para que Dominic no las viera. Regresé al cuarto de invitados donde yo dormía y me metí a la cama. Aunque me estuvieran rondando mil cosas por la cabeza no tardé en quedarme dormida, estaba realmente cansada.
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BLOOD BAGS
VampireAshira es una joven estudiante de medicina, su vida es tranquila, se dedica a estudiar y estudiar para sacar las mejores notas y así poder convertiste en doctora en el futuro. Pero su vida cambiará por completo la noche en la que recibirá una peque...