Kunoichi (Antiguos portadores)

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NOTA: Esta historia ocurre durante inicios del Shogunato Tokugawa, en el Japón Feudal. Está basada en Tentomushi, la portadora del Miraculous de la cantarina en ese entonces.

Koshu: Líder de familia
Daimyiō: Señor Feudal
Ie: Casa

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"Me debo ir. Gracias por la velada."

Los movimientos de Tentomushi eran lentos y seductores, dejando sus brazos fluir con el viento y sus pies danzar al compás de un arrollo. Su mirada oscura buscaba con desesperación a su presa, aquella a la cual su Koshu actual le había mandado asesinar. Sonreía con dulzura a todo el que veía pasar, la fiesta de año nuevo japonés era la ocasión perfecta para encontrarse más desprevenida a su presa, pues esta probablemente estaría distraída con las actividades o las damas que pasaban.

En cuanto lo localizara, utilizaría los poderes que le daba su pequeña kwami Tikki para acabar con ese desgraciado hijo de Daimyiō.

Esto ya le estaba exasperando, no lo encontraba por ninguna parte. Debía encontrarlo antes de que...

—¿Buscas a alguien, preciosa?— pronunció con elegancia un joven de sonrisa seductora, colocando su mano en su cintura desde sus espaldas. Ella regresó a verlo y se hizo hacia atrás por arte de reflejos. Sus ojos oscuros tenían una profundidad inimaginable, no pudo evitar perderse en ellos un instante y en su asombroso físico. Traía un haori que combinaba junto con todas sus prendas oscuras; nunca fue de preferir los colores cercanos al negro pero en él lucían fantástico.— ¿Qué ocurre? ¿Te comió la lengua el gato?— Tento negó, ese chico era raro. Siguió buscando lo suyo.— No eres una chica de palabras ¿No es así?— tiro con un tonito juguetón. La fémina lo miró molesta.

—Y a ti no te para la boca ¿Verdad?— respondió con seriedad. El joven retrocedió sorprendido, era poco común ver que una mujer sin una aparente clase social alta le respondiera así a alguien como él; pero eso no hizo más que seducirlo más. Era evidente ese aire de atracción entre los dos, al menos para él.

—Está bien, perdona mi intromisión.— dijo un tanto divertido y le tendió la mano.— Takeda Hideyoshi, un placer conocerte.— se inclinó un poco ante ella, quiero no hacía más que permanecer expectante de su extraño comportamiento. Aquel apellido empezó a hacer eco en su cabeza, no podía ser.

—¿Dijiste "Takeda"?— intentó regular su tono de voz para no sonar alarmada. Poco le pareció importante, permanecía callado viéndola con una sonrisa orgullosa. Rodó los ojos y tomó aire. Sería grosería no presentarse. Se inclinó ante él.

—Tentomushi, el placer es mío.— su voz era suave, aterciopelada, seductora. Hide elevó aún más su sonrisa con cierta coquetería.

—¿Nada más "Tentomushi"? ¿No tienes algún apellido?— ella desvió su mirada con tristeza. Pudo comprenderlo, demasiado bien para ser verdad; se sintió un poco mal por haber hecho esa pregunta.

Them (MLB)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora