I: EL RUMOR

1.9K 166 68
                                    

Llevo bastante tiempo pensando en ese inicio que antes mencioné, pero soy bastante idiota como para acomodar las ideas de manera organizada. Podría dar inicio en un febrero o un mayo... ¿Acaso una fecha exacta hará de esta historia una interesante?

Pero ahora que lo pienso, comenzaré a relatar el inicio en un abril del año 2000. Recuerdo que para ese entonces cursaba mi última semana en Le Cordon Bleu, en Madrid, y a punto de obtener El Grand Diplôme, no sabía qué haría luego de graduarme. Así que mis compañeros y yo habíamos decidido desquitarnos la incertidumbre del futuro en El Pescador.

El Pescador es un pequeño bar en Madrid, en donde sirven las mejores bravas, cuya salsa sigue siendo el secreto mejor guardado. Para mis colegas y para mí, El Pescador era nuestro lugar preferido para ir en una noche sabatina luego de largas horas en la cocina pasando pruebas para obtener el prestigioso Grand Diplôme de Le Cordon Bleu.

Podría dedicar varias páginas para hablar sobre El Pescador y nuestras osadías de la juventud en ese lugar –¡Qué tiempos aquellos! En eso no me falla la memoria–, pero no quiero desenfocarme de lo que es sustancial para llegar al final de esto, un final que quizás les destrozará la vida a varias personas.

Esto de escribir en hojas en blanco parece darles paso a recuerdos que creí olvidados. Mientras mi puño se mueve sobre el papel, mi cabeza trabaja velozmente y ha comenzado a soltar recuerdos que salen de mi mente como cuervos hambrientos y atacan sin piedad al papel.

Es que no sé si la locura está a flor de piel en este instante, pero casi podría jurar que escucho las risas de mis amigos en aquella noche de abril. Siento la espuma de la cerveza en mi bigote y huelo el olor a cigarro y patatas fritas que estaban sobre la mesa que compartíamos. Luciano había hecho un mal chiste que solo provocó nuestras risas y que le lanzáramos par de patatas en la frente.

—¿Y haciendo esos chistes de mierda piensas que Isabel te dará bola? —Joaquín se había burlado de Luciano mientras le daba un gran trago a su cerveza.

—A ver, Luciano, cuéntame otro chiste a mí. Quizás tengas otro mejor que me haga bajar las bragas aquí mismo —le dijo Dolores, cuyas bragas se bajaban más fácil y rápido que decir "santiamén". Era la única mujer de nuestro grupo de hombres y su lengua ya había recorrido tres de los seis penes que había en la mesa. Y no, el mío no estaba incluido, pues yo era, de los seis, el feo al que pocas veces recurrían por placer. Aunque para mí no era un problema no haber sido babeado por Dolores, pues no me inspiraba nada, ni sus prominentes pechos ni sus labios de ornitorrinco.

—Ayer una piba me rechazó diciendo que debíamos tener telepatía para poder estar juntos. Entonces le llevé una tele a su tía y me terminó tirando un zapato para que me fuera —dijo Luciano y todos nos quedamos en silencio sin entender el chiste. Él tenía cara de idiota emocionado cuando dijo: —¿No lo entendéis? Tele-pa-tía. Una tele para tía.

Estallamos a carcajadas por lo excéntrico e infantil que era Luciano, pero sabíamos que, si un día no estuviera, extrañaríamos su intento de comediante. Y así fue cuando se marchó a América un par de años después. Todos los que estábamos en esa noche sabíamos que algún día nos separaríamos y fue el mayor motivo para estar ahí bebiendo cerveza espumosa y comiendo como cerdos. Fue en esa noche, en medio de charlas sinsentido y borrachera, cuando surgió la idea de crear un lugar en donde todos los años nos reuniríamos para recordar siempre nuestra amistad y pasarlo jodidamente bien. Fue en esa noche de abril cuando surgió la idea de La esquina de los feos.

—¿Y cómo creéis que estaremos de aquí a cinco años? —Luciano había soltado la clásica pregunta del estudiante a punto de graduarse.

—En una isla del Caribe, con mucho dinero y con cero presencias humanas —había comentado Javier con una sonrisa borracha. Mezclar codeína con alcohol era su experiencia favorita para ese entonces.

La Esquina de los FeosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora