Capitulo 17.

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    ______ K. Samuels.

      Desperté exaltada, soltando un pequeño grito ahogado entre las mantas y almohadas de mi cama, mire la habitación donde estaba, suspire, las pesadillas me perseguían desde ya hace varios meses, veía esas borrosas imágenes hacerse nítidas viendo los baños de sangre, los cadáveres, mi pecho subía y bajaba sin control debido a mi respiración agitada.

      Toque las pequeñas lagrimas que resbalaban por mis mejillas, tape mi boca sollozando, las cosas no estaban bien para nada, mire el techo, sintiendo el dolor invadir mi cuerpo, mi corazón latía desenfrenado y mi respiración era escasa ¡Demonios! Apreté los puños sintiendo el horrible pitido en mis oídos.

      Cerre los ojos fuertemente, tome las sabanas entre mis manos, me sentía muy mal, mas que el dolor físico el dolor sentimental me destrozaba ¡Ayuda! Susurre entrando en ese lugar oscuro sentía los escombros en mi cuerpo, pero esta vez era diferente, salí de allí gritando el nombre de León desesperada, me adentre en la comisaria, mi cuerpo temblaba haciéndome tambalear y caer repetidas veces. 

      Lo mire estaba al final del pasillo, grite su nombre pero era demasiado tarde otra voz se me adelanto y desapareció entre los pasillos, lo seguí colocando mis manos en mi abdomen mirándola manchada de sangre, me apoye en la pared del pasillo asomando mi cabeza mire la caballera de Leon junto a otra cabellera negra azabache.

      Me acerque estirando mi mano tratando de tocar su hombro, mire como la tomaba cargada, la chica estaba lastimada, sus caras se acercaron, lagrimas cayeron por mis ojos ¿E-ellos se b-besaron? Mis labios se abrieron, mi garganta se seco.

─ L-leon.- Llame su nombre pero salio como un pequeño susurro inaudible.

      Me desplome cayendo sobre el gran charco de mi sangre, camino llevándose a la chica en brazos pasando frente a mi sin siquiera mirarme, estire mi mano tratando de alcanzarlo pero no, mi corazón se detuvo, grite desesperada llorando sintiendo dolor en todo mi cuerpo parecía una pequeña niña haciendo una rabieta.

      Tenia miedo, me abrase a mi misma llenando mis brazos de manchas carmesí, las lagrimas salieron sin control abrí mis ojos viendo todo, mire el final del pasillo donde la silueta del ambos se unía con la negrura,  la plataforma donde estaba tembló, escuche el metal romperse, pero no tenia fuerzas, no quería hacer nada, el ya estaba muy lejos de mi.

      La pequeña plataforma cayo, dejándome sujeta de un trozo de metal, chille mis costillas dolían.

─ ¡Ayuda! ¡Leon, ayúdame!.- Gritaba desesperada, llamando su nombre pero nada ─ ¡Ayúdame Por Favor! ¡No me dejes sola!.- Grite de nuevo sintiendo mis lagrimas caer como cascadas mientras tomaba aire desesperada, cerré mis ojos viendo un recuerdo viajar fugaz.

      "¿L-lo prometes?" Su voz llego a mis oídos, lo abrace, el era mas alto que yo pero no importo mi cabeza estaba en su pecho escuchando el latido de su corazón, sonreí acurrucándome en su pecho, se que era duro para el lo que estaba pasando, su abuelo murió, estábamos entre la bruma negra de las personas en el cementerio rodeados de grandes y llamativos mausoleos.

      "¡Lo prometo! Nunca te dejare solo" Susurre levantando mi cabeza mirando su ojos azules pero en ese momento solo eramos pequeños niños sumergidos en dolor, le prometí estar con el, no dejarlo solo pero ahora estaba a punto de morir "Pero también tienes que quedarte conmigo" Dije, el abrazo mi cuerpo sentía sus pequeñas lagrimas caer sobre mi cabello.

      "Para siempre" Susurro, suspire, secando sus lagrimas con mis pulgares.

      "Para siempre" Repetí esta vez sonriendo con melancolía entre lluvia,  llanto, desesperación y tristeza.

      ¡Leon! Moriría todos los días solo para salvarlo para que estuviera bien ¡Lo amaba! Si, lo amaba desde el primer día.

      Siempre que el tenia pesadillas yo me recostaba con el "No temas Cariño, estoy aquí ¿Si?" Susurraba acariciando su cabello, el se aferraba a mi como un niño pequeño, sentía sus lagrimas mojar mi pijama, llore de igual forma no me gustaba verlo tan vulnerable dormíamos abrazados cada noche de mal sueño. 

       Grite su nombre pero no regresaba ¡No me dejes caer Leon! Lo necesitaba ahora, me dolía la cabeza, mi  llanto se convirtió en gritos de ayuda pero probablemente el ya estaba muy lejos de mi, chille mi mano dolía, un dedo tras otro se fueron resbalando hasta soltar mi mano, pero no caí, mire el precipicio y luego a mi rescatador, un soldado de Umbrella con una mascara de gas, me tomo entre sus brazos caminando sin decir una palabra.

      Mire tras de mi, observando los pasillos y un segundo puente metálico, mire a la silueta de rojo la cual caminaba con dificultad cruzando el puente, mire el otro extremo sintiendo una punzada en mi corazón, este puente también se desplomo, mi compañero tomo la mano de la azabache tratando se ayudarla.

─ ¡No te sueltes! - Grito haciendo fuerza tratando de ayudar a la chica pero esta solo lo miro ─ ¡No te dejare aquí! - Mire como sus manos se soltaban dejando caer a la chica en el vació ─ ¡Ada! - Grito, me sentía confundida ¿Quien era Ada? el hombre que me tomaba siguió caminando sin mirar atrás.

      Escuche el llanto desesperado de Leon ¡Quería volver con el! Me había traicionado mas de tres veces pero de igual forma lo quería, grite su nombre, pero el hombre me tomo mas fuerte sacándome de la comisaria, mire atónita que la entrada de la comisaria estaba llena de sangre observe todo gritando de terror al ver los cuerpos ensangrentados de Claire y Sherry "Ayúdame" Logre escuchar el susurro de la pelirroja.

      El hombre me saco de allí, forcejee pero no me soltaba abordamos un helicóptero y ya a una distancia razonable pude ver en todo su esplendor la gigantesco fin de Cuidad Raccoon, gritos desgarradores salieron de mis labios llorando sin consuelo.

      Desperté sentándome en la cama de mi habitación, mire a todos lados divisando en el sofá la figura de Jill, se acerco a mi  abrazándome a su cuerpo, llore en su pecho, todo había sido otra maldita pesadilla, temblé bajo el abrazo de la castaña esta me sonrió secando mis lagrimas.

─ Hay que buscar algo que alivie tus pesadillas.- "Él es el único que puede hacer eso" Pensé, asintiendo con mi cabeza ─ Ven, vamos a desayunar.- Me tomo de la mano guiándome hasta el comedor donde el desayuno ya estaba listo, suspire antes de comenzar a comer mi desayuno teniendo una agradable conversación con Jill. 

ʙɪᴏʜᴀᴢᴀʀᴅ  ≪ ʟᴇᴏɴ ꜱ. ᴋᴇɴɴᴇᴅʏ x ______ ≫.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora