Capítulo 29

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Dos cosas.
Si os sale que actualice el capítulo 30 y no os deja entrar ¡Es normal! Le di sin querer a publicar y no estaba terminado, por eso lo anule.
Lo subiré dentro de nada, no os preocupéis 🖤

Y el smut de Marcus e Ian en este capítulo no ocurre!!
Pero os dejaré el "capítulo anterior" para que tengáis el smut vivo 😂

Narra Ian

Lucía se durmió encima mio. Estaba tan preciosa, seguía chupando el biberón sin haber leche.
Era un jodido ángel.

– Ian... – Me llamó Marcus.– Está todo listo. Dentro de unas horas nos encaminaremos hacía allí. Si sigue dormida sería mejor.– Le acarició la cabeza.

– Crees...– Tragué saliva.– ¿Crees que nos quiere?–

– ¿A qué te refieres?–

– Llamaron sus padres, dentro de dos días ya estarán aquí... Y nosotros nos iremos... ¿Nos buscará? ¿Dejará de hablarnos? No... No la puedo perder.– La apreté más fuerte contra mi cuerpo.

– Ian tranquilo...– Me acarició la espalda.– Nos buscará, hazme caso.

– ¿Por qué debería? Entiéndeme. Nos conoce de apenas unas semanas, y entiendo que llevemos las veinticuatro horas del día juntos. Pero no tiene ninguna necesidad de nosotros, es más, diría que estaría mejor...– Lo último lo susurré.

Y es que tenía un miedo irracional a perderla. Era como cuando de niño iba a casa con el dinero trabajado a dura jornada. Y sabía que mi hermana estaría con alguno de esos imbéciles, que si quisieran, la habrían matado.

Y es que la mirada de Lucía detonaba de todo menos miedo, y en una parte de mi, me daba celos que ella creciera en un entorno de amor, cuando el mío sólo fue sufrimiento.

Pero en parte lo agradezco, porque a nadie le desearía lo que me pasó a mí.

– Ey...– Me zarandeó Marcus.– ¿Estás bien?–

– Sí... Sí, perdón. ¿Que decías?– Acomodé a Lucía en el sofá y abracé por la espalda a Marcus.– Estoy un poco ido, perdón.– Le di un beso en la mejilla.

– Anda... Ayudame a preparar las cosas para Lucía.– Me acarició la mejilla y me dio un beso.

– ¿Que nos llevaremos? ¿Hará frío?– Pregunté mientras subíamos las escaleras para ir a la habitación de Lucía.

– Tranquilo enserio.– Río.– No hará frío, pero por si acaso queremos salir de noche a ver las estrellas le llevaremos una sudadera. Estaremos un día allí.– Comento sacando una mochila y comenzando a acomodar las cosas.

– ¿Crees que le gustará?– Suspire apoyándome en una cómoda.

– ¿Por qué no debería? A Lucía le encanta la naturaleza más que a nadie, amara ese sitio.–

– Y no crees... ¿Que se sentirá utilizada?–

– ¿Cómo?– Dejo lo que estaba haciendo para mirarme.

– Pues ... La llevamos a un sitio bonito para... Bueno lo que tú ya sabes. Y después de un día nos marcharemos. ¿No le sentara mal?–

– No lo he pensado así...– Exhaló.– Igualmente si le aclaramos doscientas veces más que la queremos, creo que se aclarara.–

– Eso espero...– Medio sonreí y comencé a ayudar a Marcus con la ropa.

[...]

Narra Lucía

Me desperté por Marcus e Ian. Estaban hablando flojo, sí. Pero era lo único que se escuchaba, aparte de un motor.

Espera ¿Que?

– ¿Donde estamos?– Exclamé mirando por la ventana. Todo era bosque...

– Se dice buenos días bebe... – Me fulminó con la mirada Ian.– Y estamos de camino a una sorpresa.–

– Me vais a matar, para torturarme y darme de comer a las bestias. ¿Verdad?– Ian me miró con una ceja alzada para seguir mirando la carretera.– Y buenos días.– Sonreí inocentemente.

– Recuérdame quitarte la televisión y la Kindle...– Murmuró Marcus.

– Oh... Sois hombres lobos que me vais a llevar a vuestra manada para marcarme, y así tener una lucha...– Murmuré recordando las historias de mates.– Uh ¡Pero en todas la chica odia al chico! Aunque luego se enamoran misteriosamente de un día al otro. Ugh.– Suspiré.

– Pensaba que te gustaban.– Se giró Marcus a mirarme.

– No están mal, pero son todas muy repetitivas. Entretienen, no te niego que haya buenas. ¡Hay algunas flipantes! Pero son iguales.– Me encogí de hombros.

– ¿Tienes hambre? Podemos hacer una parada y coger la comida del maletero. Pensaba que te ibas a quedar todo el camino dormida, queda poco, pero llevas bastante sin comer.– Contesto Ian sonriendo.

Asentí levemente y se aparco a un lado de la carretera.
Entonces, Ian fue a sacar la comida del maletero y Marcus se fue a sentar al lado mío.

– Está frío pero te gusta así, las galletas que no coma muchas que ya sabes cómo se pone. Y no comas todo, porque te mareas en los coches y no quiero problemas.– Comento Ian dándole todo a Marcus por la ventana. A su vez me acarició la cara y se asomó para darme un beso en la frente.

Marcus se acercó y bajo la mesita del coche, es bastante mierda la verdad, a la mínima se mueve. Pero es algo.

Comencé a comer las galletas mientras sentía las caricias de Marcus por todo mi cuerpo, la sensación de quedarme dormida volvía.

– ¿Te doy yo el Bibi mi amor?– Susurró Marcus.

Aunque sea una relación más de ddlg, habían cosas que añadían del abdl. Cómo el chupete que mayormente lo llevaba y el biberón que siempre tomaba de ahí.

Marcus se las ingenio para que me apoyara encima suyo y comenzar a darme el zumo.

– ¡Nena cuidado!– Exclamó Marcus al ver como me manchaba.

Había abierto la boca de la impresión que tenía. Delante nuestra estaba una casa de madera preciosa, rodeada de árboles junto a un lago. Dios mío.

– Bebe cuidado si te manchas, no hemos traído tanta ropa para los recambios.– Me regaño Marcus.

– ¡Quiero bajar! ¡Porfi! ¡Porfi! ¡Porfi! ¡Esto es increíble!– Exclamé saltando encima de Marcus.

De reojo vi a Ian sonreí y a Marcus reír.
Sé que actuaba como una niña pequeña, pero me daba igual.

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Perdón por el retraso :((
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