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Después de bañarlo lo vistió, le seco el cabello, y luego lo llevo a la cama

Recostándolo con mucho cuidado, él azabache aun temblaba, sus manos estaban frías, el miedo aun no se iba

Al recostarlo él se metió a la cama también, abrazando fuertemente al azabache, tapándole con la sabana, dejando un beso en la frente, secando una que otra lágrima que salía

—Tranquilo — le susurró con dulzura — Estoy aquí para protegerte — trataba de decir algo para calmarlo — No te dejare solo — seguía susurrando —Es mí culpa lo siento — si se sentía culpable, se sentía miserable él rubio, abrazo fuerte al azabache y cerro con fuerza sus ojos

—No llores — le dijo con una voz suave él azabache —No es tú culpa tsukishima — sonrió —Solo...... Solo — trataba de no llorar — Abrázame — dijo en llanto

Tsukishima acepto y lo abrazo con fuerza

—No llores mí amor — hablo mientras abrazaba su cabeza — No dejare que te vuelvan a tocar — Acercó su frente con la del azabache

Abrió sus ojos pues los rayos del sol, le dolían un poco los ojos se levantó, al mirar a su lado él rubio ya no estaba, bajo de su cama y corrió a la puerta para luego bajar las escaleras, siguió corriendo, al llegar a la puerta se empezó a poner sus zapatos haría por él rubio

—¿Kageyama? — él rubio lo miraba desde una esquina —¿A dónde vas? — pregunto

Kageyama corrió hacia él rubio y lo abrazo

—Creí que te habías ido... Y me... Me habías dejado solo — hablo

Tsukishima lo abrazo y olfateo al azabache

—Jamás te dejare solo, tú eres mí vida mí todo — respondió feliz —¿Te sientes mejor? — pregunto algo preocupado

Kageyama asintió después de alejarse un poco del rubio por alguna extraña razón me siento bien cuando él me abraza, siento que estar con él estoy a salvo, él es buena persona pensó él azabache

—Bueno.. — hablo él rubio — Te hice el desayuno

—Ah... Tú — kageyama lo miro algo confundido —¿Sabes cocinar? — pregunto

Tsukishima se enojo un poco, eso lo ofendió pero lo dejaría pasar por esta vez

—Si se trata de tí, me volveré un chef — hablo,  haciendo reír un poco al azabache, lo cual le puso algo feliz

—Tsukishima — hablo kageyama

—¿Dime? — él rubio subió su mirada

—¿Por.... ¿Por qué tenías eso en la camisa ayer? — pregunto algo asustado

Tsukishima dejo el cubierto que tenía en la mesa, y miro serio al azabache

—¿Por qué quieres saber? — le miro con una gran frialdad

Al azabache se le pararon los pelos

—S-solo quería saber — no miraba al rubio a los ojos —¿Era sangre verdad? — trago saliva y miro al rubio

—¿Por qué lo dices amor?

—Di... Dime la verdad tsukishima

—Lo hice y ¿qué? ¿Cuál es el problema? 

—¿Qué.... ¿Qué hiciste? — pregunto viendo al rubio

—Lo mate — soltó sin más

Kageyama de un susto se levantó y su asombro era mucho, miro al rubio con ojos bien abiertos, luego miro sus manos él había tocado al rubio y la sangre.  Retrocedió y seguía viendo sal rubio, él cual empezó a caminar hacia él, kageyama empezó a temblar

—¿Qué pasa?  ¿Me tienes miedo? 

—No.. No te acerques tsukishima — su voz era algo agitada, su respiración era cortante

—No te are nada mí rey, no tienes que temerme tú no — se acercaba más — Esas personas deben tenerme miedo, deben saber que no pueden tocarte ni acerté daño,  no lo permitiré ¡jamás!

—Tsu... Tsukishima... No... No te acerques a mí — pidió él azabache

—¿Pero que dices?  — tsukishima puso su rostro triste — Me lástimas mí rey

Sin poder ver su camino tropezó, y cayó al suelo de inmediato tsukishima corrió en ayuda

—¡¡No me toques!! — kageyama parecía de verdad asustado

Tsukishima detuvo su caminar, era la primera vez aparte de la noche anterior, ver ese rostro en kageyama incluso era peor que la del día anterior, kageyama lloraba parecía que no podía hablar ,él azabache temblaba el miedo se podía ver

Él rubio paso al lado del azabache, en el sillón tenía sus cosas, las agarro miro al azabache y le dolió verlo de esa forma camino hacia la puerta, la abrió y salio

Kageyama empezó a llorar, más y más.  Después de varios minutos decidió levantarse, mientras estaba tirado llorando recordaba todo

No podía creer lo que ese poste andante había hecho

Miro hacia el suelo y...

— Solo una cosa rey — kageyama sintió un dolor en su cabeza, y de pronto él rubio estaba detrás de él

—¡¿Tsu... ¡¿Tsukishima?!

— Eres mio, y si tienes que tenerme miedo haz lo no me importa tú me perteneces solo a mí. Que te quede claro — hablaba con voz seria y dominante— Y si alguna vez vas con alguien más quedara en tú conciencia su muerte, ahora levántate iremos aun parque tendremos la cita que no podemos tener por esa gente

Kageyama quedo en shock

Me perteneces Donde viven las historias. Descúbrelo ahora