#3.

162 30 6
                                    

—Pero hola vale —maldecí a mis adentros como mil veces cuando escuché esa vocecita marica razón de mi otitis.

—Nawebona, primero la coordinadora y ahora este bicho. Dios mío pero esto será que es un complot que tiene la vida contra mí el día de hoy —miré al cielo como una pajua y luego uní mis manos sobre mi vientre.

—Tú no dejas lo grosera, ¿verdad? Trata a la gente con cariño vale, así más rápido te logro cuadrar —se acercó a mí y rodeó mis hombros con su brazo. Hice mueca de asco a más no poder y lo alejé de mí antes de darle su solo coñazo por cabrón.

Este carajito era Fernando, desgraciadamente estudiaba conmigo y se la pasaba ladillándome a cada rato, pero estaba reuniendo todas mis fuerzas para un día meterle una pata' por ese culo pa' que dejara lo fastidioso que se pasó hace burde tiempo. No, y lo peor de todo era que le decía a mis chinitos maricos y que parecían jevitas con esos pelos echo un carnaval de tantos colores. El marico será él, de paso es más showsero que el coño el webón. 

—Mira chamo anda pa' allá, muy catirito y todo que eres como Jimin en la época de DNA pero, no eres Jimin. Así que largo, termina de desaparecer de mi vida antes de que te deje esteril es lo que es —le advertí dirigiéndole una mueca de asco. 

—¿Sabes qué? Tus chinos son unos maricones que tienen el guevo chiquito.

—Mira mardito...

—Pero ¿qué clase de vocabulario es ese jovencita? ¿Tengo que llamarle la atención dos veces en un día? Voy a tener que hablar con su representante.

Bien bello pues. Esta señora siempre estaba donde nunca la llamaban, de paso debió escuchar primero lo que dijo su "alumno favorito" antes que yo, porque sí, esta bicha pareciera que le tuviese queso parejo a este pajuo ya que se la pasaba dándole oportunidades para que entregara los trabajos después y a veces hasta le brindaba las maltas en el recreo, ¿han visto? A ella le gustan menores de esos que llaman embriones y tal.

—A dirección —ordenó extendiendo su brazo hacia el lugar.

—Mire profe, creo que la directora la está llamando —señalé el mismo lugar a sus espaldas lo que hizo que volteara y así me dio chance de salir pirada lejos de ahí, no sin antes escuchar sus llamados diciendo mi nombre y que ahora sí me citaría al representante.

Merwebo chico, siempre lacra nunca inlacra.

Mis Siete PajuosWhere stories live. Discover now