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Si algo tenía que admitir Marinette, es que Chat Noir había lucido bastante atractivo en ese traje rojo repleto de motas; y aún mejor, hacerlo enfadar y ver sus tiernos pucheros aún lograba sacarle una sonrisa.
Sonrió como boba viendo aquella fotografía que le había logrado timar un paparazzi mientras aún estaban en cambio de Miraculous. Su corazón golpeaba fuerte contra su pecho. Le costaba admitirlo bastante, pero entre Chat Noir y ella siempre hubo cierta tracción física, y verlo en aquel traje y que él siguiera conservando ese físico increíble además de ese tremendo color de ojos sólo la hacía consciente de algo: quien sea que estuviera detrás de esa máscara era todo un bombón.
Se mordió los labios deleitándose con la imagen de la figura de su compañero de batallas mientras Tikki la observaba confundida, sin explicarse porqué de repente la azabache lucía enamorada de la fotografía de su compañero heroico.
¿Acaso ya se había enterado que él era Adrien? No, eso era imposible.
—¿Podemos hacer algo, Tikki?— preguntó juguetona la azabache mientras aún observaba pérdida la foto. La kwami asintió intentando ser precavida. La vio taparse la cara avergonzada.— Fingiré sólo por esta noche que me gusta Chat Noir y todo lo que te diga no me lo cuestionarás otro día ¿De acuerdo?
"¿Sólo por esa noche le gustaba Chat Noir?" Alzó Tikki la ceja sintiendo aquella expresión bastante tonta. ¿Acaso le creía ciega como para no darse cuenta del deseo que ella le traía a él? Y no es que Tikki fuera muy conocedora de las emociones humanas, pero esa era por demás obvio. Asintió.
—El chico que está detrás del antifaz ¿Cómo es?— Tikki sudó ¿Acaso no era bastante obvio? Era rubio con ojos verdes, piel semibronceada. Tampoco es que el antifaz guardase bien su identidad, al menos eso opinaba ella. En personalidad, pues Adrien y Chat Noir no eran muy opuestos, el segundo era más desinhibido; Misterbug era todo un gruñon, pero iba más con la personalidad alineada de Adrien que su identidad felina.
—Es muy amable, tiene muchas buenas vibras y creo que en verdad te quiere, Marinette.— la azabache sonrió emocionada al escuchar eso ¿Por qué diablos se sentía así por su mejor amigo? Cerró los ojos un poco, recordando aquel día; ya estaba acostumbrada a que Chat Noir cayera encima de ella y dejar de lado toda emoción que ella sintiera para seguir con la batalla, pero al tenerlo con ese traje que delineaba aún mejor (si eso era posible) su bien formado cuerpo, su cerebro deliró; a penas y se pudo levantar sin que le tambalearan las piernas.
—¿Alguna vez lo he salvado en su forma de civil?— Tikki no estaba segura si debía contestar esas preguntas, pero tampoco es que fueran tan especificas y dudaba mucho que con eso su portadora fuese a averiguar la identidad del muchacho. Asintió nuevamente.
Marinette trajo a su memoria el cómo lo sacó de sus casillas un par de veces y esos gestos de él que no conocía. Enojado también se veía lindo, tratando de actuar responsable lo hacía aún más galante; es que Misterbug era ese lado de caballero que Chat Noir solía dejar de lado empleando coquetería común. Imaginarse al chico con traje de Chat Noir actuando como Misterbug la tentaba demasiado, pero imaginarse al chico con traje de Misterbug actuando como el elocuente Chat Noir le hubiese bajado todas sus defensas y le hubiera terminado arrebatando un beso.
Acarició sus labios un poco imaginándose la textura de los de él, evocando cada vez que el calor de su cuerpo la envolvía y su fragancia masculina se infiltraba por sus pulmones. No estaría mal que Cupido Sombrío volviese para que lo pudiera salvar otra vez con un beso y excusarse de eso.
—Él es muy lindo.— clamó pesadamente mientras se llevaba la fotografía a su pecho.— Tiene una personalidad toda loca pero, creo que no me pudo haber tocado alguien mejor que él.
Y su sonrisa, esa maldita sonrisa que veía todos los días al chocar los puños, pero que esta vez vio con colores en su rostro que no estaba acostumbrada a ver; no se imaginaba un día en el que no pudiera verlo sonreír.
—Eso no es lo que dices cuando eres Ladybug.— respondió la pequeña kwami tomando la fotografía y dejándola en su mesilla de noche. Ella negó aún con los párpados cerrados. Es que todos los días ella misma insistía en negárselo, ella ya tenía sus sentimientos claros por Adrien y no permitiría que nadie se los viniera a cambiar.
Pero esta noche sería la única vez en la que se lo permitiría, y sólo lo haría porque no resistía más.
¡Chat Noir la había terminado de encantar en su forma de Misterbug!
Ese chico era hermoso, exquisito en todo sentido y forma. Sus malos chistes, su personalidad de diversos colores, sus actos heroicos, sus coqueteos, sus ojos, su cabello, sus manos, su cuerpo, sus labios, su sonrisa, todo en él lucía tan desgraciadamente y malditamente sensual que a penas y se podía mantener firme cada vez que él la acercaba a ella para decirle un ligue. A veces sólo quería entregársele y ya.
Que él tomara con esa firmeza a la que ya estaba acostumbrada su cintura, susurrara con voz suave sobre su oído y la provocara con su fresco aliento hasta terminar en sus labios y ahí, consumirla. Imaginaba el deslizar sus manos por su nuca para jugar con los mechones de cabello que pudiera tener ahí mientras sus bocas se robaban aire. Podía recrear una imagen en donde ella pudiese tentarlo con pequeños mordiscos en su lóbulo para escucharlo emitir dulces sonidos repletos de deseo. Idealizaba el sólo hecho de que él soltase el cabello de ella desprendiéndole sus listones y se pusiera a dar pequeños tirones mientras él comenzaba a morder de su labio.
Misterbug había hecho mutar la imagen que tenía de Chat Noir, tenía que admitirlo; muchos escenarios en los que se imaginaba con él no se sentían precisamente correctos, pero tampoco se satanizaba así misma, ya tenía 16 años, muchas cosas habían cambiado en estos dos años junto a él. Acostumbrarse a su cercanía fue el primer paso para aceitar que, de hecho, muchas veces estuvo tentada aceptarle ser su novia a aquel minino "insoportable". Y sí, a veces se sentía como una tonta al darse cuenta que era bastante insistente en conseguir el amor de Adrien cuando podía tener algo mucho mejor con Chat Noir, pero...
El amor que le tenía a Adrien era algo que había forjado a paso lento y tierno.
El sentimiento que le tenía a Chat Noir había comenzado a avanzar a pasos agigantados estos últimos meses.
No podía dejarse fiar por algo así ¿O sí?
Y es por eso que de alguna forma Misterbug le parecía perfecto; porque esa era la faceta de Chat Noir que más le recordaba a su amor platónico, Adrien Agreste.
Se soltó el cabello y empezó a jugar con sus mechones mientras los veía, reiniciándose imágenes donde él fuera quien deslizara sus dedos a través de la cabellera y la mirara con esa dulce pero sensual sonrisa. Quizás, si algún día volvían a intercambiar prodigios, ella se atrevería a robarle un beso de una vez por todas; mientras tanto le sería leal al amor que le tenía a Adrien.
MarinetteHernandezes tu turno de publicar un AdriNoire, ya quiero leerlo >:3
Un One shot súper random que se me ocurrió mientras hacía el conteo de cuantos ships son entre Kagami, Luka, Marinette y Adrien con sus distintas alter-egos hasta ahora vistas. Creo que al final conté 51 pero seguro alguno se me pasó. Gracias al grupo de Introvertidos por haberme metido la idea de escribir esto, los amo ❤️❤️❤️
Espero que todos los demás hayan disfrutado de esta mini-cosa.
