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Estaba encima de él quitándome la camiseta y los pantalones quedando solo en boxers

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Estaba encima de él quitándome la camiseta y los pantalones quedando solo en boxers. Al verlo vendado los ojos sentí que aún faltaba algo por hacer. Me levante y fuí nuevamente hacía su closet y saqué dos corbatas más, regresé a su cama y antes de recostarme sobre él lo tomé de los brazos y lo apoye contra el cabecero de la cama y con la ayuda de la corbata amarre sus manos.

"Espera ¿qué estas haciendo?"

"Dijiste que no querías hacerlo ¿verdad?"

El no respondía solo asentía, podría jurar que debajo de la tela sobre sus ojos podía ver su expresión en este momento que era de temor.

"Ahora solo me dirás lo que sientes cuando yo te pregunte ¿bien?"

Me subí encima de el nuevamente y me agache sobre el y pasé mi lengua sobre sus abdominales subiendo hasta su clavícula.

La respiración de Tul se había tornado pesada.

"¿qué sientes?"

Estaba respirando con su boca que se abría poco a poco mientras pasaba mi lengua sobre el. El cabecero de la cama comenzaba a sonar, eran sus manos que querían salir de ese amarre y querer corresponder mis caricias.

"¿Qué intentas hacer?"
Pregunté con una sonrisa de satisfacción.

"¡Intentar quitarme esto!"

"Pero si apenas esto empieza"

El intentaba mover sus piernas y quitarme de encima pero mi peso lo impedía, tenía el mismo cuerpo musculoso que el. Estaba sobre regazo.

Me moví un poco hacía atrás para poder bajar mi mano sobre su entrepierna lentamente.

"¡No!"

Sus protestas eran inútiles para mi, quería vengarme y enseñarle que el no puede burlarse de mi cuando quiere.

Me acerqué a su cuello y comencé a dejar marcas rojas sobre el, el hombre debajo de mi comenzaba a gemir pero era casi imposible poder escucharlo, el se estaba conteniendo.

"¿Qué sientes ahora?"

"¡No hagas eso!"

"¿Por qué?"

Verlo tan indefenso era una escena que me satisfacía demasiado.

Susurraba en su oído lo mucho que lo deseaba. Era hora de poner las cosas más interesantes. Me levanté nuevamente y fui hacía su nevera, tomé un cubo de hielo y lo puse en mi boca.

Al volver lo tomé de su barbilla y me coloqué mis labios contra los suyos agresivamente y con mi lengua compartí el cubo de hielo pasándolo a su boca, Tul estaba por atragantarse pero supo contenerse.

El cubo de hielo comenzó a derretirse y su boca estaba abierta, el hielo derretido empezó a llenarlo de agua y derramaba por los lados de sus labios.

Llámame Luego ; MaxtulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora