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El sentimiento de libertad que Lili era inmenso, solo podía emanar felicidad de su cuerpo y caminaba lo más rápido que podía hacia la salida, las personas se la quedaban mirando, el lugar ya no parecía caótico, según ella, si no que se veía lejano y como un mal recuerdo del que acabó de olvidar.

Abrió ambas puertas y el sol llegó a su rostro.

'Ahhh, por fin podré alejarme de aquí'

Pensó sonriendo y dedicó una casi imperceptible mueca en dirección a la agencia luego de bajar las escaleras que comunican a la puerta de entrada.

Al rato después logró llegar a su habitación, el cual se encontraba dentro de los edificios más lujosos de la ciudad. Curiosamente en la entrada del hotel, le entregaron una carta que no tenía remitente, ella la aceptó por cortesía, pero no tenía ni idea de quién pudo haberla enviado.

Se arrastró hacia su cama y se mantuvo de esa manera varios minutos .

'Creo que es hora de que vuelva a casa'

Se levantó perezosamente para ir a empacar sus cosas.

En su campo de visión, entró una carta, la que le habían entregado en la entrada y la tomó. Removió el sello y abrió lentamente. Sacó la hoja que contenía letras hechas por una máquina y la comenzó a leer.

'No vuelvas, no habrá nadie.

Desde ahora estarás por tu cuenta.

Adiós y buena suerte,

F.Aigner.'

'¿Eh?'

...

Los días siguiendo su curso sin muchas cosas interesantes que sucedan. Lili intentaba entretenerse haciendo cosas como ir a ver películas, saliendo a comer en diferentes lugares, comprar ropa, pero ninguna le servía para quitarle el cansancio mental que poseía.

Actualmente se encontraba almorzando plácidamente en un bello y acogedor restaurante, aunque no estaba saboreando las cosas realmente, sentía un vacío en el valor de las cosas que le provocaba pensar que la comida no tenía un sabor delicioso, lo contrario a lo que las personas en las otras mesas pensaban y a su vez decían.

Una mesera se acercó al ver la decaída mirada de Lili y le preguntó si la comida tenía algo malo y respondió intentando disimular su mal ánimo haciendo una sonrisa que al parecer funcionó.

Terminó su comida y levantó para marcharse, en el momento en que salió del lugar, vió en el suelo un diario, que en la primera plana contenía una importante y desastrosa declaración: La nación entró en guerra.

Inconscientemente pensó en la persona que había encontrado hace unas semanas atrás atrapada en los escombros junto a una promesa que le había hecho de volver a visitarlo. Agarró aquel papel y comenzó a moverse en dirección al hospital, pero se detuvo y retrocedió unos cuantos pasos para ver el ventanal de una tienda de pasteles.

Su rostro se reflejaba en aquel vidrio y alzando su mano, se adentró en el lugar.

...

Devyn comenzó a dudar de la declaración que hizo Lili

'¿De verdad estará todo bien? Su mirada me dice muchas cosas más que eso...'

Los ojos de duda la atacaban como estacas y la estaban arrinconado, sin embargo no quería hablar sobre el tema.

"La guerra comenzó,¿verdad?"

Habló Devyn utilizando un tono serio.

Ella ya no podía aguantar más contra aquella presión y se rindió con un suspiro.

"...sí, estamos en guerra"

...

[25 de Junio, 1988]

'El tiempo si que pasa lento estando todos los días dentro de un hospital'

Pensó mientras se preparaba para salir.

Ya podía caminar con tranquilidad y sin la necesidad de que alguien a su lado lo ayude a hacerlo, así que por una parte sentía alivio, pero por la otra se sentía un poco solitario debido a que no hablaba con nadie.

'Bueno, sea como sea debo salir de aquí'

Tomó su billetera que fue entregada por Lili junto a la maleta que contenía el instrumento y esas dos cosas eran lo único que poseía actualmente.

Llegó a la recepción para despedirse y agradecer el tiempo que estuvo en el lugar.

"¿Seguro de que estarás bien por tu cuenta?"

Le preguntó la recepcionista.

"No estoy seguro, pero algo podré hacer, no quiero depender de alguien toda mi vida"

Respondió mientras de rascaba el cabello con una sonrisa de agradecimiento.

Lo primero que recibió al salir del recinto, fue el fuerte viento que corría por el lugar. Nuevamente les dió las gracias a las personas del hospital, porque allí le dieron ropas nuevas para que soportara el frío para el momento en que decidiera irse.

'Hace mucho más frío del que esperaba'

Su respiración al exhalar, se transformaba en una curiosa columna de humo.

Colocó su mano libre en un bolsillo para resguardarla del clima que había afuera y comenzó a caminar sin rumbo alguno. Sus pisadas se marcaban en el fino rastro de nieve que estaba en pavimento de la vereda en que se encontraba, le alegró poder moverse libremente. Aunque aún no podía hacer fuertes movimientos tales como correr, lograba caminar rápido, aunque era cansador para él hacerlo por mucho tiempo y según lo último que le dijo el doctor, era preferible que caminara a un paso que lo acomodara y sin presionar su cuerpo.

Naturalmente él estaba caminando a un paso prudente, el frío comenzó a inundarlo e inevitablemente quiso apurar el ritmo, pero se detuvo.

'¿Hacia dónde me dirijo?'

Antes de salir del hospital él solo deseaba escapar de aquel lugar, pero nunca llegó a pensar a dónde ir o algo por el estilo.

Su mente comenzó a procesar que es lo que estaba sucediendo y volvió de sus pensamientos para darse cuenta de que no conoce nada del lugar en donde se encontraba con excepción del hospital.

Bajó su mirada a medida que pronunciaba solitarias palabras.

"No tengo dónde ir..."

...

Melodía DesoladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora