Believer.

Five.

Maratón.
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Corrio hacia el final de la nubes ignorando los gritos que pedían que se detuviera, por qué no lo haría, no ahora que tenía claro su propósito.

Cuando llego miró hacia abajo, aquella ciudad se ve tan pequeña desde arriba, demasiado podría decir.

-No puedes bajar.

-Tengo que hacerlo Sejin, es importante.

-No puedes es peligroso-insistio Sejin.

-Los hijos de los pecados van a tentarte y-.

-¡Callense!, se lo que estoy haciendo Wonjin y tú Sejin ve a cuidar a Tony que yo voy a estar bien.

El ángel salto.

Aquel recuerdo vino a su mente al ver a esos tres caminando juntos, estaba llendo al lugar donde se hospeda cuando los vio a lo lejos.

Habian bajado a la tierra y arrastraron a un aprendiz con ellos.

Habían pasado ya dos semanas desde ese día como si hubiera sido un sueño lo que pasó esa noche.

Claro que esa calma no podía durar por siempre, se metió con algo que no debía, por que con esos seres no se juega.

Yunseong no podría hacer nada contra dos demonios que en ese tiempo planearon mejor como joderle la vida, al principio pensaban solo asustarlo pero al ser hijos de la avaricia no iban a estar satisfechos con eso.

¿Por qué no obtener algo más?, el humano no estaba nada mal para los demonios, hace mucho que no se divertían de esa forma y Yunseong está como quiere.

El rubio se dirigió hacia el par de amigos que estaban a unas mesas frente de ellos y sin dudarlo se sentó en las piernas del humano.

Yunseong sorprendido miró al demonio mientras en su mente recordaba el momento en el que decidió jugar con aquella ouija pensando que nada malo pasaría.

Donghyun se sentó frente a ellos aún lado de Eunsang pero su vista estaba fija en Yunseong.

–Petit, ¿Por qué huiste de nosotros?–pregunto Donghyun

–Us-ustedes no s-son reales.

–Claro que si, si fuiste tú quien nos llamó, ¿No quieres jugar con nosotros?–dijo Minhee acomodandose mejor en las piernas del humano rozando su trasero contra el miembro ajeno.

Lee solo miraba la escena impactado por qué en su vida había visto a esos chicos que al parecer conocían a Yunseong y a su parecer de hace bastante tiempo como para decirle con total confianza petit, y eso que ni el le decía así.

Esto era un poco extraño para el pues la atención de ellos dos solo la tenia Hwang y por el comportamiento del rubio solo una cosa se le vino a la mente, ni siquiera presto antencion a sus palabras.

–¿Son tus novios Yunseong hyung?.

Esa pregunta hizo que el demonio a lado de el le mirará, Donghyun sonrió y revolvió los cabellos de Eunsang.

–Si, somos sus novios.

Simplemente no podía creerlo era extraño tenerle otra vez de frente, no sabía a qué habían bajado pero por como se encontraba se hacía un idea.

–Solo te haré una pregunta–hablo el ángel–¿Dónde esta?.

–No se de quién hablas.

–Sejin, por favor.

Las alas de Seungwoo estaban estiradas cada una amarrada, el otro ángel solo asintió ante las palabras de su superior y las cuerdas se estiraron haciendo que el único sonido en esa habitación sean unos gritos desgarradores, aún así no hablaría.

–Alto–las cuerdas calleron–responde a mi pregunta.

–Yo n-no se donde es-esta...

Las cuerdas volvieron a estirarse, Han soltó un grito mientras las lágrimas empezaban a caer por sus mejillas, un poco más y sus alas se desprenderían de su espalda.

En las esquina, oculto entre las cajas estaba Tony viendo todo en silencio tenía miedo, no entendía por que torturaban a Seungwoo, incluso el estaba llorando, vio las cuerdas tensar se, Sejin estaba como si nada y otra vez la pregunta salió de los labios de su mentor.

–Bien te daré otra oportunidad–se acercó a él y volvío a preguntar–¿Dónde esta Jinhyuk?.

Al no recibir una respuesta inmediata Wonjin chasqueo la lengua, pasó su mano por su cabello.

El último recuerdo de Tony esa día es aquel grito desgarrador de Seungwoo cuando sus alas por fin le fueron arrancadas.