Adam Young era un chico común de un pueblo pequeño. Era alguien educado y respetuoso, aunque en ocasiones se metiera en problemas, le gustaba salir con sus amigos y su perro y pasar el rato, a demás que era un fiel creyente de que se debian de tomar acciones para salvar al mundo de las cosas que los humanos estaban haciendo; este pensamiento surgió en él gracias a su amiga Anathema. Para estar entrando a sus diecisiete años de edad Adam mantenía la inocencia y actitud de un niño, para esto algunos era adorable y lo consideraban tierno, otros sólo lo consideraban torpe e inmaduro; pero eso queda a elección de cada quien.
Quiza lo más raro que le había pasado era descubrir que sus padres no eran sus padres biológicos; algo poco común pero no imposible para un chico que nació el mismo día, a la misma hora y en el mismo hospital que otros dos bebes. Aún que Adam no sabia esto ultimo realmente, por lo cual saber que ellos no eran sus padres lo confundió; y saber que su verdadero padre era Satanás, bueno, no es la cosa más común de oír; y menos cuando te lo dicen un ángel y un demonio después de evitar el fin del mundo que estuviste a punto de provocar. Pero en su defensa, él no quería iniciar el armagedon, fue una accidente.
Pero a pesar de eso las cosas cambiaron para mejor, o eso le habían dicho el ángel y el demonio; que le habían explicado que él había cambiado las cosas y que todo estaría bien. No entendió muy bien a que se referían, solo le importaba saber que sus padres, aquellos que lo criaron y amaron, seguirían siendo sus padres, y eso le hacía feliz.
Cuando el verano acabó y volvió a la escuela las cosas seguían siendo como siempre fueron; solo que ahora el era consiente de que podia hacer geniales trucos cuando quería; era como un súper héroe; y si algo le habían enseñado los cómics y películas era que los héroes debían de mantener sus poderes ocultos y ser responsables, y para Adam era difícil en ocasiones ya que le gustaba presumir de vez en cuando.
Su adolecencia fue agradable, comenzaban a gustarle cosas nuevas y a jugar juegos diferentes; aún iba con los Ellos a divertirse, aunque en ocasiones sólo hablaban y en otras iban a nadar o al cine.
Todo era común en la vida de Adam Young; por eso aquella noche que su madre lo mando a dormir y él se quedó leyendo una interesante artículo sobre sirenas en la revista que Anathema le regalo, mientras comía de una bolsa de dulces que había comprado esa tarde; pues ¿qué adolescente se va a dormir cuando se lo ordenan? Por lo menos Adam no.
Bien, pues esa noche que perro dormía tranquilo a los pies de la cama, cuando un extraño humo negro lo rodeo como una especie de mini-tornado y una voz desconocida parecia llamarlo en un idioma raro, se asusto dando un salto en su cama que hasta Perro desperto y bajo de esta de prisa mientras ladraba. Durante unos segundos no vio nada, solo humo negro; después dejo de escuchar a Perro, y cuando el humo desapareció se encontraba en un lugar desconocido donde una persona lo miraba con asombro, y luego con decepción.
—"¡Una Bruja!" — fue lo primero que vino a la mente de Adam, tenia el cabello castaño oscuro y un poco largo, llevaba ropa negra, o quizá gris oscuro, Adam no sabia mucho de colores; donde la camiseta llevaba letras rojas que se leían "Cannibal Corpse" y una imagen que no era fácil de ver por las escasa luz de las velas, los pantalones de algodón y las sandalias delataban que la bruja estaba en pijama; tal vez estaba preparándose para dormir. Adam se preguntó si las brujas siempre aparecían gente antes de dormir, quizá lo quería para algún sacrificó.
La bruja suspiro molesta, quiza Adam no le servia para sacrificio. Eso lo hizo sentir aliviado, no queria morir tan joven. La bruja lo miro fijamente con sus ojos azules. Le gustaban esos ojos; tal vez podría ser su amigo. Adam no tenían ninguna bruja como amiga, salvo Anathema pero ella era ocultista; si eran amigos ella podría enseñarle sus trucos de magia, quizá le enseñase a volar en escoba; eso seria de las cosas mas increíble que podría hacer.
— ¿Quieres un caramelo de limón? — se los extendió mientras sonreía, esa sería una buena manera de iniciar su amistad.
La bruja tomo un par de la bosla y lo miro confundido.
—Gracias.— murmuró de manera muy baja, le fue difícil escuchar bien su voz.
— No hay de que. Oye, ¿de casualidad no seras una bruja? — era mejor preguntar, quizá también era ocultista como Anathema. La bruja, le llamaría así hasta saber su nombre o que le dijera que no era una bruja, lo miro fijamente, tal vez con molestia.
— Soy un hechicero, no una bruja. — su voz era de hombre; Adam abrió los ojos con asombro, eso era mejor que una bruja, los hechiceros como Merlín o Gandalf tenían poderes muy geniales, aunque era viejos de barbas largas, pero este era joven. Quizá podría unirse a su grupo de amigos y todos ir en una búsqueda mística de objetos mágicos enfrentado dragones y trolls; o ir al cine a ver una película de hechicería; ambas ideas emocionaban a Adam.
— Eso es genial, ¿sabes aparecer cosas y convertirte en animales? ¡Como un dragón! — el hechicero lo miraba raro; Adam se dio cuenta de que no se había presentado, con razón el hechicero lo miraba así, había sido muy grosero. — Oh, perdón. Me llamo Adam Young, ¿cuál es tu nombre?
— Soy Warlock Dowling. — a Adam ese nombre le parecía genial.
— ¡Que nombre más genial! — Warlock, el hechicero desvío la mirada y sonrió; Adam tomo eso como que el cumplido le gusto. — Warlock, ¿quieres ser mi amigo?— el hechicero lo miro confundido y Adam le mostró su mejor sonrisa.
Esperaba que Warlock si quisiera ser su amigo.
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Caramelo de Limón | Antichristboy-friends.
FanfictionWarlock intenta invocar a Satanás para que le conteste algunas preguntas. El resultado no es lo que esperaba. [...] Los personajes perteneces a Neil Gaiman y Terry Pratchett. Esta historia puede tener ligeros spoiler del libro y serie de Good Omens.