-Ｉｍｐｏｓｓｉｂｌｅ- [ᴄʜᴀɴɢʟɪx]

#19

9 de agosto [2018]

Felix se había ido al cuarto de Chan hace una hora, dejando a su compañero Changbin solo, cuando lo que más necesitaba era compartir los pensamientos que tenía con alguna persona para así no hundirse en ellos.

Se oían risas estruendosas en el cuarto de al lado, se preguntaba que estarían haciendo. De todas formas no iría a averiguar, por ahora solo quería estar arropado en su cómoda cama.

Tocaron la puerta sacándolo de su mundo, como siempre. Se levantó con pereza para acudir a abrirla, y al hacerlo vio a Minho recostado en la pared. Seguramente creía que se veía cool.

—Creo que estás pensando mucho últimamente. —había hablado atrayendo su atención— Relájate un poco, no es como si ellos confirmaran que sales con ella. No le arruinarán la carrera.

Sonaba algo egoísta, pero igualmente le importaba la carrera de él y sus amigos. Apenas debutando y ya con un escándalo, que forma de agradecer todo lo que ellos hicieron por él, ¿no?

—No creo que lo hagan, pero...

—Mejor ven a jugar, estamos en el cuarto de Chan por si te animas. —dicho esto cerró la puerta y caminó, no mucho, ya que aquel lugar era la habitación de al lado.

Regresó a la cama. En su mente solo importaba encontrar la manera de solucionar todo, cosa que no era fácil por su rápida distracción. Los ruidos que trataba de ignorar desde hace rato no callaban, parecían ser risas y gritos. Y como el protagonista de una película de terror fue a averiguar. La curiosidad le ganó y además no tenía algo más que hacer.

Tocó la puerta y una sonrisa amigable lo recibió. Era Jisung. Se preguntó quién más estaría ahí. Entró en silencio, y analizó la situación. Eran Chan, Jeongin, Minho y Felix jugando un juego de mesa en el suelo. Algo irónico. Y como se lo había imaginado instantes atrás jugaban con lo único que trajeron de Corea para distraerse en sus ratos libres, Monopoly.

—¿Quieres unirte? —El líder preguntó al notar su presencia silenciosa.

Como respuesta, fue hacia ellos y tomó asiento al lado del más pequeño, quien le ofreció una pieza para poder integrarse. Era un gatito, y ¿a quién iba a engañar? le hacía recordar a Yongbok.

Sin comentar mucho, comenzaron desde cero. Muchas cosas pasaron, muy graciosas a decir verdad.

Minho hacía trampa, siempre reclamaba dos veces el dinero que se entregaba al completar una vuelta y al parecer nadie lo notaba. Chan, que era "el banco" estaba bajo mucha presión, ya que todos pedían su paga. Cosa que hizo que llegara a colapsar y tirara todo a su suerte.
Cierta persona tramposa aprovechó el momento y tomó todo lo que pudo. Un caos total que le hizo recordar lo duro que resultaba para Chan ser el líder.

—Mejor juguemos a algo más. —se sorprendió al escuchar a Innie, parecía haberle leído la mente.

Era el momento perfecto. Necesitaba decirles todo lo que pasaría si volvía a Corea. Lunes. Miercolés. Sábado. Pronto se cumplirían las dos semanas ahí en Japón y tendrían que volar nuevamente a su hogar. Todavía no estaba de acuerdo en lo que le habían dicho aquel día. Arriesgarse a que salga a la luz un escándalo de citas solo por fama no era lo que precisamente deseaba, pero aún así, sintiéndose nervioso y con miedo aceptó la idea. No tenía de otra.

—Yo...—todos voltearon a verlo, atentos, esperando más palabras—. estuve saliendo con alguien, solo fueron citas, nada oficial. —suspiró y tomó aire para continuar el ambiente se volvió pesado—. Al volver lo publicarán, tendrán que desmentir todo. Pero igualmente estoy preocupado, por lo que apenas tenemos medio año como grupo.

Sabía que traían un elemento sorpresa, la empresa no había aceptado pagarles por no revelarlo. Era extraño que no lo hicieran. Así que estaba consiente de que algo pasaba.

—¿Es todo? —preguntó Felix al ver que no seguía.

Asintió.

—Así que eso te traía con mal humor estos días. —el mayor sonrío con alivio—. Creí que estábamos haciendo algo que te enojaba.

No se lo tomaron tan mal. Eso era bueno.

—Creo que iré darme una ducha, nos vemos luego. —el pelinegro se despidió y volvió a su adorada cama.

Quedándose dormido al instante. Su mente ya no tenía tantos secretos y podía dormir en paz. En realidad él no sabía lo que la empresa traía entre sus manos...

...

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