¿Why? [Próximo a corregirse]

XXIV

Hola Eric. Perdoname pero esta es probablemente la ultima vez que te visito. Ya se que haz tenido compañía anterior, él mismo me lo confesó así que no intentes restregarmelo en la cara.

Es algo inoportuno pero como es la última vez que te vengo a ver me gustaría contarte una historia. Y si, es una mariconada pero necesito quitarme este peso del pecho y eres el único aquí.

Hace mucho tiempo existieron dos reinos, uno humano y otro élfico. Los humanos vivían en tierra fértil y llana mientras los elfos y las criaturas a quienes lideraban vivían en el bosque.

En el reino humano gobernaba un príncipe obligado a convertirse en princesa mientras en el bosque gobernaba un elfo sin poderes mágicos. Ambos estaban frustrados y sus cortes y servidumbre lo sabían.

La corte de la princesa estaba conformada por un valeroso paladín cuya inocencia era pura, un mago de talla ancha al igual que su conocimiento y poder y un príncipe refugiado cuyo padre había desterrado por un amor prohibido; la del elfo estaba conformada por su hermano humano adoptivo que había sido entrenado para ser su escudero, un valiente y apuesto caballero que había jurado lealtad a su alteza y un bravo bárbaro de apariencia inocente. Todos ellos entre sí se conocían y entre ambos reinados hicieron un acuerdo de paz.

La paz y las fiestas duraron 7 días y siete noches antes de que el mago empezara a acercase al rey elfo. Se aprovechó de él justo en el momento que más se frustraba gracias a su falta de dominio mágico. Él mago le enseñó su magia y el elfo aprendió como usarla. Así, poco a poco se fue acercando a su objetivo: La vara de la verdad. Aquella era una reliquia antigua de un infinito poder capa de hacer, deshacer y rehacer todo aquello que le rodeaba haciendo a su portador el ser más poderoso de todo el universo siendo sus protectores los elfos ya que eran los conservadores de toda la vida en la tierra.

El gran mago terminó enamorando al rey elfo y en cuanto este bajó la guardia y le confió la ubicación de la reliquia no dudó en robarla. Producto de esto se desató una guerra que duró 30 años cuyo final fue agridulce. Durante la guerra el acuerdo de paz se rompió gracias a las fechorías internas causadas por el mago, el mago desapareció y junto con él la vara  y solo tenían como últimas palabras del mago la amenaza de que volvería.

Buscaron al mago por los lugares mas recónditos, hicieron exploraciones, expediciones, búsquedas e incluso excavaciones para encontrar alguna cueva subterranea, incluso pidieron permiso al rey de los elfos para revisar su reinado y así darle fin a la amenaza que significaba mantener al mago con vida pero ni rastro de él se halló.