Se entera María

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Amelia realmente agradeció al universo que María e Ignacio llegarán con los pequeños, que prefería mil veces escucharlos gritar como posesos a tener que responder las preguntas de Manolita sobre las supuestas amigas que iba a ver esa tarde, por el momento los pequeños junto con Manolin estaban viendo la nueva cámara instantánea que había comprado Ignacio, asi que por lo menos estaban entretenidos.

Marce, Manolita y Pelayo estaban en la cocina terminando el almuerzo y ella junto con su novia y su cuñada y marido estaban poniendo la mesa mientras Maria les contaba lo mal que se habían comportado sus hermanos la noche anterior, no sabia como lo hacían sus padres para soportarlos todos los días.

-A ver Maria que nosotras tampoco éramos unos angelitos, sobre todo tu y Leonor que no inventaban nada bueno.- Comentó la rubia.

-Anda y que dices tu? Si a ti no se te podía dejar sola porque te montabas en cualquier superficie escalable.- Le respondió su hermana mientras que Ignacio y Amelia compartían risas entre ellos escuchando a las hermanas contar anécdotas de cuando eran pequeñas intentado culparse la una a la otra de quien les había causado más dolores de cabeza a sus padres.

-Es que yo quería ser escaladora de montañas.- Fue la respuesta de la rubia mirando a su novia y haciendo pucheros porque su hermana se metía con ella, Amelia sonrió con ternura.

-Claro que sí cariño, que hubieses sido la mejor escaladora de España.- Le respondió a su novia dejando un beso rápido en los labios para ver como Luisita sonreía y le sacaba la lengua a su hermana mayor en tono de burla y Maria le respondía de la misma forma, Amelia negó con la cabeza, no podía creerse a esas dos.

Amelia sintió un abrazo en su pierna y vio que era Catalina que la miraba sonriéndole, la morena se agacho para estar a su altura y la niña le dio un abrazo, Amelia la tomó en su brazos y se levantó, la pequeña se acomodó en su cuello y se quedó allí, Luisita las vio y les sonrió con ternura, sus hermanos pequeños adoraban a su novia, lo que no le gustaba para nada es que el mayor también lo hiciera.

Manolin fue donde estaban Amelia y su hermana y les dijo que sonrieran para tomarles una foto, Cata salió del cuello de la morena pero no dejo de abrazarla y así Manolin les tomó la foto, cuando la foto apareció en el papel Cata la exigió para ella, el chico se la entregó para después ver como la niña se iba corriendo a la cocina a mostrarsela a su mamá, Ignacio se ofreció a tomarles una foto a los cuñados fans del Atleti y el joven no perdió tiempo para aceptar colocándose al lado de su cuñada sonriendo para la foto.

"Eso si que ni lo pienses renacuajo" pensó la rubia mientras dejaba los cubiertos sobre la mesa para irse a donde estaban a punto de tomar la foto.- A ver Ignacio espera que yo también quiero salir.- Se coló entre los dos dejando a Amelia tras ella mientras ella quedaba frente a su hermano, lo miró con una ceja levantada y el chico rodó los ojo.

A Amelia le divertía la situación la verdad, asi que sonrio para la cámara.- A ver Luisi que podías haber puesto mejor cara mujer.- Le comentó su cuñado cuando vio la imagen aparecer en el papel, la rubia tomó la foto para verla.- Tienes razon, a ver tomamos otra pero esta vez solo Amelia y yo, Manolin tu anda a ayudar a María a terminar de poner la mesa.- El chico fue donde su hermana mayor sin chistar y Luisita abrazo a su novia por el cuello sonriendo para la cámara.

-Eres mala cariño, que solo quería una foto.- Le dijo la morena mientras la abrazaba por la cintura.

-Pues creo que ya tuvo bastantes fotos tuyas bajo su cama, no crees?

-Ya, ya tú ganas.- Amelia se giró sonriendo hacia la cámara para que Ignacio sacara la foto, su cuñado se la entregó y debía decir que le encantaba la foto, su novia salía hermosa, decidió que compraría un marco y la colocaria en su habitación, le enseño la foto a la morena y le dio un gran beso, escuchó a su madre aclararse la garganta así que se separaron para ver que ya había llegado la comida, la rubia guardo la foto para luego irse a sentar junto a su familia a la mesa.

La cena había transcurrido tranquila, entre anécdotas y chistes pero María se había dado cuenta de que Luisita miraba a su hermano con ojos de querer matarlo cada vez que el chico le decía algo a Amelia o le pasaba el pan, algo había pasado entre esos dos y ella iba a averiguar que era, terminaron de comer y las cuñadas se ofrecieron a lavar los platos ya que sus padres y abuelo habían cocinado y Luisita había limpiado la casa.

-Amelia me podrias decir que es lo que está pasando entre Luisi y Manolín? Que el pobre chico ni se le acerca y ella no deja de lanzarle dagas con los ojos.- le preguntó mientras le pasaba un plato para secar.

Amelia soltó una carcajada, la verdad Luisita no era nada discreta. -Pues María que Luisi esta mañana limpiando la habitación le ha conseguido una de las revistas Interviú con mi portada debajo de la cama.

-Que?- la mayor de los Gómez dejó caer el plato que tenía en la mano llamando la atención de los presentes en la sala. -Todo bien, que se me ha caído un plato pero todo bien.- Le aseguro desde la cocina a su madre que pregunto.

-Pues con razón Luisita lo quiere matar con la mirada, pobre chico, pero que a ver no lo culpo que yo recuerdo esas fotos y si no estuviera yo con Ignacio y fuera bueno... heterosexual Luisi tendria mas competencia.- Las dos rieron para continuar limpiando los platos.

El almuerzo se les había alargado más de la cuenta pero al fin ambas estaban entrando a su piso, se despojaron de sus abrigos y carteras dejándolos en el perchero de la entrada, Amelia saco la bendita revista y la dejó en la mesa para sentarse en el sofa.

-Me provoca quemarla.- Dijo Luisi tomando la revista y sentándose junto a su novia.

-Quemarla, acaso no te gustan las fotos?- Preguntó Amelia mirándola con una ceja levantada.

-Amelia que sabes que me encantan, que me pelee en uno de los kioskos por la última edición que tenían pero esta no quiero ni verla.- Dijo lanzando la revista nuevamente a la mesa, para luego devolver la mirada a su novia. -Oye, que al final me he portado muy bien y no le he hecho nada a mi hermano, aunque te digo que ganas no me faltaron.

-Sí y qué insinúas con eso?.- Respondió la morena colocándose frente a ella en el sofa.

-Como que, que insinuó Amelia, que tu a mi me prometiste algo y pobre de ti sino me lo cumples.- La amenazó con su dedo índice.

-Ah sí? Y que me vas a hacer si no cumplo mi promesa?- La morena la beso fue un beso que no dejó duda a cuáles eran las intenciones de la chica.

-Eh que en este momento no puedo pensar bien pero seguro que algo te haría.- Respondió cuando Amelia se separó de sus labios para bajar a su cuello, la rubia tomó su cara y reclamó una vez más sus labios, se abrazó a la cintura de su novia y se dejó caer sobre el sofá llevándosela con ella, Amelia se acomodo en el sofá quedando sobre Luisita, sus piernas en medio de las de la rubia.

Luisita empezó a abrir los botones del vestido de su novia, ese vestido que la volvía loca, es que le encantaba como le quedaba ese color a Amelia, el amarillo había sido creado para que su chica lo llevará, estaba convencida de ello, por su parte Amelia no perdió tiempo en bajar la cremallera del vestido de Luisita colando sus manos por debajo de la tela y escucho como a Luisita se le escapó un gemido con un sonido muy parecido a su nombre, una de sus manos iba descendiendo por el cuerpo de la rubia cuando escucharon el timbre sonar.

-La que me parió.- Escuchó decir a su novia, la morena se separó de su chica.- No Amelia, no hagamos ruido para que se vayan, anda que estamos en medio de algo tu y yo.- La morena hizo silencio pero el timbre volvió a sonar.

Amelia se levantó aun con las quejas de Luisita desde el sofá y se arregló el vestido para ir a abrir la puerta mientras Luisita trataba de controlarse para no matar a quien fuese el que osaba molestarlas en su tarde de pareja, la morena abrió la puerta y lo vio sonriéndole apenadamente.

-Hola Amelia, puedo pasar?.- Escucho Luisita la voz de su hermano, inconfundible para ella.

-Me cago en to los peces de colores!.- Escucho Amelia decir a su novia desde el sofá y cerró los ojos, les esperaba una tarde muy larga.

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