IV

3.1K 305 78
                                    

—Y finalmente tenemos estos especímenes, todas arañas modificadas genéticamente por Industrias Oscorp. —El docente parecía fascinado mientras veía a las arañas moverse de forma parsimoniosa por su cárcel de cristal.

—¿Cuál es la necesidad de modificar una araña? —el hombre miró casi que ofendido a MJ, la chica mostraba un claro: "Que jodido desperdicio de tiempo" en su mirada.

—¡La investigación científica! —gimió el profesor.

—Esa no me parece una respuesta valida, no tiene ningún argumento para justificar la alteración del orden natural. —Esta vez fue Gwen la que habló, MJ extendió su puño para ser chocado por el de la chica rubia.

Harry y Ned soltaron una risa mal disimulada, mientras Peter miraba nervioso a todos lados esperando que no recibieran una amonestación por el comportamiento de las alfas del grupo.

La ceja del profesor se movió con un tic nervioso, el beta apretó los puños. —Chicos, ya hemos terminado la ruta, pueden tomar algunos minutos para merendar y dar por finalizada la excursión. — pero no dijo nada más, parecía más interesado en seguir observando las arañas que en tener que enfrentarse a sus alumnas.

—Es un idiota. —La alfa acomodó de forma seductora su cabello rojizo, una sonrisa de suficiencia en su rostro.

Peter ignoró la queja de la chica y observó con detenimiento a las arañas, eran realmente hermosas, una de ellas tenia una exótica paleta de colores: degradados entre el azul y rojo.

—Tengo hambre. —Todos miraron a Ned.

—Yo también. —Secundo Harry, las chicas sintieron sus estómagos rugir, y de pronto todos voltearon a mirar a Peter.

Peter se alejó de la exposición con un puchero—No, me niego, no pienso darles mi comida. —Se quejó el omega.

—¡Estoy jodidamente seguro de que tu padre hizo comida para todos nosotros, esa mochila debe estar llena de tupper's! —Peter apretó las tiras de su mochila, Harry tenía razón, su padre se había levantado muy temprano para hacer aperitivos para su grupo de amigos.

—No les pienso dar nada, son míos. —Ellos siempre se comportaban así, Peter armaba un drama y ellos le seguían el juego.

—¿Qué pensaría el trasero de América de tu egoísmo? —Harry como siempre tan irreverente, y Peter sintió tantas ganas de darle un golpe en la cabeza, porque ese comentario seguro iniciaría todo un debate sobre el trasero de su papá.

—A mí no me importaría ser tu madrastra. —

Y Peter comenzó a sacar los tupper's a gran velocidad porque quería detener a toda costa esa línea de ideas. —Primero, eres alfa MJ; segundo, me niego a que intenten algo con mi padre.

—¿Te imaginas estar haciéndolo y poder agarrar ese trasero mientras él te- —Peter le tiró su cuaderno de notas a la cara de Harry ¿Por qué siempre lo estaban apenando?

Las risas de sus amigos le reconfortaron, ya llevaba más de medio año viviendo en New York, su padre rentó un apartamento sencillo en Brooklyn - también compró uno en Queens, pero ya era por cuestiones de seguridad -, y le permitió estudiar en la preparatoria Midtown, ubicada en Queens, y Peter estaba agradecido, eso de estudiar en una academia solo para hijos de héroes no era lo suyo.

No sabia como demonios hizo tantos amigos en tan poco tiempo. Ahora tenía algo como... ¿Su propia manada? Todos se sentaron en una banca, excepto Peter, que se encontraba arrodillado repartiendo los emparedados.

Al finalizar dejó los suyos guardados y regresó a la exhibición de arañas, no sin antes escuchar el quejido de Harry: "Eres un nerd".

—¿Te resultan interesantes? —Peter lo miró, un hombre de tez morena se encontraba parado a su lado, era un omega más bien bajito y con una barba elegante... Su rostro se le hacía conocido, quizá algún científico o inversionista de la empresa.

—Si, ya sabe, cosas de nerds. —Levantó sus hombros como restándole importancia. Miró con mucha atención la cámara de cristal, antes había contado seis arañas y ahora solo podía ver cinco. — Falta una araña... —

—¿Una araña? —El omega miró al lugar que señalaba el adolescente. — Quizá está escondida en alguna parte.

Peter frunció el ceño— No puede ser posible... ¡Auch! —Se dio una palmada en la nuca de forma instintiva, ¿Un insecto lo había mordido? Revisó su mano, pero no había nada.

—Chico, ¿estás bien? —

—Si, s-si... Estoy bien, solo me pico algo. —Peter se movió de forma brusca, pero no logró dar dos pasos antes de desplomarse en el suelo.





Un rubio corría por los pasillos de una de las instalaciones de SHIELD, nadie parecía interesado en detener su carrera, se sostuvo de una pared para no deslizarse por el pasillo, Peter se encontraba en la zona de investigación, al llegar vio a cuatro adolescentes pegados a la ventana del taller de Bruce y dentro a dos adultos discutiendo alrededor de una camilla ocupada por su niño.

Natasha llegó unos segundos después, y colocó una mano en el hombro del rubio. La alfa miró perpleja a la pandilla de adolescentes pegados al vidrio— ¿Qué demonios hacen aquí? Fuera, fuera.

—Pero Peter está ahí. —Se quejó Harry.

—¿Quién demonios los trajo? —pregunto la espía.

Todos señalaron a uno de los hombres dentro de la sala, Natasha se llevó una mano a la boca al ver a quien señalaban y sintió como Steve emitía un fuerte gruñido, las dos alfas adolescentes se sintieron intimidadas ante tal muestra de poder y Hary se sonrojó fuertemente.

Steve entró a la sala sin mucho protocolo y tomó a uno de los hombres por el cuello de su traje. —¡¿Qué haces aquí?!

—¡Steve cálmate por favor, baja a Tony! —suplicó el científico al borde un colapso nervioso.

Peter se removió en la camilla, sintió algo de dificultad para abrir sus ojos, pero todo el alboroto a su alrededor le causaba un fuerte dolor, sentía que su cerebro se derretía y una sensación molesta que le recorría la piel.

—Papá... papá me duele. —

—¡¿Qué demonios le hiciste?! —Gritó nuevamente, pero a pesar de sus gritos no obtenía respuesta.

—Papá... ¿Qué hace Iron Man aquí, acaso tengo algo terminal? —Peter intentaba bromear en un intento de olvidar el dolor que lo aquejaba, ya sabía quien era ese omega, era un héroe retirado.

—Nada, él no hace nada aquí, él ya se va. —Steve lo soltó de forma brusca y le señalo la puerta ante la atenta mirada de Natasha y los adolescentes que, negándose a perder un segundo del drama, se mantenían pegados a la ventana.

Tony mantuvo la mirada del hombre rubio, pero negó.

—Mi nombre es Tony, Peter, y yo no me voy de aquí, porque tengo muchas que hacer, entre esas decirte que soy tu padre omega. —Todos quedaron con la boca abierta y casi de forma mágica en dolor de Peter desapareció.

—¿Mi qué? —

¿Papá?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora