PRASINUS #CA2022

CAPÍTULO 4: REVELACIÓN.

Despierto con lágrimas saliendo de mis ojos, acompañado por un fuerte dolor  inhumano en mi cuerpo y cabeza. Estoy acostada en la cama sintiendo el cálido edredón abrigar mi cuerpo, trato de levantarme porque no quiero quedarme dormida de nuevo y que clase de sueños tendré esta vez.

Pero aquella niña de ojos verdes sigue visible en mi recuerdos. Ahora que lo pienso se parece mucho a mí o puede que sea una mera coincidencia. Yo no tengo ni la menor idea de que significa. Me siento y trato de tranquilizarme con respiración profunda.

Varias interrogantes quiero descubrir. Como averiguar sobre esas personas de mis sueños, la niña llamada Eglantine quien sin dudas era una princesa de un reino lejano que alguna forma extraña esta relacionada conmigo y mi pasado que no puedo recordar con claridad a diferencia de otras personas quienes saben cuales son sus padres de origen, su lugar de nacimiento, su fecha de nacimiento. Yo no tengo eso solo tengo hermano pequeño y fui adoptada por una familia de buen corazón.

Por intentar responder las  viejas preguntas que perforan mi cabeza todos los días mi mente y trato de ignorarlas.

 ¿Quien soy yo? ¿Dónde yo vengo? ¿Cuál es mi nombre real?

Con el mar de pensamientos Me costo salir de la cama y caminar a cerrar las cortinas, y  abrir la ventana. Me apoyé en el alfeizar y observé las casas cuyas ventanas de las casas emitían luces amarillas junto a los faroles que estaban a lado de la calles estaban iluminados por gemas brillantes de mar, las nubes grisáceas se observaban en el cielo de Sapphirus. Hoy estamos a mediados del mes de septiembre, a inicios de la temporada de lluvias.

Los elegantes movimientos de un grupo de tres magos vestidos de túnica azul me llaman la atención. Con su cristal de agua absorben el agua de los canales para evitar inundaciones. Un mercader navegando con su mercancía de comida cubierta bajo una tela larga en una góndola, un grupo de niños jugando en el agua.  

"Puede que esa vida que conozcas desparezca"

"La guerra puede venir en cualquier momento acompañada de sangre y tragedia que jamás volverá a ser como antes"

Me susurra una voz sombría en mi cabeza.

En esta ocasión esa cuestión vino con más fuerzas.

"Busca tu origen real y esa es la clave para salvar este mundo de su desdichado destino de sangre"

Esos murmullos siguen insistiendo en que yo soy la solución de este larga guerra en este mundo. Pero como si soy apenas una joven y nadie puede hacer nada lo único que puedo es huir. Quiero hablar con mis padres adoptivos sobre ello Eliseo y Antonella para aclarar la densa niebla que esta oscura en mi mente.

Escucho que alguien que alguien que abre la puerta sacándome de mis pensamientos. Es mi mamá Antonella quien dejo caer la bandeja de madera al suelo junto con el agua que traía se esparció en el suelo. Ella tiene sus ojos azules abiertos como platos por la impresión y se quedó totalmente estática y luego sonrió.

— Madre — murmuré diciendo su nombre feliz.

— Henria me alegro de verte despierta — susurró ella con alivio en su voz totalmente quebradiza.

Se acerca a abrazarme con fuerza, hundo mi cabeza en su ondulado cabello me reconforta. Mi mama adoptiva emita un infinita luz de  alegría por verme, su fuerte abrazo me hizo tranquilizar. Escucho más pasos desde la puerta y observo que son mi padre Eliseo, mi hermano Francesco quienes vienen apresurados por el ruido, cuando me ven están en asombrado por unos minutos y después ponen unas expresiones de alegría en sus rostros y sus ojos se encontraban alivio, alegría mezclados con angustia y preocupación, igual que a mi madre Antonella.