5

33 0 1
                                    

Dominic entró a mi habitación y con toda la delicadeza del mundo me despertó, como si fuera mi madre. Miré mi móvil, eran casi las doce y media. Había dormido mucho, normalmente me despertaba pronto, no era de ese tipo de personas que dormía tanto. Pero era normal, había que tener en cuenta que llegué a casa casi al amanecer. Los recuerdos de la noche anterior invadieron mi mente, entonces fue cuando me acorde de las dos bolsas que me dió Devin, las había metido en la nevera. Si Dominic o Marcus las habían visto estaría en un gran problema.

— Buenos días- dije levantandome de mi cama.

— ¿Que tal dormiste? - preguntó Dominic.

— Muy bien- había dormido pocas horas, pero había sido más que suficiente para mi.

— Veo que has dormido mucho- dijo con una sonrisa- Vamos, yo y Marcus hemos preparado el desayuno -

Cuando bajé al comedor vi como la mesa estaba puesta y bien decorada, había de todo. Gofres, pancackes, fruta... Mi desayuno favorito.

— Ayer tú y yo preparamos la cena favorita a Marcus, por eso hoy te toca a ti disfrutar de un buen desayuno-

Me senté a lado de Marcus en la mesa, tenía a Dominic de frente. Le había dado las gracias a los dos, pero sobre todo a Dominic, sabía que era idea suya. Siempre lograba hacerme sentir especial y amada, yo no me merecía a un amigo así. Miré la mesa, todo estaba muy bien, tal y como a mi me habría gustado si aún fuese una humana normal. Me daba pena el hecho de que no podía disfrutar de aquel desayuno, solo podía alimentarme de sangre. Comí de todo y fingí que estaba disfrutando de la comida que había preparado, pero no era así.

Estaba deseando acabar de comer para poder incarle el diente a una de las bolsas que tenía guardadas en la nevera.
Cuando acabamos de desayunar Marcus se levantó de la mesa y Dominic se quedó para recoger esta. Yo me quedué a ayudarle.

— ¿Quieres que yo lave los platos por tí?- pregunté mientras recogía unos platos de la mesa.

— No hace falta que me ayudes, ya puedo yo solo-

— ¿Estas seguro? -

— Tú solo ayúdame a recoger la mesa, los platos ya me encargo yo- lo obedecí y recogí toda la mesa.

Me senté y solo me dediqué a observar a mi amigo lavar lo platos. Siempre había sido así conmigo, atento y servicial. No dejaba que yo moviera ni un dedo. Siempre me preguntaba el porque seguía estando soltero, no lo entendía, cualquier chica daría lo que fuera para estar con él. Habían sido varias veces en las que he intentado conseguirle una cita con alguna chicas que conocía, pero él siempre se negaba, no quería saber nada de ellas. Aún seguía en busca de la chica perfecta para él, moría de ganas de verlo en una relación siendo feliz. Estaba sonando como una madre orgullosa.

— Oye, Dominic-

— ¿Si? -

— ¿Estas seguro de que no quieres que te consiga una cita con Ally? - pregunté.

Al escuchar eso de volteó hacia mí con una sonrisa dibujada en su cara.

— Sabes muy bien que ella no es mi tipo-

— Pero podrías darle una oportunidad, no deberías juzgarla así sin más. Apenas la conoces, podría llegar a gustarte- intenté convencerlo.

— Mira que eres pesada- rió.

Nunca se enfadada conmigo aunque le molestase, pero no lo podía evitar. Habían tantas chicas con las que podía hacer buena pareja que era imposible no hacerlo. Me preguntaba que es lo que él pensaría si yo estuviera en una relación, si le emocionaría tanto como a mi me emocionaba imaginármelo con pareja. Pero esa no era la pregunta que debería de estar haciéndome en ese momento, la verdadera pregunta era que es lo que él pensaría su supiera que yo era un vampiro. Yo y Dominic eramos mejores amigos lo cual significaba que debíamos contárnoslo todo, pero no sabia si contarle algo así seria lo mas correcto, tenia miedo de su reacción.

— Oye, ¿que tal esta tu cuello ahora?- preguntó rompiendo el silencio y sacándome de mis pensamientos.

— Ah, si, mi cuello- dije tocándomelo- Esta mejor ahora- la herida no había cicatrizado aun pero no me dolía mucho.

— Oye, Dominic-

— ¿Que? - preguntó.

— Me voy a casa-

— ¿Porque dices eso? ¿No estas agusto? ¿Ocurre algo? -

— No, no es nada. Estoy bien- dije al notar que se había preocupado- Solo voy a ir un momento, quiero traer más ropa para pasar el fin de semana- mentí.

En realidad mi objetivo era ir a casa para guardar la sangre, no la iba a dejar de ninguna manera en la nevera de Dominic, la podría encontrar él o pero aún, la podia encontrar su hermano. 

— Oh, esta bien. Vuelve pronto-

Me quedué sentada durante más tiempo esperando a que Dominic abandonara la cocina para así poder coger las bolsas.

— ¿Me puedes dejar tu coche? - pregunté.

— Claro, pero no se donde están las llaves- dijo- Creo que las deje en mi habitación, voy a subir a buscarlas-

Dominic abandonó la cocina para ir a buscar las llaves. Aproveché la oportunidad para coger la bolsas de la nevera para guardarlas. Al cogerlas no pude aguantar las ganas, así que decidí devorar una de las bolsas antes de que Dominic viniera. El sabor metálico pero agradable de la sangre hacia que yo pidiese por más, no podía parar hasta acabar me toda la bolsa. Me había dado cuenta de que solo el olor de la sangre podía volverme loca. Al igual que la noche anterior sentí que mis ojos cambiaban , me había tornado en una salvaje. Mi boca y mis colmillos estaban manchados de sangre.

Me sobresalté al encontrarmé con Dominic, mirándome fijamente. Estaba horrorizado, acababa de encontrar a su mejor amiga devorando una bolsa de sangre. Lo raro sería que no lo estuviese.

_

Sorry por el capítulo corto, no me siento inspirada :(

BLOOD BAGSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora