Capítulo 23

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¡Aclaro! El final del capítulo anterior (22) se que es muy confuso. Pero necesito que lo recordéis hasta el final del libro ¡Es clave!

Y tranquilas el capítulo anterior no era el final, aún queda mucho para eso, quiero acabar el libro cuando tenga Cuarenta y pico de capítulos.

Por cierto, queréis que haga una comunidad en amino para hablar de cosas? O preferís Instagram?

Sin más, ¡new chapter!

Narra Lucía

Las cosas ya se habían calmado.

Ian y Laura se habían ido a denunciar a James. Marcus y yo nos habíamos quedado todo el rato viendo películas y jugando videojuegos.

– Mi amor ¿No tienes hambre?–

– Uhm no ¿Por qué?– Ladeé mi cabeza.

– Desde el incidente de esta mañana no hemos comido nada, y ya han pasado muchas horas.– Y tenía razón, desayunamos a las 11 y ya son las 18.

– No, no tengo hambre.–

– Uh, que pena que no te esté preguntando, es un, vamos a comer. Arriba.– Me cogió en brazos y me llevo hasta la cocina.– No se si prepárate algo contundente, o merienda.– Termino diciendo dejándome en la encimera.

– ¡Merienda!–

– ¿Chocolate?– Negué.– ¿Bocata?– Negué.– ¿Pastas?– Negué.– ¿Entonces que quieres?– Le sonreí con inocencia.– Ah no no. Comeras y punto.– Hice un puchero y me dio un beso en la cabeza.

– Tengo el estómago revuelto papi... No quiero comer nada, no queda mucho para la cena. Por favor...–

– Vale...– Suspiró.– Pero comeras mucho en la cena.– Me apunto con el dedo y me llevo de vuelta al salón.

[...]

– ¡Daddy! – Salí corriendo cuando escuché la puerta principal abrirse. Ian me cogió en brazos y me dio muchos besos.– ¿Todo bien?–

– Sí mi amor.– Nos sentamos en el sofá y yo encima suyo.

– ¿Y Laura?– Pregunto Marcus acariciándome las piernas.

– La dejé en su casa...–

– ¿Seguro que estás bien cariño?– Pregunto Marcus acaticiando la mejilla de Ian.

– Sí... Sí.–

– Daddy no nos mientas. ¿Que pasa?–

– Hay que volver a tu casa antes de cenar.–

– ¿Por qué?–

– M..me olvidé una cosa. Del trabajo.– Suspiró.

– ¿Vamos ya?–

– Claro. Conduce tú Marcus por favor.–

Ian me cogió en brazos y me puso en la sillita de bebés. Para acto seguido, coger rumbo hacia mi casa.

[...]

– Daaaddyy llevamos media hora aquí. ¿Cuando nos iremos? – Exclamé desde el salón.

– Aún queda cariño.–

– Hola...– Escuché la voz de mi padre en la puerta principal. PAPA.

– Papi.. Digo ¡papaa!– Salte encima suyo y lo abrace fuerte. Lo eche mucho de menos.
Llevaba días intentando comunicarme con ellos pero no lo conseguía.

– Mi niña... – Me acarició la cara y comenzó a llorar.

– ¿Y mamá?– Pregunté confundida.

Papá se quedó callado. Miré a Sara buscando una respuesta y miro al suelo y comenzó a sollozar.

N..no.

Narra Ian

Corrí hacia Lucía cuando se cayó al suelo de rodillas.

– Le está dando un ataque de pánico.– La cogí en brazos y la lleve al salón.

– Toma...– Me dio un ¿Chupete?– Cuando le dan ataques de pánico lo único que funciona es eso... Y el contacto directamente con la piel.– Asentí y le quite la camiseta a Lucía para hacer lo mismo con la mía.

Con ayuda de Marcus la coloqué encima mía y le puse el chupete.

– Respira pequeña. Por favor...– Susurré en su oído.

Comencé a acariciarle la espalda y ha decirle cosas bonitas en el oído.
Y poco a poco se comenzó a quedar dormida. Joder, como era tan preciosa.

– Marcus, Ian... Nos gustaría que siguierais cuidando a Lucía...– Interrumpió el padre de nuestra nena.

– ¿Os vais?–

– Necesitamos hacer los trámites para traer a mi madre hacia aquí. Y tardaremos unos días, porque los familiares de ella quieren que se quede allí.–

– ¿Tenéis familiares allí? – Asintieron.

– Fueron los que nos consiguieron un hueco en el hospital... Tenemos uno a nuestro favor. Los están intentando convencer con las niñas... Pero no sé.– Suspiró.

– ¿No os llevaréis a Lucía?– Pregunté.

– No. Le dan miedo las alturas y son 12 horas de vuelo. Más el estrés que ya tiene, le puede dar otro ataque de pánico. –

– Mami...– Sollozo Lucía. La abracé fuerte y comencé a mecerme.

– Nos vamos mañana por la mañana.– Suspiró.–

– ¿Y Sara no sé queda?– Negaron.

– Lucía conmigo se agobiaria. Me acuerdo cuando se murió nuestro abuelo, nada más ver a alguien de la familia. Se ponía a llorar. – Hizo una mueca.

– Nos vamos a dormir, muchísimas gracias.– Y sin más los dos se fueron a sus habitaciones.

Mi pobre bebé. Te protegeré de todo mi amor.

¡Capítulo! Vale admito. Me da asco este capítulo cómo está narrado, pero me daba penita dejaros sin.

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¡Y hasta la próxima!

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