(E l e v e n)

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-¿Que es lo primero que se te viene a la cabeza ahora mismo?-Preguntó el pequeño Brian mientras jugaba con las flores de su jardín, Rogerina pensó un poco la pregunta y luego comenzó a reír.

-¡Un pato!, haciendo... "Cuaaaaaaak"

Ambos niños comenzaron a reír por lo random del comentario, sin embargo la voz de la madre de Rogerina hizo saber que toda la diversión había llegado a su fin, un abucheo de tristeza sonó por parte de ambos.

-¿Te puedo ver mañana?-Preguntó la rubia y el niño asintio frenético, era algo que no se debía preguntar.
La niña sonrió con alegría y besó en forma de despedida la mejilla de su amigo, para así por fin irse a su hogar y disculparse con su madre por la tardanza.
La cara roja de Brian y su respiración agitada se hicieron presentes después de ver a la rubia marchar, comenzó a lanzar un montón de saltoa y golpes al aire por su victoria, una niña lo había besando,y no cualquier niña; era la niña que le gustaba.

En la actualidad, un dúo de viejas amigas volvían a encontrarse después de varios años sin verse. Brianna había encontrado de casualidad a Liz mientras hacía sus comprar, hace casi tres o cuatro años no se veían y era bueno saber que ambas estaban bien.
La pequeña rubia bebía de su café mientras su amiga hablaba de todo lo que le había pasado, ahora sabía que pronto iba a casarse con su hermano—Chico el cual tampoco había visto–y que iban a ser felices.

—¡Supe que Venus y Jess adoptaron un hijo!, ¿no es fantástico?

Asintió la rubia sin mucho ánimo, de hecho se sentía triste.
Sus amigas ya tenian hijos, estaban casadas con el amor de su vida he iban a vivir feliz por siempre. Pero el amor de su vida se había ido a cumplir sus sueños, estudiar las estrellas y seguir creciendo, sin ella a su lado.
—Me alegro por ti, en serio.

—Gracias, me encantaría que estuvieras allá conmigo... Como mi madrina.-Sonrió.- Freddie y John también irán, podrías decirle a Brian que te acompañe.

Brian...
Eran las siete de la mañana, la joven rubia dormía abrazada a su novio en la cómoda cama de su habitación, la calma fue rota cuando la puerta fue abierta por Ruth, quien traía una canasta de ropa sucia y una escoba en sus manos.
Brian se despertó rápidamente y lanzó una almohada a su novia, haciéndola despertar.

—Buenos días, Harold.-Dijo ella.- Hola Liz, ¿dormiste bien?,el desayuno está listo.

Ella asintió apenada.
—Dale un sueter a esa niña por favor,Harold. se va a romper.-Lanzó una risa y ella se fue.
Hubo un silencio incómodo pero todo acabó cuando la rubia comenzó a reír por la situación, se colocó la ropa y robó un sueter de su novio para poder cubrirse del frío, él solto una risa.

—Deberíamos tener un hogar para nosotros dos. Roger ya se fue con Brianny, ¿A donde podríamos ir nosotros?

El rizado pensó un poco la pregunta. ¿vivir juntos?, tenía una carrera y un trabajo y estable, iba a cumplir veintitrés años y seguía con sus padres.
—Yo... No lo sé.

La rubia hizo una mueca confusa.
—¿Cómo no vas a saberlo?

—Yo quiero seguir estudiando, quiero ser algo más. No sólo un simple maestro de astrofísica en una universidad, yo quiero algo más.

—¡Pero podemos lograr eso juntos!, podemos vivir juntos, tener una familia y ser felices. ¿No podemos ser eso también, Harold?

Sus ojos se llenaron de lágrimas, lágrimas que Brian trató de calmar pero simplemente no pudo, y vio como su novia se rompía a llorar, la vio tomar au bolso y salir de su hogar.
Y ella lo vio irse a otro país a seguir sus sueños, sin ella en ellos.

La vie en rose;;MaylorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora