Fantasías compartidas

Fiesta de máscaras

Luka no pudo evitar entretenerse contemplando una vez más la increíble colección de vídeos pornográficos que habían sido el resultado de la juerga nocturna junto a Kagami y sus tres amigos. Iba pasando cada uno de ellos a una carpeta oculta de su teléfono móvil, protegida por una contraseña. No quería que Marinette los viera por error.

Sabía que contaba con el permiso de su novia para estar con Kag, pero la orgía se había convertido en un auténtico desfase. La chica se había prestado para hacer algunos juegos de rol sexual que hicieran realidad las fantasías más perversas de cada cual, y todo había quedado registrado con la cámara a modo de recuerdo para los participantes.

Para empezar, la chica se había disfrazado con un sexy, corto y ajustado uniforme colegial, y había fingido ser una inocente alumna seducida por su profesor.

La imagen mostraba a la chica haciendo un sensual puchero mientras su supuesto profesor manoseaba sus pechos bajo su blusa y su sujetador de camiseta. Luka sonrió ante lo que sucedía después, cuando el chico liberaba su miembro erecto frente a la cara de Kag, que abrió mucho los ojos como si estuviera realmente asombrada.

-¡Qué polla tan grande tiene, señor profesor! ¡Es enorme!
-¿Quieres chuparla, linda? Te pondré una buena nota si lo haces bien.
-¡Hummmm! Está rica, y tan dura...
-Métela más en tu boquita, preciosa. Buena chica.
-¿Lo hago bien?
-Oh, sí, chupa... chupa así.
-Es tan gorda... ¡Humm!
-¿Te excita comérmela? ¿Te gusta mamar mi polla, bebé?
-¡Oh, sí...! Se me están mojando las braguitas de tener su polla en mi boca... Estoy poniéndome muy caliente... Tengo ganas de meterme los dedos mientras se la chupo. ¡Me siento muy sucia! -gimoteó ella.
-Hazlo preciosa, date placer, mete tus dedos bien dentro. Prepara tu tierno coñito para lo que pienso hacerle después...
-¿Me va a... follar? ¿Va a meterme su enorme polla? ¡Pero me dolerá! Romperá mi coño si me mete algo tan grande -cerró las piernas como si estuviera asustada, y él acarició lujuriosamente sus muslos hasta que las volvió a separar, bajando sus bragas para dejar su intimidad expuesta. Separó sus labios inferiores para comenzar luego a lamerla con lascivia.
-¡Ah, ah, ah!
-No te preocupes, te voy a dejar bien mojada antes de penetrarte...
-¡Aahh, ohh, sí! Qué bien se siente su lengua, señor.
-Eres deliciosa, bebé... Me encanta como tiemblan tus piernas mientras te chupo.
-¡Aaaaaahh! ¡Está metiendo su lengua dentro de mí! Es demasiado placentero -gimió ella con voz aguda-. Me convertirá usted en una pervertida que solo piensa en follar.
-No te preocupes por eso, linda. Mis amigos y yo te daremos tanto como desees...

Luka sonrió. Y vaya que le habían dado, una y otra vez, de todas las maneras posibles. Después de su papel de colegiala iniciándose en la depravación, la japonesa había cambiado de rol para meterse en la piel de una camarera empeñada en seducir a dos hombres casados hasta llevarlos a la perdición. Se había enfundado una minifalda de cuero, medias de rejilla, una blusa corta y ceñida y un conjunto de ropa interior de encaje transparente, y había desplegado todas sus malas artes hasta «convencer» a sus víctimas de entregarse a la lujuria junto a ella.

Había protagonizado un striptease hasta quedar totalmente desnuda, los había tentado contoneándose y acariciándose, se había restregado contra ellos, sentado en sus rodillas y tanteado sus erecciones sobre la ropa hasta que ellos habían cedido por fin.

Luka observó cómo los había masturbado, jugando con los miembros de ambos, meneando uno entre sus pechos y lamiendo la punta mientras otro la penetraba vaginalmente desde atrás, y luego recibiendo el pene de uno en la boca mientras el otro poseía su culo.

El músico se acariciaba casi sin querer al ver todo aquello frente a sus ojos de nuevo, pues pocas cosas le ponían más que ver la expresión de placer de Kagami durante los juegos. Un intenso cosquilleo recorrió su miembro anunciándole su inminente orgasmo, y eso que aún no había visto la parte más intensa de la orgía.