Capítulo 1. Quiero un amigo.

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El Universo de Ruth

Los años pasaron; nueve, para ser exactos. Y las cosas se volvieron complicadas y confusas. Conforme el tiempo pasó, la relación entre papá y mamá se tensó. No sé exactamente por qué, ya que hubo varias versiones. Lo que parecía ser una historia de amor sólida y estable de repente se tornó en oscuridad y pena. Y al final, nos hemos quedado sólo con su madre. Su padre y sus hermanos son parte del pasado; se quedaron viviendo en su ciudad natal, Inglaterra. Nosotros nos hemos mudado a una nueva ciudad de la cual desconocemos todo, aunque sabemos que es una ciudad hermosa.

Ruth tiene ya 8 años y algunos meses, porta una larga cabellera ondulada y rubia castaña; ojos grises y unas pestañas que me hacen dudar que necesitará postizas cuando sea adulta.

Ahora mismo, nos encontramos en el norte de Finlandia; en una ciudad llamada Rovaniemi. Cuenta con 60,000 habitantes y nieve a montones, tal vez sea porque hemos llegado en pleno invierno poco antes de navidad. No sé tanto de la ciudad, ni tampoco del país. He decidido que Ruth y yo lo vayamos descubriendo; a menos de que ella me pida investigarlo. Finlandia es el país original de la madre de Ruth. Era normal que después de su separación buscara a su familia para no sentirse sola. Pero, ahora sólo sería Ruth quien se sentiría así. Las nevadas están acabando con todo, pareciera que el cielo mismo se congelaría y justo cuando menos lo piensas aparece la aurora boreal; algo que ánima a Ruth, al menos...

Nos habían advertido que nuestra vida cambiaría aquí; sólo que no sabíamos que cambiaría tanto. Ruth no tiene amigos, no tiene primos de su edad; ya que la mayoría son adolescentes. Por otro lado, su madre está resolviendo sus propios asuntos y la ha estado haciendo un poco de lado. Pero, algo que me gusta de Ruth es que ella busca solucionar sus asuntos sola, aunque nadie lo nota.

Un día de invierno Ruth recibió un increíble regalo, por parte de su tía. Nada más ni nada menos que un trineo. Ella lo tomó y contenta salió a jugarlo en un pequeño montecillo de nieve que se había formado en aquel parque público por donde ella vivía. Ella se deslizó divertida; y entonces al dejar de moverse el trineo y notarse sola su sonrisa desapareció... Y volvió aquella mirada.

Yo no quería que Ruth estuviera triste, pero no sabía que le hacía falta. Soy su Universo, la cuido y la complazco; el problema es que ella ya no me habla más. Supongo que nadie le ha enseñado a hacerlo y por eso no sabe cómo dirigirse a mí. Es una niña tan callada; que no puedo ni siquiera escuchar sus pensamientos ya...

—¡Quiero tener un amigo! —gritó Ruth con mucho coraje— Quiero a alguien con quien compartir estos momentos. Quiero sentirme querida. Quiero que alguien me mire y piense que soy especial... —concluyó empezando a llorar.

"No llores Ruth, eres especial y yo lo sé. Estoy seguro que más personas lo notan también", pensé. Y ese mismo día me di a la tarea de buscarle el amigo más especial en todo el mundo. Seguí cuidando a Ruth mientras se deslizaba y entonces aparecí una máquina; muy parecida a lo que llaman tablet, con el fin de buscar a ese amigo. Soy el Universo y soy capaz de crear todo lo que creo; y si creo que una máquina así existe, la crearé sin lugar a dudas. Jamás dudes de lo poderoso que soy.

¿Cómo buscar un buen amigo? No, es más... Quiero buscar al mejor amigo que pueda existir en todo el mundo. Y entonces apareció ante mis ojos los resultados de los mejores amigos, todos ellos eran caninos; perros adultos y cachorros a diferentes distancias. Incluían unas breves descripciones de lo que podían brindar sus amistades. No creí que fuera gran problema convencer a su madre, la cuestión era ¿Cómo escoger alguno? Supongo que el más cercano era la respuesta más obvia.

Así que terminando de deslizarnos (Pues después me uní al juego; el Universo también puede divertirse, claro), caminamos de vuelta a casa; y con todo el poder de atracción usado y basado en su deseo de Ruth, lo atraje a nosotros. Era el perro más tierno y dulce. Sus miradas se cruzaron, y parecía amor a primera vista. El cachorro se encontraba totalmente congelado; flaco y solo ¡Qué mejor manera de iniciar una amistad que compartiendo la soledad!

Lo que Calla el Universo© #Wattys2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora