CAPITULO XXXIV: "LECCIÓN 1: LIMPIEZA"

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-Te vez fatal Ana-

-No hace falta que me lo digas, si me vi en el espejo esta mañana-

-Si me dejaras maquillarte solo un...-

-No es necesario Gisela, tengo clases. No olvides lo que te solicite por favor-

-Esta bien, te tengo todo antes de salir, nos vemos en el campo-

-Perfecto, eres la mejor- beso su mejilla y me despido.

Salgo por el pasillo en dirección a las aulas del tercer piso, antes de mis clases debo de encontrar al cretino de Francisco para entregarle sus cosas. Después de eso debo entrar a clase y seguir con mi miserable vida.

-Hola preciosa, tienes mi encargo -Saco las cosas de mi mochila y se las entrego -Espero que esta vez si te esforzaras -Lo miro con cara de fastidio.

-Crees que estas ojeras son por que me gusta parecer mapache pedazo de idiota –

-Cuidado con esa boquita Ana -Da un paso hasta mí que me intimida y yo retrocedo por instinto -El trabajo debió de ser duro -Pasa su mano por mi rostro alejando algunos mechones de mi cabello -Debería hacer que te distraigas solo un poco- se inclina levemente, su respiración golpea muy cerca de mis labios y lo veo sonreír -¡Carajo! -se lleva las manos a su pate más sensible.

-Me vuelves a poner una mano encima y no solo tus diminutas bolas sufrirán. ¡Entendido! –

-Eres... Me las vas a pagar Ana –

-Claro, solo que quien saldrá perdiendo serás tu. Si me tocas o te atreves a hacer algo contra mí, te costara muy caro, ¿entendiste? –

-Solo eres una zorra, despreciable –

-Y tu un imbécil. Te diré esto una vez y espero que lo comprendas, el que pierde en esto no seré yo. De ahora en adelante te haces tus trabajitos, has perdido a la estúpida que te "ayudaba" -Salgo del pasillo y bajo casi corriendo las escaleras golpeando con alguien – Lo siento -Digo sin percatare de con quien he chocado en ese momento y continuo, llegare tarde mi clase por ese idiota.

Mi madre decía que es sano deshacerse de las cosas que ya no nos son necesarias, creo que es hora de sacar la basura y hacerme de cosas nuevas, claro hablando en un sentido figurativo.

Todas las clases fuero de lo mas normal, me mantuve atrás por si debía dormir. Este fin de semana fue nefasto.

-Ana-

-Si-

-Te llama el jefe-

-No se cansa de joderme la existencia, te ha dicho que quiere-

-Claro... A demás me a revelado sus mas oscuros sentimientos. Quien te crees que soy niña...-

-Su ramera particular- le digo con burla y el golpe llega seco a mi cara.

-No te quieras pasar de lista conmigo Amatista, será mejor que vayas o te arrastrare de ese cabello que te cargas- se da media vuelta y se larga.

-Perra- murmuro con los dientes apretados

Al subir a la oficina, no tengo idea de que es lo que quiere, las ultimas semanas me ha dejado tranquila a de estar conforme con mi rendimiento en este estúpido trabajo. Que yo sepa no ha habido quejas por parte de los clientes, en ocasiones siento que me aterra el hecho de que me llame y cambie las condiciones de mi contrato a su placer.

-Mi hermosa gema- dice al verme ingresar,

-¿Me has mandado llamar?-

-Si preciosa, siéntate- eso hago, traigo el diminuto traje que se me ha pedido vestir esta noche. -Has dejado de caer un poco tu trabajo –

-¿A que se refiere? –

-Digo que hay muchos clientes que han solicitado tu compañía. Me gustaría que habláramos sobre tu contrato –

-Sabes perfectamente que, entre aquí para cubrir mi deudo, no por la maldita necesidad de acostarme con los cerdos de tus amigos, no habrá cambios. Hare más, bailare más, pero nunca... escúchame. Nunca les hare compañía solo para que ganes mas a mi costa -Su semblante era tranquilo, solo me observaba.

-Solo digo que lo pienses, si ganas mas como acompañante puedes terminar tu deuda antes –

-¿Y eso no seria contraproducente para ti? -Se encoge de hombros para restarle importancia al hecho de que tengo razón. -Eso era lo que quería hablar conmigo, mi turno casi toca –

-Solo piénsalo, saldré de la ciudad unas semanas. Jeremy se hará cargo del lugar en mi ausencia -¡Demonios! Con ese gordo desgraciado no podre hacer lo que me venga en gana.

-¡Ana!¡Ana! -La voz de mi amiga me saca de mis pensamientos -Demonios Ana, creí que ya estabas muerta por tantos desvelos y mal pasadas -Me tallo los ojos quitando los estragos del cansancio que me vencen.

-Estoy bien, solo quería descansar un momento, eso es todo. ¿Tienes lo que te pedí? –

-La pregunta ofende -Sonrió ampliamente ante la afirmación de mi querida amiga.

TRAS LA MASCARA. (2° DE SAGA ATRACCIONES PELIGROSAS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora