La propuesta de Kagami

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Marinette escuchó las risas a su espalda, y se volvió para mirarles. Luka, Adrien y Kagami bromeaban despreocupadamente. Cruzó su mirada con Luka, y él le guiñó un ojo. Marinette sonrió con calidez en respuesta.

Llevaba ya casi un año saliendo con el guitarrista, casi el mismo tiempo que Adrien con Kagami. Y la amistad entre los cuatro se había afianzado incluso más desde que habían entrado a la misma universidad.

Adrien le hizo un gesto, señalando su copa vacía, y luego juntando las manos y vocalizando «por favor» para que ella pudiera leer las palabras en sus labios. Miró su boca, como hipnotizada, y él la recorrió con la lengua en un gesto entre sensual y divertido. Enrojeciendo como cuando era una adolescente, se giró de golpe hacia la barra para pedir las copas que había ido a buscar al bar del hotel.

Había tensión sexual entre ellos. Antes de que ambos comenzaran sus respectivas relaciones, habían llegado a tontear, y a compartir algunos momentos de intimidad, siempre con alcohol de por medio. Se habían besado bailando, se habían metido mano en aquella fiesta de Alya, y una vez incluso se había desnudado para él; pero a Adrien le pareció que ella estaba demasiado bebida como para continuar, y al final se habían limitado a dormir abrazados. Cuando la euforia del alcohol pasaba, a ella le podía la vergüenza, y se limitaba a disculparse, y él a tranquilizarla, abrazarla y reír, asegurándole que todo estaba bien, y que nada cambiaría entre los dos por aquellos pequeños deslices. Nunca habían hablado de sentimientos, si es que los había más allá de la atracción y la amistad.

Y luego habían empezado a salir con Kagami y con Luka, respectivamente, y aunque Marinette pensaba que siempre le quedaría algo de pena porque ese primer amor tan intenso nunca llegara a ser correspondido de la manera en que a ella le hubiera gustado, lo cierto era que la amistad que habían construido era muy fuerte, y compensaba en cierto modo. Además, ninguna de las parejas parecía mostrar celos ni desconfianza; bromeaban con libertad, compartían confidencias, e incluso habían ideado algunos jueguecitos picantes entre todos. Como aquella vez en la que, jugando a verdad o reto, Luka había retado a Marinette a hacer un striptease ante Adrien hasta lograr excitarlo -para lo que le había bastado con hacer el amago de quitarse la camiseta mientras bailaba frente a él-, o la última vez que habían salido de copas, en la que al llegar al apartamento las chicas se habían besado y acariciado frente a sus novios hasta que la temperatura subió tanto que cada pareja acabó tomando rumbo a su habitación para llenar la noche de gemidos...

Marinette tomó aire; aquellos recuerdos habían tenido la virtud de acalorarla, y sentía un agradable cosquilleo en su entrepierna, que se había humedecido sin querer.

-Hola, cielo, ¿te ayudo con esas copas?

La voz de Kagami la sobresaltó; echó un vistazo rápido a la barra, y vio que el camarero ya había traído los dos dry Martini que había pedido. La japonesa le alargó un billete y robó una de las copas que sujetaba su amiga.

-Brinda conmigo, Marinette; este me la voy a beber yo, que a Adrien ya no le hace falta más alcohol por esta noche. Porque... ¿sabes qué? Ya he conseguido que me diga que sí a algo que quiero -entrechocó la copa con la de ella-, y solo me falta que tú hagas lo mismo...
-¿Qué estás tramando, Kag? -se sorprendió Marinette, entrecerrando los ojos con desconfianza.
-Venga, bebámoslas de un trago, y luego te cuento.

Mientras el líquido ardiente bajaba por su garganta, echó una mirada de reojo a los chicos, que cuchicheaban entre sí con los ojos clavados en ellas. Kagami pasó el brazo sobre su hombro.

-¿Recuerdas que antes me estaba quejando de lo soso que es Adrien para probar cosas nuevas en el sexo? -comenzó la japonesa.
-Sí. Tú te quejabas de eso, y él protestaba respecto a tu insistencia sobre meterle cosas por el culo -rio la azabache-, y de tu idea de ir a alguna de esas fiestas de desfase y perversión -rodó los ojos.
-¡Es que cualquier tío estaría encantado de que su novia quiera que se folle a otras! ¿No crees? -meneó la cabeza-. Pues eso, que hemos estado hablando esta tarde, y sigue diciendo que no tiene interés en tirarse a cualquier desconocida. Sin embargo, tener la ocasión de contemplar algo así es una de mis fantasías favoritas. Así que le he preguntado si la cosa cambiaría si hablábamos de alguien que sí conociéramos los dos; y ha seguido negándose... hasta que ha salido tu nombre a la palestra.
-¿Mi... nombre?
-Bueno, el de vosotros dos. Tú, y Luka. Así que me preguntaba si os gustaría que hiciéramos un intercambio de parejas, o mejor aún, una pequeña orgía entre los cuatro. Adrien me ha dicho que está de acuerdo en hacerlo si te logro convencer. ¿Te gustaría, Marinette?

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