CAPITULO III: "RELACIONES ROMANTICAS"

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El verano de mis dieciséis fue fabuloso, Erik había logrado cautivarme, por lo que accedi a ser su novia. Una tarde nos encontrabamos en la sala de su casa.

-¿Y qué haremos?- me pregunta mientras leo uno de mis libros.

-No lo sé, tú decide-

-¿Por qué son así las chicas?-

-Porque nos gusta que nos sorprendan y si lo arruinan todo se va al caño- lo veo expectante ante su expresión.

-No seas tan negativa- me rodea por la cintura- deja ese libro y ayúdame a entender lo que quieres- me susurra al oído.

Comienza a dar pequeños besos en la mejilla, deslizándose por mi cuello, donde lo saborea, la sensación es embriagante, mi respiración se agita y la de él también. Un estruendo en la entrada nos saca de nuestro transe.

-Ya llegue Erik- grita una voz ronca y potente- ¡ah! veo que tienes visitas, Anastasia buenas tardes-

-Buenas tardes Señor Robinson-

-Llegas antes-

-Mi última reunión se canceló. ¿Qué hacen aquí solos?-

-Invite a Ana a ver películas, pero esta mas embelesada por tus libros-

-También tratamos de ver que hacer durante las vacaciones- me incorporo en mi lectura.

-¡Oh! ya veo. Y por qué no van a la playa o la pueden pasar en la piscina- sugiere

Trato de no ver al Señor Robinson, su presencia alborota algo en mí que no entiendo, es muy extraño.

-A la playa, es muy lejos- espeto con brusquedad, dejando el libro sobre la mesa de centro.

-Entonces podemos usar la piscina- dirijo mi vista a la enorme puerta francesa que da al patio y me encojo de hombros. –¿A que le temes?- la verdad no sé nadar, pero no pienso revelarlo.

-No es nada, pero solo tú y yo será aburrido-

-Inviten a sus amigos- dice su padre.

-Si, puedo decirle a los chicos del equipo y tú a tus amigas-

-Espero que los del equipo no destrocen su casa Señor Robinson. Me tengo que ir Erik-

-Te llevo- toma sus llaves y me encamina a la salida.

-Hasta luego Señor Robinson-

-Hasta luego Ana- el que como lo dijo provoco que mi piel se erice.

Erik conduce de camino a mi casa, es muy precavido y responsable, creo que es demasiado bueno. Aparca frente a mí ya deteriorada vivienda.

-Entonces nos vemos mañana- acomoda un mechón de cabello suelto de mi enorme melena.

-Claro- nuestros labios se juntan, pero la sensación dulce de Erik no provoca nada en mi ser, hasta el punto de ebullición.

Sus labios son suaves y dulces, no me puedo quejar besa muy bien, con su mano sujeta suavemente mi mejilla, tratando de mantener el ritmo.

-Nos vemos mañana entonces- me dice en cuanto bajo del carro.

Me dirijo a mi casa, esa pocilga de paredes desteñidas y sin vida, es pequeña, a comparación de la de Erik. Al entrar está el pasillo que da a la sala, lugar de encuentro familiar, a su izquierda el comedor y la cocina en su conjunto, una pequeña puerta que da un patio trasero estrecho y lleno de maleza, las escaleras al segundo piso están a un lado de la entrada y una pequeña puerta con el baño para visitas.

-Ya llegue- aviso con poco entusiasmo - ¿Que no hay nadie en esta casa?- espeto al no escuchar respuesta.

-En la cocina- dice una dulce voz, me encamino en dirección para encontrarme con la cabellera de mi madre, larga y castaña, sus ojos color miel se posan sobre mí y sonríe ampliamente al verme- ¿Cómo te fue con Erik?-

-Bien, vimos películas-

-Muy bien, me gustaría que un día lo invitaras- ni muerta dejo que entre a esta choza- claro, algún día, estaré en mi cuarto- subo las escaleras a grandes zancadas.

-Ya casi esta la comida- grita mi madre- lávate antes de bajar-

-Ok-

Entro en mi habitación, el cual solo consiste en mi cama tamaño individual, una cómoda, un pequeño buró que tiene mi despertados y una lámpara, un escritorio, pero lo que más me gusta es mi biblioteca; una estantería vieja y decadente, pero sirve para mantenerlos en orden. Mi madre procura comprar uno cada que puede, ella trae lo primero que encuentra, por eso leo de todo un poco.

Bajo para comer, mi padre ha llegado de su trabajo y mi hermano, bueno él solo ha llegado.

-Hey pulga, mama dice que pongas la mesa-

-Y no lo pudiste hacer tú-

-Estoy ocupado-

-Claro, el gran trabajo del siglo, cambiar los canales de ese parata-

-Hey puede llegar a ser un deporte nacional-

-Ni en tus sueños- me encamino a la cocina.

Preparo la mesa, como es habitual. Mamá me pide colocar la comida en su lugar y que llame a papá.

-¡Papá!- toco la puerta

-Si Princesa-

-Ya está la com...- veo la cara de mi padre desencajada- ¿pasa algo?-

-No, no es nada Princesa, hay que bajar a comer. ¿Qué preparo ahora tu madre?-

-Tallarines con algo de carne-

-Suena delicioso- trata de ocultar su melancolía.

Ya en la mesa los tres, el silencio es denso. Mi padre solo juega con la comida y no dice palabra alguna. Mi madre lo observa intrigada.

-¿Pasa algo?- dice con voz suave

-No es nada. Cosas el trabajo- sonríe gélidamente

-Y esas cosas son las que no dejan que te alimentes como es debido- dice en un tono áspero.

Esto es denso, mi hermano y yo solo nos dirigimos miradas, con el afán de comunicarnos telequineticamente.

-Termine- decimos a unisón y nos levantamos, con nuestros platos.

Mi hermano y yo subimos al segundo piso, sabemos lo que sigue una discusión por saber la verdad. Papa es muy reservado y no le gusta preocupar a mama, pero ella sabe perfectamente cuando mentimos, cualquiera de los tres. Recuerdo una ocasión a los doce que rompí su jarrón favorito, lo oculte y trate de deshacerme de la evidencia, fue inútil en cuestión de minutos encontró al difunto y me culpo sin prueba alguna, aunque las marcas de mi zapato con tierra eran muy evidentes, esa vez me castigo por todo un mes.

-¿Cuándo pensabas decírmelo?- se escucha un grito femenino.

-Cálmate, te van a oír- dice mi padre más calmado.

-Cómo quieres que me calme, si has perdido tu empleo. ¿Ahora qué haremos?-

-Tranquila, ya veré como me las arreglo. No te preocupes- y ahí está la reconciliación.

Mi padre abraza a mamá y se dan un dulce beso en los labios. Es tan tierno e intrigante ¿Su relación puede ser mas fuerte que esto? La verdad no lo podria afirmar.

TRAS LA MASCARA. (2° DE SAGA ATRACCIONES PELIGROSAS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora