❊ 𝑃𝑟𝑜́𝑙𝑜𝑔𝑜

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El trabajo de Stephen Strange ha sido duro desde siempre, porque todos saben lo duro y cansado que puede ser la vida de un neurocirujano, sumándole la increíble fama que se había ganado con el paso de los años. Sí, las cosas podían resultar complicadas, hablando de tiempo, que para él es demasiado valioso ―tanto dentro como fuera del trabajo―. Intenta no mezclar su vida personal con su trabajo, aunque esto se había vuelto costumbre hace 8 años atrás, casi 9 tal vez; desde el comienzo de su pequeña familia.

El doctor Stephen Strange, un Alfa de alta cuna ha estado unido a un Omega por más del tiempo que cualquiera que conozca (o medio conozca) al neurocirujano en su área laboral, creería que este es un huraño, sin pareja, que se la pasa detestando a la humanidad. Él era muy difícil de tratar; pero eso solo no aplica con el famoso Omega que cambió tanto del doctor. 

Everett K. Ross, hizo temblar el suelo del neurocirujano hace muchos años, cuando estaba a nada de terminar sus veintes y comenzar sus treintas. Stephen cumplía con su turno, aún siendo un novato a los ojos de los médicos. Tal vez suene muy cliché eso de conocer a tu pareja en un hospital, más todo fue una casualidad. Un joven Everett visitando a un amigo de la fuerza aérea en recuperación, más antes de llegar a la habitación que buscaba, terminó perdido en el ala equivocada del hospital; topándose con Stephen. Según la historia (como la narra Strange), Ross quedó prendado totalmente de los hermosos ojos tan interesantes; puede que el Alfa tienda a romantizar la historia solo cuando se encuentra con su Omega, que se avergüenza demasiado al oír como su pareja cuenta su hermosísima historia de amor. Tal vez Stephen no mentía, pero Ross jamás diría nada al respecto. Volviendo a lo sucedido: la realidad de ese encuentro fue que Strange sintió algo extraño con solo ver al rubio; al final de todo, terminó ayudando al piloto a encontrar la habitación deseada y tuvo un pésimo intento de coqueteo, que de pura suerte, funcionó con el bajito Omega.

Vaya que los resultados dieron frutos, siendo un total y completo éxito para Stephen. 

Con el paso del tiempo se unieron más y más, dos años de relación en los que se acoplaron a los horarios de trabajo, los días libres y citas; no faltaron las peleas, más todo dio el perfecto resultado de Everett en cinta. 
Un año después de contraer matrimonio, la fabulosa noticia que el rubio cenizo quedó en cinta fue una especie de bomba que estalló en el rostro de los amigos más cercanos de la pareja, ¿Cómo no? Un cachorro siempre era algo bueno (cuando los padres lo deseaban, cabe aclarar). 

Con la llegada del pequeño las cosas se fueron de las manos al comienzo, podía decirse que era un caos total, pañales, biberones, ropa, vómito, etc. Eran padres primerizos, ni con toda la capacidad que tiene Stephen para retener información fue capaz de tolerar al principio. Poco a poco, ambos dando de su parte lograron que las cosas no fueran tan espantosas. Las largas desveladas eran costumbre para Strange y tener paciencia era algo que ambos compartían. Ross con su lado Omega a flote lograba tenerle toda la paciencia a su cachorro, el primer y segundo año que el niño necesitaba mucha atención. 

En la actualidad, el hijo único de la familia Ross-Strange tiene 6 años. 

Jonathan V. Strange. 

Un pequeño de cabello castaño oscuro, podría decirse que casi negro, con pequeñas ondulaciones, piel blanca tal como la de Everett, poseía unas largas y quebradas pestañas y ni hablar de esos ojos idénticos a los de Strange. Físicamente el niño era una viva imagen de su padre Omega, a excepción de esos bellísimos ojos con heterocromia, que cautivaron por completo el corazón de Ross. Si bien el rubio no admitía estar perdidamente enamorado de la mirada de su esposo, era más que obvio lo enamorado que estaba de los bellísimos ojos de su hijo. 

Jonathan era un pequeño excepcional, de lo más inteligente y siempre radiante. Al ser hijo único, hay que admitir que sus padres lo tienen bastante consentido; cuando el niño se merece algo, Stephen y Everett no dudan ni un segundo en darle lo que desea. Aunque el aspecto del niño es como el de todos los demás niños, Everett sabía que su pequeño era un alfa, lo sentía en el aroma de Jonathan y en su forma de comportarse con otros niños; Strange no se fijaba mucho en el subgénero de su hijo, pero vaya que se llena de orgullo cada que alguien dice que Jonathan será un gran alfa. ¿Qué padre no estaría orgulloso de oír eso? 

Ellos tres son una pequeña familia. 

La mejor que Stephen pudo pedir.

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¡Hey! Sí, vengo con un short-fic esta vez. 

La historia que están por comenzar tiene algunos giros, no todo irá por el buen camino. Se centrará más que nada en el punto de vista de Strange, de como es tener una familia; lidiar con el trabajo, problemas maritales y la crianza de un hijo que es demasiado parecido a él, en más de un solo aspecto.

En realidad esto iba a ser un one-shot, pero tiene demasiado potencial como para dejarlo solo así. Trataré de explicar con claridad las situaciones, porque esta pequeña historia Everstrange dará entrada a un fic un poco más elaborado que tengo en espera.

Sin más que decir, espero que les guste.

Little family | EverstrangeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora