мє νυєℓνєѕ ℓσςσ

07

Hoy has chocado conmigo sin querer, cada vez que te acercas a mi, mi corazón late desbocado y comienzo a ponerme nervioso. Me traes loco.

~Soy de tu clase.

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Midoriya se puso la mano en la barbilla pensando quien podría ser. ¿Kirishima? No creo, le estaba ayudando a averiguar a la persona. ¿Kaminari? ¿Sero? ¿Todoroki? Podría ser cualquiera, menos Mineta ya que es más bajo que el.

-Te mueves o te muevo.-Anunció Katsuki. Midoriya estaba pensativo en medio del pasillo de los dormitorios e impedía que Katsuki pasara.
-¿Eh?-El de orbes verdes aún seguía en su mundo. Kacchan lo empujó haciendo que chocase contra la pared, puso las manos en sus costados y susurró en su oído.
-Que te apartes.-Se separó un poco mirando el rostro sonrojado y aquella mirada. Miedo. A Katsuki se le llenaron los ojos de lágrimas y se apartó del ojiverde. Se fué a paso rápido a su habitación dejando a un Izuku confundido.

Katsuki se encerró en su habitación y empezó a llorar. El no quería que le mirase con miedo, pero las únicas miradas que recibía de él era, miedo, ira o impotencia, y odiaba aquello, se odiaba a si mismo.

<<Toc Toc>>

Alguien llamó a la puerta, Katsuki no quería que nadie le viese así, tampoco quería ver a nadie ahora mismo.

-Sea quien sea largo.-Dijo intentando sonar firme.
-Si no me dejas entrar gritaré tu pequeño secreto a los cuatro vientos.-Amenazó Kirishima. Katsuki se limpió las lágrimas y abrió la puerta.
-Que coño quieres.-Se sentó en el suelo y el pelirrojo cerró la puerta al entrar.
-Te he visto a si que no te hagas el fuerte. Sabes que puedes confiar en mi bro.-Se acercó a el y le miró.
-No se de que hablas.-Desvió la mirada.
-No te hagas el fuerte Katsuki.-A Bakugou le empezó a temblar el labio, quería llorar.
-Vete.-Dijo con voz rota.
-No pienso dejarte solo cuando necesitas a alguien a tu lado.-No aguantó más y se echó a llorar. Kirishima le abrazó, y por una vez, por unos minutos, Bakugou se sintió feliz de tener a alguien junto a el.
-Gracias, Eijirou.-Murmuró el rubio.
-De nada, Katsuki.-El pelirrojo se encontraba muy feliz, sabía que el rubio confiaba plenamente en el, y no iba a dejarle nunca, nunca estaría solo.