Dulces melodías de piano [Nat/Anna]

Día 3: Futuro

Se miraba nerviosa. Sumamente nerviosa. Caminando de aquí para allá, con semblante preocupado en ocasiones y una mueca (que quería ser una sonrisa) nerviosa.

Ray se rió ligeramente al verla, haciendo que lo mirase, con un leve puchero enojado.

- ¡No te rías!

El azabache la miró divertido.

- No deberías estar nerviosa, Anna. Todo saldrá bien, lo digo en serio. – ella suspiró, sentándose a su lado, apoyando su cabeza en su hombro, mirando el ramo en sus manos, dubitativa.

- ¿Qué pasa si se arrepiente? ¿Qué pasa si ya no quiere casarse conmigo? – sus orbes zafiro comenzaban a cristalizarse. - ¿Qué voy a hacer?

Ray la abrazó por los hombros un momento, para después tomar delicadamente su mejilla, mirándola a los ojos. En un gesto que resultaba casi de padre a hija.

O en este caso, de hermano a hermana.

- Anna, yo no creo que Nat se arrepienta de casarse contigo. El día en que te lo pidió y cómo me pidió tu mano, me hicieron darme cuenta de cuán decidido estaba y lo mucho que te amaba, que él iba en serio contigo y que lo suyo, no era un simple enamoramiento... No debes preocuparte. Y en todo caso... Yo mismo iría por Nat si llegase a hacerlo. – lo último prometía una amenaza, algo que la hizo reír, sintiéndose más tranquila. Ray sonrió. – Emma y Norman quisieran verlos felices, al igual que yo y los demás.

Hacía 10 años desde que Emma y Norman no estaban con ellos, siendo Ray el único que quedase de aquel imparable trío. Además, del más desolado por la pérdida de ambos.

Anna tomó su mano en señal de apoyo, sonriéndole.

- Ellos están orgullosos de ti, Ray. En serio.

Él le sonrió y le apretó levemente la mano.

- Ahora debo llevar a la novia, ¿Lista?

- Sí.

Y en algún lugar, Emma y Norman sonrieron, orgullosos y felices del futuro de sus hermanos. O eso creyó Ray.

-Traumada Taisho