Mis Siete Pajuos

#8

—Mira coño e' tu madre —sentí unos golpecitos por parte de una amiga en mi brazo.

—Nawebona, ¿qué? —me quité un audífono, interrumpiendo a la vez mi precioso momento fangirl mientras escuchaba el nuevo álbum.

—Que me hagas cariñito —puso su brazo sobre mi pupitre y recostó su cabeza del suyo. Esta si es arrecha, no está viendo que estoy bien relajada escuchando Inner Child como para que venga de necia a estar pidiéndome que le haga cariñito en el brazo, nojodas.

Por suerte y por desgracia, en ese momento llegó la profesora de química con su montaña de libros y su cartera balurda de siempre, sin olvidar mencionar que se veía más fea quer coño, marico, no es por nada, pero esa bicha es horrible, nawebona ni yo, parece un vomito e' perro la pelo e' coleto esa.

—Buenos días muchachos, saquen su hoja que tenemos la prueba individual.

—¡Eso es mentira, usted dijo taller! ¡Ayer mismo lo dijo, no se haga la loca! ¡Eso no es ninguna prueba individual! ¡Yo ya tengo mi pareja vale! —empezaron a gritar los mongólicos de mis compañeros como si estuviesen en, como dicen por ahí, un gallinero.

Si son habla paja vale, ella en realidad había dicho individual porque como nos portamos tan bien y estudiamos bastante, segurito sacamos 20 sin ayuda de nadie. Pero ajá, yo me voy a hacer como dice Shakira, ciega, sorda y muda, porque no estudié un coño e' su madre tampoco, ¿y por qué? Bueno, por estar nada más y nada menos que aprendiéndome el rap de Suga en Ddaeng, así es señores, una verga más difícil que todas estas fórmulas locas juntas.

—Michelle, te pones conmigo, 'tas clara—la señalé y de una se vino pal lado mío, siempre de jalabolas, que bella vale.

—Una hoja ahí —me pidió el necio de Fernando, ¿acaso me ve cara de librería el gafo ese?

—No tengo —respondí negando con mi cabeza —No mentira, sí tengo...pero no pa' ti —la sonrisa se le fue de una haciéndome reír a carcajadas —¿Tú acaso crees que soy hija de un enchufado pa' estar teniendo resmas de hojas? Anda a ladillar pa' allá chico.

—Ah, pero sí tienes por coñazo fotos impresas de los chinos maricos esos.

—¿Y te duele? —casi me iba a parar de mi puesto pa' darle su coñazo pero Michelle me dijo que tenía que copiar, bien bello pues.

El examen se pasó entre copiadera y copiadera, Michelle veía de vez en cuando el cuaderno metío dentro del bolso o le decíamos a los panas de atrás cuál era la 1, la 2 o la 3, sendas lacras menor. De paso toda la hora tuve un audífono puesto escuchando a mis reyes cantar, no era la primera vez que lo hacía, aparte de que mi cabello me ayuda a esconderlo y es menos probable de que me quiten esta verga.

Senda lacra por dos.

La clase terminó pero aún así todavía no era la hora de salida, nos faltaba una hora más que era desde las 12:45 hasta la 1:40, que machete pelao con esta gente. Durante ese mini recreo, me puse a echar paja con mis amigos de que nos piráramos pa' Dunas la semana que viene o nos fuéramos a comer un helado por ahí, cuando en realidad eso lo pagaba uno solo que era el webón con más plata, o sea el marico e' José, aunque yo siempre le pedía plata aparte a mis pures para pagarme mi mierda yo solita, no crean que soy una tronco e' lambucia como mis amigos porque los coñaceo, ah bueno.

—Vamos a ver clases aquí mismo en la cancha —anunció el profesor de biología, el más panita de todos a mi parecer, pero todos jugaban la pelota con él, diciéndole que le iban a comprar un shampoo cuando tiene ese coco rapado como si fuese un militar mierdero, pobrecito, ¿cómo nos soporta? Pregunta seria —Hoy vamos a jugar stop.

—¿Stop? —dijimos al unísono.

—Qué clase tan divertida vale —comentó Michelle.

—No pero yava, vamos a jugarlo a mi manera, se va a tratar sobre enfermedades.

—¡Ah no! ¿Qué es eso? —otra vez con la gritadera todo el mundo.

—El corona virus y tal.

—Ponga la C para poner el chikunguya ahí pues.

—¡Silencio! —puso orden en la sala —Dejen de quejarse y escriban ahí: enfermedad, causas, síntomas, cura y agente causal. Van a copiar solo un síntoma y eso vale nota, ¿oyeron?

—Profe, aquí están diciendo que diga la letra G para poner y que gonorrea —dijo un gafo por allá haciendo reír a un grupito, incluyéndome porque yo soy bien pajua igual que ellos.

El profesor puso cara de nawebona, ¿ya van a empezar? Y prosiguió diciendo la primera letra, la P.

No si, ¿una enfermedad por P? Pensaba y pensaba como si no hubiese ninguna, es que tenía el cerebro bien fundío marico, yo solo sé que staneo chinos y ya, fin.

—Ah, paludismo —escribí cuando por fin me volvió la luz.

—¡Stop, stop! —gritó la más salía, la que siempre anda pendiente de un chisme por ahí.

—¿Ya terminaste tan rápido? —ni el profesor podía creer que ella haya terminado de primera, pero al parecer fue mentira cuando le vi la cara de nojoda, solo has escrito la enfermedad, muchacha gafa, haciendo reír a la tipa esa y se volvió a sentar para seguir pensando qué coño poner. Luego otros chamos fueron hacia él a pedirle las respuestas hecho los webones pero nunca se las dio, diciendo que teníamos que saber aunque sea algo de esa vaina.

Profe pero si yo me quedé en fotosíntesis, no sea así vale.

—Alejandra, ¿copiaste aunque sea algo? —le preguntó el profe a la bicha que es más lacra que uno y nunca abre ni el cuaderno.

—Peorrera es lo que tengo copiado.

Me eché a reír como una loca porque yo soy igualita a Jimin, nos reímos hasta por un hola.

Ay no marico, la gente lo que tiene en esa cabeza es un coño e ' la madre, aquí es cuando decimos que con glamour y elegancia se gradúa la vagancia.

Somos unos Jungkook cualquiera, con la diferencia de que ese papi rico si la da, en cambio nosotros la pasadera e' pena intensa all day everywhere.

—Cambiemos de letra, ahora pongan la S.

—Sika —habló de nuevo la farandulera aquella.

—Zika es con Z —dijo José medio burlón.

—Claro que no —lo contradijo como si ella fuera el diccionario de la RAE —Profe, ¿verdad que sika es con S?

—¿Qué es eso? Es con Z hija —la miró con una cara de horror que no jugaba carro —Ya veo que estás más raspada que el carrizo, igual que toditos, ¿como fue que llegaron a 5to año?

—Por obra y gracia del Espíritu Santo —contesté risueña.

—Y papi Chávez también —siguió Fernando.

—Vamos a ver si Chávez los va a ayudar a pasar cuando vayan a reparación.

No me la calo menor.