18.- ¿Cómo cazar a un ángel?

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En la Hacienda Montenegro, Gabriel hablaba con Damián sobre su situación luego del nacimiento de su hijo y del trato que acordaron

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En la Hacienda Montenegro, Gabriel hablaba con Damián sobre su situación luego del nacimiento de su hijo y del trato que acordaron.

G: el plazo se ha cumplido... han pasado semanas desde que tuve al pequeño Ángel y tal como acordamos yo ya cumplí con mi parte...

Con semblante preocupado, Damián preguntó: ¿qué quieres decir?

G: que este domingo me voy de Tierra Caliente...

D: pero ¿por qué tomas esta decisión tan de repente?

G. no es de repente... tú mejor que nadie sabe lo que acordamos porque fuiste tú quien puso las reglas... pues bien llegó la hora de que me vaya...

Damián miró fijamente a los ojos del castaño y le dijo: no Gabriel, tú no te vas a ir... simplemente no te lo voy a permitir...

 simplemente no te lo voy a permitir

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Entre tanto fuera de la Hacienda, Bruno se llevaba a Juan casi arrastrando y tapándole la boca para que no pudiera gritar... el chico intentaba soltarse, pero no podía hacerlo... forcejeaba inútilmente contra la fuerza del cruel capataz.

B: deja de resistirte o te va ir peor... en cuanto lleguemos a la casa te voy a enseñar quién manda para que dejes de ser tan arisco...

En un momento de distracción, Juan mordió la mano de Bruno provocando que este lo soltara por unos instantes, segundos que el chico aprovechó para salir corriendo y tomar rumbo a las caballerizas.

B: hijo de puta, pero no te me vas a escapar... te irás conmigo quieras o no...

Juan corrió hasta meterse en una caballeriza vacía, donde se escondió detrás de unas pacas de paja, estaba muy asustado y no sabía qué hacer.

El capataz caminaba sigilosamente, había visto entrar al chico en las caballerizas, por lo que fue revisando una a una sin éxito... llegó en la que estaba Juan y el pobre chico, muy asustado, dejó de respirar para evitar que sus suspiros fueran escuchados, a pesar de ello sentía que su corazón latía tan fuerte que podía delatarlo.

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