No es mi chico

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La casa de verano de los Park estaba a kilómetros de la casa principal en la ciudad, en un pueblecito poco habitado en primera línea de mar. Los padres de Jimin habían empleado gran parte de su dinero en comprar una parcela grande en una playita escondida, apartada del resto de chalés de verano, donde montaron su mansión de vacaciones. Taehyung también había pasado muchos veranos allí con su madre, dado que ella y la señora Park eran inseparables, casi tanto como lo era él con Jimin.

En cuanto a la casa en cuestión, se trataba de casi una mansión de dos pisos. La parte inferior tenía algunas habitaciones de invitados, la cocina y una primera sala-comedor de grandes dimensiones. En el piso superior había una biblioteca bastante equipada, una sala que Jimin y Taehyung usaron como su cuarto de juegos mucho tiempo, con un futbolín, billar, consolas y varios pufs.

Las habitaciones principales también se ubicaban en aquel piso y eran cuatro en total: una de matrimonio, dos individuales y una doble. Había un total de 4 baños en dicha planta, sumando dos aseos en la inferior.

Era una casa enorme, a decir verdad. Tenía además un patio de varios metros, con piscina, un tobogán, hamacas, tumbonas para el sol y dos mesas redondas con sombrilla donde sentarse a comer. En el piso subterráneo de la casa había un garaje donde guardaban dos coches, uno deportivo y otro 4x4 que les servía para hacer excursiones.

—Bien, ¿cómo nos acomodamos? —preguntó Jungkook, observando panorámicamente la estancia principal de la planta baja—. ¿Cómo cada año?

—Yo quiero la habitación matrimonial —dictaminó Jimin, decidido. Después de todo, era su casa—. Podéis pelearos por el resto.

—Yo propongo que Seokjin, Jungkook y Namjoon hagan una batalla épica a muerte por la habitación doble —bromeó Yoongi, sentándose con pereza en un taburete de la cocina. Los tres nombrados lo miraron con mala cara—. ¿Qué? Será divertido.

—Por qué mejor no se queda Tae con la doble y nosotros nos quedamos en este piso —propuso Hoseok, codeando al pálido—. Si no hay gente del servicio, sobran habitaciones.

Todos lo pillaron al momento. La táctica era dejar a los dos tortolitos en el piso de arriba, solos. Jungkook, Namjoon y Seokjin aceptaron ese plan sin reproches, mientras Yoongi lo hizo algo a regañadientes: él quería la habitación doble, porque el baño tenía jacuzzi y era más amplio.

—Está bien, todos a sus habitaciones. Hay que ordenar y luego salir a comprar algo para esta noche —dijo Jimin, tomando su maleta para subir las escaleras—. La nevera está vacía y conociendo lo animales que son algunos, tendremos que remediar eso pronto.

El grupo supo que se refería a Jungkook y a Seokjin. Ellos eran deportistas, por lo que comían como verdaderas bestias. Namjoon les rozaba los talones, pero no era comparable.

Unos segundos después, todos se habían marchado a sus cuartos. Taehyung y Jimin se habían ignorado completamente en la subida de las escaleras, en un silencio incómodo.

—¿Querrás que cocine yo? Jin hyung puede ayudarme —se ofreció el moreno, de camino a las habitaciones. Jimin aceptó con un leve murmuro—. ¿Melón con jamón?

El rubio sonrió chiquito. Era una receta sencilla que su mejor amigo había aprendido cuando viajaron a España hacía un par de años, en compañía de sus padres. A todos les gustaba y era algo perfecto para el temporal caluroso.

—Melón con jamón es perfecto —aceptó el bajito. Cuando se disponía a entrar a su habitación, Taehyung lo detuvo del brazo—. ¿Qué?

El moreno suspiró.

—Jimin, sobre lo que pasó en casa... Soné demasiado rudo y no quise decirlo así —intentó explicarse, nervioso.

—No importa —cortó Jimin, seco. Estaba enfadado, Taehyung lo sabía—. No tardes, hay que ir a comprar.

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