Las semanas pasaron y el cumpleaños de los dos niños, ahora ya no tan niños pues estaban cumpliendo sus diecisiete años de edad; corrían de allá para acá con las armas en alto, apuntando con precisión a los pertenecientes al equipo enemigo; Adam había sido nombrado como el líder del equipo Rojo, acompañado por sus dos amigos Brian y Wendslydale; mientas que el líder del equipo Azul era nadie menos de Pepper, tomando como su segundo al mando a Warlock; este último no se quejaba pues la chica tenía una gran habilidad para planear y liderar ataques que era casi aterrador, como si el juego se tratase de una guerra para ella.
En una de sus grandes jugadas logro tomar a Adam como un prisionero; Warlock como sub general se vio en la importante tarea de vigilarlo, y eso se trataba de vigilarlo en uno de los cuartos de descanso que la chica se lanzaba a la ofensiva al campo de batalla.
Por su parte los dos adolescentes charlaban tranquilos mientras comían frituras, con los trajes machados con pintura de colores parecían la imagen de un cuadro abstracto; Walock pensó en agregar una imagen así a la pequeña colección que se había estado creando.
—Sabes, este solía ser un convento de monjas hace muchos años...— comento Adam, recordando las viejas historias de monjas fantasma que rondaban por el lugar.
Por su parte el ya no tan pequeño Warlock se atraganto con su bebida.
— ¿Y se quemó más o menos por estas fechas? No puede ser, mí madre me lo contó una vez, ¡Yo nací en este lugar!— el adolescente de cabello oscuro miro alrededor sorprendido, ahora entendida el por qué su madre no quería ir ahí; pues le había comentado que la actitud de las monjas le genero una sensación incómoda.
— ¿Enserio? ¡Eso es genial! ¡Yo también! — Ok, eso se estaba poniendo algo raro, aquella coincidencia le genero una extraña en el pecho, una extraña opresión que le decían que aquello podía ser algo importante. — Es increíble, quizá estábamos destinados a conocernos desde que nacimos. — Aquella frase le genero una sensación cálida en el corazón, no supo bien el porqué. Saco un poco ese pensamiento de su cabeza, recordando sus conversaciones con Anathema cuando iba a su casa a tomar el té.
Warlock no sabía si le gustaba Adam; es decir, el chico era atractivo, inteligente, divertido y muchas cosas más que se tardaría todo el día. Pero admitir que sentía algo mayor que una amistad por él era difícil; más que nada por aquella extraña opresión en su pecho cada vez que lo miraba o pensaba en él, no sabía que era pero ahí estaba, negándose a desaparecer. Por ahora lo mejor para él era mantener una amistad simple, mientras ponía todo en su lugar.
—Escuche que un rayo cayó y todo el lugar se quemó, que no pudieron apagar el fuego hasta que todo el lugar quedo en ruinas; dicen que lo espíritus de las monjas que murieron rondan por aquí en las noches. — aquello último le dio una idea.
—Adam, ¿te gustaría hablar con los fantasmas?
El preparar las cosas para el ritual fue simple, no era como invocar a un demonio por lo cual no fueron necesarios objetos muy extravagantes, solo unas cuantas velas y encerrarse en la sala de descanso. Warlock ya conocía aquel ritual de memoria por lo cual solo les tomo unos minutos tener al espectro de la monja ante ellos, la sotana blanca y negras daba una imagen especialmente pálida a su algo gordo y arrugado rostro, era como una abuelita con cara de haber sido llevada a un asilo por sus hijos, no de muy buena gana. Tenía los ojos sumidos en sus cuencas dando una sensación de que estos se hundirían en su cráneo en cualquier segundo, el cuello inclinado en un ángulo irregular que hacia parecer que inclinaba la cabeza con curiosidad, pero en realidad se trataba de que su cuello había sido roto; no había ningún rastro de quemaduras en ella, lo cual indicaba que no había muerto en el incendio; eso le genero algo de curiosidad al joven hechicero.
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Caramelo de Limón | Antichristboy-friends.
FanficWarlock intenta invocar a Satanás para que le conteste algunas preguntas. El resultado no es lo que esperaba. [...] Los personajes perteneces a Neil Gaiman y Terry Pratchett. Esta historia puede tener ligeros spoiler del libro y serie de Good Omens.