17 | Decisiones

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Mirando a su alrededor, Adam soltó el aire que estaba conteniendo, no quería estar en ese lugar, pero no podía hacer nada al respecto más que permanecer al lado de Grecia para enfrentar el pasado.

Las rejas mecánicas se abrieron de par en par y una oficial salió al encuentro de ellos, luciendo un semblante frío y autoritario.

—¿Adam y Grecia Taylor? —preguntó, ambos asintieron—. Soy la oficial Lawrence, síganme por favor.

El estrecho pasillo estaba construido de paredes realmente muy gruesas, con cámaras de seguridad en cada rincón, todo era gris y negro, no había nada que lo hiciera lucir como un lugar cálido.

—Por aquí —señaló la oficial, doblando hacia la derecha.

Una puerta de herrería doble, se abrió después de que la oficial Lawrence deslizara una tarjeta por la ranura.

—Tomen asiento —dijo—, debajo de la mesa hay un botón de seguridad, si las cosas se salen de control, no duden en oprimirlo, aunque también debo decirles que habrá dos oficiales custodiando la habitación.

—Gracias —murmuraron al unísono.

El ruido de engranajes moviéndose y cediendo, hicieron que ambos miraran hacia el otro extremo, dónde una reja fue abierta y el rostro bañado de sorpresa, incredulidad y asombro de Lauren Roth, los saludó.

¿Qué mierdas es esto? —inquirió, mirando a Adam con los ojos abiertos de par en par.

—¿Sorprendida? —espetó él, mirándola fijamente, sin intentar ocultar su furia.

—Tú deberías estar muerto —murmuró en respuesta—. No deberías estar aquí, con ella —los fríos ojos de Lauren se movieron a Grecia, mientras la oficial la esposaba al tubo de la mesa.

Adam dio un paso hacia ella en cuanto las oficiales se marcharon.

—Es mi esposa, ¿lo olvidas?

Lauren entornó los ojos y soltó un bufido. —Es difícil olvidar que me cambiaste por esta ballena con piernas de foca.

Ni Adam ni Grecia dijeron una sola palabra, estaban frente a Lauren Roth por una simple y poderosa razón y solo eso importaba, darse prisa y terminar con todo de una sola vez.

Me jodiste, Lauren —espetó Adam—. Debería odiarte, pero es todo lo contrario, no puedo hacerlo —dijo, causando la mirada de desconcierto en la mujer—. No te odio por una razón, y esa es que, gracias a tu engaño, conocí a Grecia, mi esposa, la mujer que logró ganarse mi corazón cuando tú me dejaste roto, ella me enseñó a perdonar, no serviría de nada tenerte rencor porque entonces, no podría ser feliz, y ahora, después de lo que intentaste hacer, soy nuevamente feliz.

—Disfrútalo mientras puedas —escupió, con obvia molestia.

—Lauren, ya no hay nada que puedas hacer para terminar con nuestro amor, incluso, sabes bien que a pesar de haber creído que Adam estaba muerto, lo nuestro seguía siendo tan fuerte y tan poderoso —dijo Grecia, mirando fijamente a Roth—. Nuestro amor es más fuerte que cualquier cosa que intentes hacer para separarnos.

—Si están tan seguros, ¿qué carajos están haciendo aquí?

—Se reabrirá el juicio en tu contra —informó Adam.

Los ojos de Lauren parpadearon, con la sorpresa puesta en ellos.

—Adam está vivo, así que... los cargos en tu contra han cambiado —habló Grecia.

—Están diciéndome que, ¿podría quedar en libertad?

Soltando una exhalación, ambos asintieron.

Ground And Pound© |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora