i love the taste of your blood.

2.1K 204 61
                                    

Advertencia: Contenido +18.
Discreción al leer, gracias.

─ Rick, e-estás... muy cerca.

─ ¿Y qué? Acaso.. ¿te incomoda?─pero no recibió respuesta, cosa que lo impulsó a subir su rodilla y dejarla entre las piernas del castaño, que al sentir el tacto su piel se erizó.

El mayor hundió su rostro en el hueco del cuello de su pequeño, dejando ligeros besos húmedos que demostraban cariño, los cuales poco a poco se tornaron más agresivos y desesperados, sacándole jadeos al castaño; ambos cuerpos se fueron calentando con el paso de los minutos, la pierna que se hallaba en el medio de Morty, ahora se movía con lentitud, provocando una desgarradora sensación interna en el pequeño, pero que de alguna manera disfrutaba. Rick subió su rostro hasta el del niño, encontrándose con un rostro completamente rojo, unos ojos semi-cerrados, unos labios jadeando y rogando por más aire, sonriendo. Sin pensarlo dos veces, se abalanzó para chocar aquellos carnosos labios.

Un vaivén que inició y el cual dominó el de cabellos azules, fue el que, sin dudarlo, el castaño aceptó.

El mayor lo notó cuando, a los pocos minutos que llevaban de aquél apasionado beso, el pequeño cerraba con lentitud sus ojos y rodaba el cuello del científico con sus frágiles brazos, entregándose a aquellos sentimientos.

Por culpa del escaso aire que les quedaba, no tuvieron de otra y se separaron. La mirada de Rick se posó nuevamente en la de Morty, pero no era su típica mirada de desprecio o de enojo.

Era una mirada llena de deseo y lujuria.

Mientras que la del niño estaba en un punto fijo de la habitación, agachada. No se atrevía a cruzar sus ojos con los de el peliazul. No quería. Sentía que si lo hacía, de cierta manera algo dentro de él le gritaría que se descontrolara, que se entregara por completo, cosa que aún no ha pasado.

No lo hagas.

No lo mires.

No. Lo. Hagas.

Pero por un impulso involuntario de su cuerpo, sus ojos lograron conectarse con los azules oceánicos del mayor, que lo miraban con notorio deseo y una pizca de lujuria.

Mierda.

Una corriente eléctrica recorrió bruscamente todo su ser hasta aquél lugar privado al sentir los labios del peliazul contra los suyos, atacándolo de una manera indescriptible, pero fascinante. Las manos del susodicho personaje, bajaron hasta el trasero del niño, elevándolo y obligándolo a recargarse sobre él, llevándolo hasta su recámara para luego tirarlo sobre la fría cama, en la cual yacían ciertos cuadernos, golpeando la espalda del niño.

─ Con que hacías tareas, ¿eh?─Rió, poniéndose en una postura para nada favorable sobre el pequeño de rulos, el cual ahora sí que estaba a total merced del peliazul.

Un leve silencio se apoderó de la habitación, hasta que una risilla traviesa se escapó de los labios del mayor, mirándolo de una forma intrépida.

Recobró su postura para ponerse cómodo, sacando su bata con lentitud, al igual que su camiseta, tirando ambas cosas a cualquier lugar del cuarto, totalmente oscuro.

─ Mmm.. A-algo así.

Ladeó su cabeza indicando, o más bien, ordenando una acción al pequeño que, entendió de inmediato.

Sus manos temblaban por la tensión de la situación, lo abrumaban y acorralaban, sin mencionar el hecho de que tener una fiera como Rick (excitado) Sánchez sobre él, siguiendo cada movimiento que realizaba, sin desviar su jodida mirada; tomó el borde de su camiseta negra y quitándola de sí, de manera torpe y con nerviosismo.

─ ¡¿P-puedes dejar de mirarme!? Es intolerable.─gritó, cosa que hizo que los ojos del contrario se abriesen de sorpresa.

Este sólo sonrió.

¿Tan cínico eres, Rick?

La respuesta era un total .


─ No. Lo haré cuando se me plazca.

─ Pues vaya.

La cara del mayor parecía un dilema. No demostraba enojo pero tampoco satisfacción, esa respuesta del niño que ahora se hallaba con un ceño levemente fruncido y una sonrisa que a penas se lograda deducir, le pareció algo sorprendente.

"¿Morty, siendo atrevido? ¡Eso lo quiero ver!"─ pensó y sonrió para en un movimiento rápido, cambiar de posiciones y dejar al pequeño encima de él.

─ Muévete. Es una orden.─llevó ambas de sus manos debajo de su cabeza, dejándole todo el trabajo al contrario.

─ No fue necesario decir lo último, era más que obvio.

─ Solo cállate y hazlo si sabes lo que te combie-...

No le dejó acabar cuando un brusco movimiento erizó su parte baja, incluyendo todo su cuerpo, ocasionando una serie de sentimientos los cuales recorrieron todo su cuerpo hasta lograr escapar por sus labios, como un gruñido. El gemido que salió por los labios de Morty, hizo que la venas de Rick hirviesen; aquello le había sorprendido.

Leves vaivenes y embestidas eran las que Morty manejaba, incluyendo gemidos por ambas partes, jadeos y unos que otros gritos. Del rostro del peliazul corrían una que otras gotas

─ S-sigue así, M-morty...

El mencionado continuó, de sus labios se escapaban temerosos jadeos que rogaban por aire, hasta que un fuerte grito resonó mientras que los pantalones del niño se tornaban a un color un poco más oscuro por la zona de su entrepierna.

Rick se sentó, tomando su camiseta y su bata, mirando con esos fríos ojos color mar a su nieto, y recitando lo siguiente:

─ No te atrevas a volver a irte así. Sé en la clase de cosas en las que andas.─con su mano libre, intentó peinar su cabello algo desarreglado y se fue al garaje, cerrando su puerta de un solo golpe, dejando al niño en soledad.

─ Maldición. ¿Cuando será el día en que Rick me folle? ─añadió el castaño, rodando los ojos, para luego ponerse su pijama e intentar dormir.

[Con que eso es lo que quieres, ¿eh?]

─ Pronto, tu deseo será cumplido, y cuando pase, te arrepentirás de ello, niño. ─musitó el de cabellos azules, que se hallaba escondido detrás de la puerta escuchando cada palabra que fue pronunciada por el pequeño. Y con una sonrisa maliciosa, finalmente, bajó las escaleras hasta su guarida.

───

N/A:
no soy buena para el lemmon, para nada buena.

─r.

Strange lover©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora