13- Porque siempre lo mismo, parece que los monstruos están todos contra mí

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Los padres de Percy llegaron un poco más tarde, ya que habían comido fuera. Sally insistió en que nos quedaremos, que no era un problema y que no íbamos a coger el bus a estas horas, y no supe como negarme.

Decidimos dar un paseo por un parque cercano, ya que llevábamos dos días encerrados en casa. Will consiguió que le dejase mi móvil, que no suelo usar mucho, pero no iba a dejárselo en casa de la señora Jackson para que atrajese los monstruos hacia allí. (Esta vez llevaba my daga conmigo, por si a caso).

Solace ni nos miró ni habló con nosotros en cuanto se puso a escribirse con Nico, creo que llevaba un poco mal la separación.

—¿Qué hace? —me susurró Percy señalándole.

—Eh... No sé si a él le parece bien que lo diga... Solace, Percy pregunta que qué haces —dije dirigiéndome a Will.

Él dijo rápido «Hablar con mi novio» para luego seguir escribiendo.

Percy asentió mientras lo comprendía y yo me reí un poco. Le hablé de Nico, uno de mis amigos y también el dueño de la cabaña donde Will se colaba casi todas las noches.

—Les he pillado haciendo cosas que preferiría no haber visto —me reí.

Él sonrió y comentó lo feliz que se le veía a Will.

Empecé a contarle más historias sobre Will y Nico (en el campamento nos referimos a ellos como "Solangelo", y ellos no entienden que quiere decir eso, así que hablamos delante ellos sobre su relación sin que se den cuenta).

Le iba a contar otra anécdota divertida cuando me di cuenta de que esto estaba mal. ¿Qué estaba haciendo? Yo era una asesina profesional, no estaba aquí para hacer amigos. Percy parecía en una persona genial y no era su culpa que su padre fuese Poseidón, ¿pero qué otra opción tenía? Zeus me había amenazado ya múltiples veces y sabía lo que pasaría si no cumplía una misión; y no iba a permitir que Will muriese por mi culpa.

El paseo se sumergió en un silencio incómodo en el que yo sufría mientras pensaba qué haría, cómo lo haría y cuándo. También pensaba en Sally Jackson y lo mucho que parecía querer a su hijo.

La cabeza estaba apunto de estallarme, cuando oí un gruñido detrás de nosotros.

Me giré al tiempo que una hidra se abalanzaba sobre mí. Estúpido móvil, pensé.

Saqué mi daga del cinturón, sin saber muy bien qué hacer. No podía atacar a las cabezas, si corto una saldrán otras dos. Will está a mi lado, aunque desarmado. Intenta controlar la luz del sol y deja ciega a la hidra momentáneamente, pero enseguida el efecto se pasa, ya que Will no heredó mucho poder del sol por parte de su padre.

Percy está detrás nuestro, sin saber que hacer. Le voy a decir que busque una fuente o use agua de las alcantarillas cuando la hidra se vuelve a abalanzar sobre mí. Lanzó ácido y lo esquivé por muy poco. Había que quemarlo o hacerlo explotar, ya había luchado antes contra este monstruo. Pero en aquel momento estaba Clarisse que tenía armas de sobra como granadas.

Entonces se me ocurrió una idea, mientras observaba que cada una de sus tres cabezas nos vigilaba a cada uno de nosotros.

—¡Corred en círculos alrededor de la hidra! ¡Y no cortéis ninguna cabeza!

Hicieron lo que les dije, aunque debían pensar qu estaba loca. Después de dos minutos corriendo alrededor y cambiando de sentido de vez en cuando, mientras escapaba de su saliva letal, las tres cabezas de la hidra se enredaron entre sí.

Will cayó agotado al suelo y Percy se alejó un poco porque seguían escupiendo veneno.

—¿Y ahora qu... —empezó a preguntar este último, pero yo salí corriendo de allí.

Encontré un puesto de hotdogs y aproveché que el encargado estaba ocupado para robar un cubo de aceite ardiendo que se usaba para cocinar las salchichas.

Volví todo lo rápido que pude y, al mismo tiempo que el monstruo me escupía, le tiré el cubo de aceite ardiendo.

El monstruo soltó gritos y gruñidos guturales mientras se deshacía en agonía. Por un momento pensé que todo había pasado, cuando noté un dolor agudo en el brazo. El ácido de la hidra me había alcanzado y noté que todo el brazo me ardía, la cabeza me dolía y que el mundo daba vueltas. Will se acercó a mí de la que me desplomaba cogiéndome el brazo.

—Mierda, Annie —murmuró, mientras se agachaba junto a mí. Entonces soltó un suspiro—. No era venenoso, menos mal.

—¿Puede no ser venenoso? —preguntó Percy, que se arrodillaba a su lado.

—Las hidras puedes escupir ácido, veneno y a veces incluso fuego. El ácido la habría matado si le hubiede atravesado algún organl vital o si se estuviese desangrando, pero solo le ha rozado el brazo, así que solo es una quemadura pero de las peores que puede haber —las palabras de Will me llegaban pero como si hubiese una pared fina entre nosotros dos.

—¿Cómo sabes que no era veneno? —siguió Percy.

—Ya he tratado casos así —respondió Will— la parte donde alcanza el veneno se pone verdosa y... bueno, estaría agonizando y muriendo si así fuera, aunque por lo que está pasando no es mucho mej...

Dejé de oír a Will porque me empezaron a pitar los oídos. Sabía que no duraría mucho, qud todo era por culpa del dolor y que se pasaría, pero no iba a aguantar mucho más tiempo consciente.

Noté que alguien me levantaba y me dejaba en un banco cercano. Poco a poco la vista se me empezó a nublar con puntitos negros y dejé de oír, ver y sentir.

Cuando me desperté vi que Will me echaba desinfectante en la quemadura, que era una herida que me cubría casi la mitad del brazo. Lo sentía muy débil y casi no podía moverlo.

—Buenas noticias, señorita Chase, no va a perder el brazo ni la vida —bromeó Will.

—Debe ser una pena para ti, seguro que me querías perder de vista ya —dije, con la voz algo ronca.

Él rio un poco pero enseguida cambió su expresión, a una mucho más seria y arrepentida.

—Lo siento Annie, es porque yo iba con el teléfono... Si no hubiera sido un pesado seguramente ya estaríamos en casa de Percy, tomando unas galletas, en vez de montando una enfermería en un banco.

Yo negué con la cabeza. No me apetecía hablar mucho, pero quería que supiese que no era su culpa. Yo, por alguna razón, siempre había atraído mucho a los monstruos. Seguramente porque era hija de una diosa bastante importante y poderosa y además había llegado a los diecisiete años sin problemas, cuando muchos semidioses mueren antes.

Percy se me acercó y me sonrió, notablemente aliviado.

Me estaba poniendo muy difícil el trabajo.

Yo: En verano tendré mucho tiempo para escribir :333

Also yo: *escribe solo cuando queda menos de una semana para empezar las clases*

Bueno, he cumplido, he publicado antes de 2020, no he roto el juramento, todo bien, ahora si Rick mata a alguien no será culpa mía :))

Eso me recuerda que ya tengo reservado The Tyrant's Tomb y que me llega a principios de octubre y que me va a dar algo.

Por cierto, si alguna vez tenéis alguna duda sobre la historia, no dudéis en preguntarme, yo no tengo problema en resolver todas las dudas que pueda (es decir, sin spoilear nada).

~Pau

To kill a Seaweed Brain {AU Percabeth}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora