Sasuke's Milfshake

Melting

Prompt: Cunnilingus

Era justo cuando estaba aprendiendo a controlar sus reacciones involuntarias, cuando parecía que sus sueños y fantasías comenzaban a disminuir por las noches, era en ese momento que se encontraba frente a frente con la ladrona de sus descansos.

Luciendo completamente inocente de todas las acusaciones por robarle su aliento, ahí se encontraba Sakura, su condenadamente gentil sonrisa adornando sus facciones, siendo su memorable rostro lo único que podía apreciar ahora que se encontraba parada frente a él con su larga capa cubriendo su figura.

Quizás era mejor de este modo, le facilitaría mantener sus distancias de ella.

—¿Qué crees que haces aquí? —demandó saber una vez que estuvo a una distancia razonable para que solo ella pudiera escucharla. Podía sentir su garganta comenzar a sentirse seca, pero lo ignoró, pensando que pudiera engañar de la misma manera a Sakura, quién ahora le devolvía la mirada con sorpresa.

—Estoy aquí para acompañarte...

—No puedes. Será mejor que regreses.

—¿Qué? —exclamó ella, su sorpresa y desilusión tornándose rápidamente en molestia, una que no se molestó en ocultar y Sasuke sabía que lo tenía bien merecido. Pero de igual modo, era mejor así.

—¿Por qué tuviste que venir?

—¿De qué hablas? Fuiste tú quien envió esa carta, ¿es que acaso no querías que viniera contigo?

—No lo entiendes, Sakura.

No había manera de que pudiera entenderlo, cuando escribió esa carta él aun pensaba en ella de manera platónica, inocente y conforme con la relación que habían mantenido hasta su partida. Cuando él le envió aquella carta, no soñaba con ella suspirando por él, susurrando su nombre en plegarias por más de sus caricias.

—¡No, por supuesto que no lo entiendo! —observó sus ojos comenzar a humedecerse y Sasuke hizo una mueca con dolor; recobrando la compostura un segundo después, tragó saliva al tiempo que ella continuaba desahogándose con esa mirada que traicionaba su mente puesto que también se le humedecían sus ojos cuando ella rogaba por más de sus embestidas en sus fantasías nocturnas —. Creí que tu querías esto tanto como yo, que esperabas tenerme a tu lado tanto como yo. Pero parece que me he equivocado, ¡muy bien! Me iré por dónde vine —declaró, girándose sobre sus talones para tomar el pomo de la puerta, escondiendo sus lagrimas de él.

Sakura había abierto ligeramente la puerta de la pequeña choza en la que Sasuke llevaba tiempo habitando durante su viaje, cuando él la volvió a cerrar al empujarla de nuevo. Sintiendo su proximidad, Sakura se limitó a abrir los ojos desmesuradamente mientras sus latidos se aceleraban ante la tensión que sentía emanar a sus espaldas.

—Si vienes conmigo, no seré capaz de controlarme.

Él no debería de estarla deteniendo, debería de mantener su distancia de ella ahora que aún tenía control sobre sí mismo, pero ella merecía su sinceridad. Era lo menos que podía hacer después de haberla disgustado tanto provocando que tuviera una idea errónea de sus sentimientos.

Sin embargo, el sonido de su voz grave fue suficiente para dejarla congelada por lo que parecían ser eternos segundos en los que el significado detrás de sus palabras era asimilado por el ninja médico. Sus mejillas se teñían de carmín y parpadeó hasta dispersar los restos de sus lagrimas mientras se armaba de valor para confesar:

—No te estoy pidiendo que lo hagas... —su voz, el dulce susurro que atormentaba sus pensamientos, expresando un permiso tan anhelado que terminó por romper su compostura.