CAPITULO XXXVI: "LECCIÓN 4: ELECCIÓN"

8 0 0
                                    

HOLA MIS QUERIDOS NOGTAMULOS, MUCHO TIEMPO PERDIDA, PERO ANDO QUERIENDO TERMINAR ESTA HISTORIA Y TERMINAR LAS QUE YA TENGO EN PREMISA. AUN LE FALTA MUCHO, POR LO QUE LES PIDO PACIENCIA A MIS QUERIDOS AMANTES DE LOS INSANO.


*****   ****   ****   ****


Solo habían pasado unas semanas desde que discutí con mi padre, me fui unos días con Gisela, quien seguía insistiendo que arreglara la situación con él. Pero me negaba ha hacerlo. Pero, no obstante, tenía en mente a otra persona, una que no me podía creer que lastime sin sentido alguno.

Era domingo y sabía que aquí estarían, los dos siembre pasaban un tiempo juntos, en familia. Toque el timbre de la casa y el eco del tono característico se escucho de fondo en el interior, después de unos segundos escuche la voz de ella y al verla abrir la puerta estaba tan sorprendida de verme ahí, parada ante su puerta.

-Anna. Cariño, que gusto verte -Me abraza fuertemente.

-Lo mismo digo tía, espero no este importunando su tarde romántica -Le giño un ojo, en son de complicidad.

-Para nada mi niña, siempre serás bienvenida. Tu tío salió por unas cosas, ¿Qué quedas a comer? –

-Claro... si... -

-Mi niña, siempre serás bienvenida y lo sabes. Esta algo sensible por lo ocurrido, pero se que estas pasando por un mal momento. –

-He de entender que no soy la única. Se que mi tío tiene muchas cosas que hacer y pues se siente responsable por mi. Le agradezco tantas cosas y me comporte... -Me interrumpe, tomando mis manos y mirándome con aquellos ojos castaños y dulces que tiene.

-Anastasia, eres una chica muy fuerte, nadie ha pasado por lo que tu y mírate... sigues adelante a pesar de todo –

"Si supieras tía, si solo supieras lo que tu pequeña hace cada noche" Pienso para mis adentro, sintiéndome peor de cuando entre.

-Catherine, ya estoy en casa –

-Que bien cariño -Grita la aludida después de escuchar la voz de su amado esposo. -Tenemos visitas Eduardo -Se levanto a aludida a recibirlo.

-¿Visitas? -Escuche que pregunto algo contrariado, cuando lo veo entrar a la sala y sus ojos se fijan en mí, agacho la cabeza -Ya veo. Hola Anna, ¿Cómo te encuentras? –

-Mucho mejor tío. Gracias por preguntar –

-¿Te quedaras a comer? -Dice colocando su saco en el perchero.

-Tía Cathy ya me extendió la invitación. Espero no te moleste –

-¿Molestarme? Anna, somos familia -Sonrió con pesar y asiento. -Aquí esta lo que me pediste Catherine, espero este todo -Le entrega la bolsa con las compras que realizo y su mirada tiene ese brillo único al ver a la mujer que tanto ama.

-Gracias cariño, no se que seria mi pastel de limón sin ti -Le dio un delicado beso en la comisura de los labios y la vi cómo se dirigía hasta la cocina, dejándome en aparente soledad con mi tío. Me sentía incomoda y sé que él podía notarlo.

-Tía puedo ayudarte -Grite y corría hasta la cocina por la puerta lateral de la sala, solo con el fin de evitar la mirada inquisitiva del hombre aun parado en el umbral de la sala.

Tía Cathy y yo nos la pasamos en la cocina, hablando de todo un poco. Me preguntaba muchas cosas muy personales y en ocasiones le contestaba con mi habitual sarcasmo que la hacia reír. Terminamos de preparar todo y colocamos la mesa, tío Eduardo había desaparecido un momento alegando que tenia algunos asuntos en su pequeño despacho, pero apareció en cuanto se percibió el olor de la comida impregnando todo el lugar.

TRAS LA MASCARA. (2° DE SAGA ATRACCIONES PELIGROSAS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora