CAPITULO XXXI: "QUE COMIENCE EL SHOW"

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HOLA A TODOS MIS LECTORES, YA SE QUE HE DICHO ESTO MILES DE VECES... DISCULPEN LA DEMORA.

COMO COMPENSACION HE PRESPARADO UN MARATON DE TRES CAPITULOS, SE PUEBLICARAN EN EL TRANSCURSO DEL DÍA.

SE QUE NO ES MUCHO, PERO YA ANDAMOS SERCA DE LAS PARTES INTERESANTES.

BESOS.

*****

-Lista Princesa- dice con saña Perla, al estar cepillando mi cabello.- Hoy es tu gran debut, deberías de estar honrada- la observo detenidamente a través del espejo y tuerzo una sonrisa- Termina de alistarte, sales en 15 min- dice terminando de arreglar mi cabello.

Respiro profundamente, la imagen ante mi es lo que no quería ver nunca, no quería llegar a este punto, no quería estar atada a él. Me coloco los lentes de contacto y delineo mis ojos, pinto mis labios del rojo fuego que se me ha solicitado.

Lista.

Al caminar por el pasillo que lleva al escenario, las chicas anteriores han bajado entre risas y platicas animadas, yo solo quiero que esto termine lo antes posible. Escucho la voz del presentador anunciando mi entrada.

-Esta noche algo especial, algo nuevo la nueva joya del lugar Amatista- las luces se apagan y entro.

La música suena y en cuanto el reflector esta sobre mí, comienzo el baile de forma seductora, Rosa me enseño que a los clientes les gusta el misterio, y si no manejo expresiones será más interesante para ellos y regresaran de manera recurrente. Solo los observo, no sonrió y me muevo con delicadeza al ritmo de la música, dejando que por lo menos eso me desconecte. Bailar siempre me ha llenado de vida y placer, pero en este momento en lugar de disfrutarlo, ciento un gran peso en mi cuerpo, como si nada dentro de mí respondiera. La música debe darme emoción, pero siento que solo soy un maldito títere. Puedo ver a Sebastián observando desde su cabina en el segundo piso, no puedo entender, no quiero seguir. Los aplausos y silbidos hacen eco en mis oídos junto con la música, los hombre se acercan hasta mi, pero las chicas hacen su trabajo, tratar de controlarlos y que no me toquen. Doy un solo giro y siento como me agarran el trasero, giro a ver quién fue el atrevido y un hombre de avanzada edad sonríe, me hace señas a que me acerque y solo giro a ver a Sebastián quien sonríe y por su mirada, me dice que complazca al cliente; pero mi odio a esto, a este lugar es mas grande. Doy unos pasos al son de la música y con el tacón le piso la mano que tiene sobre el escenario.

-Lo lamento- me inclino con una delicada sonrisa, tomo su corbata y lo acerco más- y si me vuelves a tocar, lo próximo que pisare serán tus bolas, entendiste- lo suelto con una sonrisa en el rostro y retomo mi acto.

Todo ha terminado, solo por hoy. El primer día del resto de mi vida. Quien diría que después de celebrar en casa mi cumpleaños con la gente que me aprecia y me considera su familia, estaría aquí. Solo hace unas horas me di el privilegio de olvidar lo que me deparaba el destino que yo misma me forcé a seguir. Ciertamente Gisela tenía razón: No dejes de pelea y disfruta este día, aun cuando creas que es el último. Gisela y su palabrería poética.

Me topo por el pasillo de regreso a Rosa, mi maestra en este lugar.

-Te quiere en su oficina- dice con desdén y yo solo ruedo los ojos, dando a entender el evidente fastidio que me provoca la petición.

-¿Qué nunca se cansa de joderme?-

-Debes hacer caso- respingo y me encamino hasta ese lugar que odio desde aquel horrible acontecimiento.

Al entrar a la oficina lo veo sentado en su silla, sintiéndose amo y señor de todo, de todos. Una sonrisa frívola surca sus labios y eso me molesta.

TRAS LA MASCARA. (2° DE SAGA ATRACCIONES PELIGROSAS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora