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 Jimin miró el reloj de su mesita por cuarta vez aquella mañana. Las manecillas parecían moverse cada vez más lento, torturándole con cada segundo que pasaba. Se sobresaltó al escuchar la puerta de la habitación contigua, y sintió su respiración acelerarse.

 Apretaba la sabana entre sus puños y mantenía los ojos cerrados mientras ponía atención al ruido de las pisadas en el parquet. Eran firmes y lentas, como las manecillas del reloj. Rezaba para que no entrase en su habitación, hoy no.

 Las pisadas  se sintieron de un lado a otro por unos minutos, hasta que la casa se quedó en absoluto silencio. Jimin podía sentir su corazón retumbar en su pecho. 

 Soltó todo el aire que había estado reteniendo cuando escuchó la puerta de la entrada cerrarse.

 Se incorporó de la cama y se vistió tan rápido como pudo. 

 Observó la ventana y respiró hondo. Decidido, subió a la cama, bajo la ventana. Agarró el marco de esta y con todas sus fuerzas se elevó hasta conseguir pasar por ella. No fue le resultó difícil gracias a su menudo cuerpo.

 Jimin miró a su alrededor, la calle se encontraba bastante silenciosa para ser las 8 de la mañana. Sintiendo la euforia invadir su cuerpo, se puso la capucha y tras una mirada panorámica, cruzó la calle a toda prisa.

✨✨✨

Tae tapaba su boca con ambas manos tratando de contener la risa. Jisoo le hacía señas para que se mantuviera en silencio, pero también aguantando a duras penas. Tras unos segundos, Jisoo dio un paso atrás para contemplar su obra y sonrió satisfecha.

 - Y ya estaría. -Dijo la chica poniéndole de nuevo la tapa al rotulador permanente.

 Taehyung no pudo aguantar más y estalló en carcajadas tras ver la cara de Jungkook, haciéndole despertar. Este, con los ojos aun entrecerrados, les miró sin comprender qué les hacía tanta gracia.

 - Sois conscientes de que son...?- Cogió su móvil de la mesita- ¡Las ocho de la mañana! - Exclamó tras consultarlo dejándose caer de nuevo en la cama. - ¿Qué gracia tiene madrugar un sábado?- Murmuró cerrando los ojos de nuevo.

- Créeme que mucha...- Dijo su hermana. 

Jisoo y Taehyung se miraron de nuevo y volvieron a estallar en carcajadas cuando el castaño se envolvió en las sabanas dispuesto a seguir durmiendo, aun con numerosos penes pintados por toda se cara.

✨✨✨

 Jimin entró en la pequeña cafetería y sonrió al verle limpiando la barra.

-Leche de plátano, por favor- Pidió sentándose en una de las banquetas.

El rostro del chico tras la barra se iluminó tras ver a Jimin y en seguida dejó la bayeta a un lado para buscar lo que este le había pedido. 

- Pensé que ya no vendrías.- Dijo dejando la bebida sobre la barra y buscando una pajita.

 - Ya, yo también.- Jimin forzó una sonrisa bajo la sombra de la capucha.

 El tono del recién llegado no pasó desapercibido, y la expresión del chico frente a él se volvió seria.

 - Jimin... ¿ha pasado algo?

 Jimin no respondió. Bajó la mirada.

Aún sabiendo qué se encontraría, le quitó la capucha con cuidado, para seguidamente volver a ponérsela. Cerró los ojos con fuerza tras ver las heridas.

 - Jimin, no puedes dejar que vuelva a tocarte.- Dijo sin ser capaz de mirarle. 

 - No puedo hacer nada.- Murmuró con la vista baja dandole vueltas al refresco con la pajita.

 Tras escuchar la voz débil y abatida del rubio, aquel chico no pudo evitar sentir una profunda impotencia. Cogió su mano y le entregó su móvil.  Jimin le miró sin comprender.

 - Llama. -Le ordenó.

 - ¿A quién?- Preguntó el rubio con cierta ironía.

 - Tú sabes a quién. 

 -Yoongi... - Comenzó Jimin, pero fue cortado por el contrario.

 - Inténtalo.- Insistió.

  Lo sopesó unos instantes antes de decidirse a marcar.

✨✨✨

- La próxima vez, si no os importa podéis utilizar algo que sea más fácil de borrar.- Jungkook salió del baño frotándose la cara con una toalla repleta de manchas negras.

 Jisoo y Tae se volvieron hacia él desde el sofá. Su amigo aun sonreía, pero su hermana no. 

- ¿Dónde está mamá?- El tono de Jisoo se había vuelto frío.

Jungkook dejó la toalla sobre una silla. Suspiró y miró a su hermana.

 - Sabes que tiene mucho trabajo...- Comenzó con ese tono de tranquilidad que tan nerviosa conseguía poner a Jisoo.

- Se ha ido corriendo a las ocho y media, su turno no empieza hasta las diez...

 Sabiendo de sobra como iba a terminar esta conversación, Tae decidió cambiar de tema, antes de que a Jisoo le diese tiempo de decir nada más.

 - ¿Qué tal si vamos a comer a mi casa? Hace mucho calor y, no sé vosotros, pero yo quiero pasarme la tarde en la piscina.

 Jisoo miró a su hermano y después a Tae, para después asentir y subir a su cuarto a por sus cosas. Los dos chicos se miraron aliviados.

- ¿Ha hablado con vuestro padre? 

 Jungkook negó poniéndose repentinamente serio.

 - Sabes que él hace años que no llama, pero no sé por qué Jisoo insiste en pagarlo con mi madre...

 - No sabría que decirte. Ultimamente es distinto, la noto distante...

Justo en ese momento apareció bajando las escaleras a toda prisa.

 - ¿Vamos?- Preguntó.

✨✨✨

Jimin sentía un dolor muy fuerte en el estómago causado por los nervios... Miraba a su alrededor intentando distinguirla entre la gente. Parecía irreal. Sabía que no sería así de fácil, pero necesitaba salir de allí cuanto antes. Deseaba con todas sus fuerzas no volver a ver a su tío, y por el contrario, volver a ver a Jungkook era sin duda lo que más necesitaba. Una voz le sacó de sus pensamientos y le hizo volver a la realidad.

 - ¡Jimin! 

Promise ✨| KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora