Capitulo 7:"Secreto"

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Los ruidos de pisadas rápidas resonaron por el estrecho pasillo, junto con llamados de desesperación. El poderoso mago, preocupado por la salud de su alumna llega finalmente a su destino.

Distingue a su nuevo estudiante.

- ¡Hasani! -lo llamo. Este al escuchar la voz de su maestro se levantó rápidamente de su silla de madera en la cual estaba sentado.- ¡En los nombres de los dioses! ¡¿Que pasó?!

- Primero cálmese maestro -pidio nervioso. Isis solamente se cruzó de brazos observando al rubio.- Estaba hablando tranquilamente con Mana, y había comentado que se sentía mal -se explicó.- Ante esto, le traje un vaso de agua, y ¡de repente colapso! Intente despertarla, pero no pude... Avise a las curanderas y a los guardias...

- ¡Como que colapso! -repitió con ironía Mahad. Estaba muy preocupado por su alumna.

- Ya, así no llegaremos nada -Isis se puso entre medio de los dos.- Hasani ya te a explicado. No pudo hacer nada -suspiro.- Iré a ver a Maba -aviso abriendo la puerta y entrando.

- ¡No puede colapsar de la nada! -le gritó Mahad.- ¡Ella a estado de lo más bien en todo el día!

- P-pero no se que decirle maestro -lo intento calmar.- Se puso así. A lo mejor le a agarrado algún resfriado. No se...

- ¡MANA! -se escuchó el grito del Faraón por todo el palacio. El rapidamente se acercó al mago y a su alumno.- ¡¿Como está Mana?!

- Aún no lo sabemos Faraón -Mahad se había calmado.- La están atendiendo. Parece que colapsó de un momento a otro...

- ¿Como qué colapso de la nada? -fruncio el ceño. Miro al rubio. Oh, sí el tenia algo que ver en esto, no dudaría a mandarlo a decapitar.- ¿Que sabes? ¡¿Que le hiciste a Mana?!

- F-Faraón, le juro por los dioses que no tengo nada que ver.

- ¡No te creo! -los guardias miraban con curiosidad y asombro la escena. Era la primera vez que veían al Faraón de esa forma.- ¡Habla de una maldita vez!

- Faraón -la puerta de abrio, mostrando a Isis. Sabia que era una osadía interrumpirlo, pero era necesario.- Mana ya despertó.

- ¿En serio? -preguntaron al mismo tiempo. Ella asintió. Un suspiro de alivio salió de ellos. Principalmente de Atem.

Ante esto, entraron, encontrando a Mana en la cama con una tela blanca mojada en su frente y una copa con vino en la pequeña mesita. Ella parecía como si estuviera meditando algo. Estaba pálida.

- ¡Mana! -su maestro se acercó rápidamente a ella y la agarró de la mano.- ¿Estas bien?

Ante el toque Mana se tensó, pero luego se relajó. Sintio algo raro.- ¡Maestro! -su sonrisa volvió.- No se preocupe, estoy de lo más bien.

- Nos diste un susto alumna tonta -le pegó levemente la cabeza.

- Mana -ella miró a Atem.- ¿Estas bien? -le acarició la mejilla preocupado. El lugar quedó en silencio al ver ese tacto tan íntimo.

- Faraón -sonrio con calidez al verlo.- ¡Faraon! -lo abrazo con imprudencia. Ante esto, el solo sonrió y aceptó el abrazo con fuerza. Realmente se había asustado de que algo malo, o grave le haya sucedido.

- Que suerte que te encuentre bien -admitio.

- Hasani -dijo cuando se separó del abrazo con Atem. Le sonrió de una manera. Esa sonrisa...

Incomodo a Atem.

- Es una suerte que estés bien -suspiró relajado. No se atrevía a acercarse por la mirada de Atem. Esa mirada decía todo.

- La verdad que si -se agarró la cabeza.- Es que me empeze a sentir mal. De seguro algún bicho me picó o algo así.

- De seguro si -Isis habló.- Te agarró fiebre. Pero igual no quita el hecho que tienes que descansar -Mana hizo una mueca.

- ¡Pero no puedo estar todo el día acá encerrada!

- Noche Mana, noche.

- Bueno, ¡Toda la noche!

- Tienes que dormir.

- P-pero maestro.

- No, y no sigas insistiendo -le dijo sin más.- Si intentas escapar me encargaré de darte más de diez papiros para leer -ella tan solo rezongó.

- Esta bien, maestro -se cruzó de brazos ofendida. Mahad salió, y dio saco todo el aire que había retenido por la preocupación. Al menos seguía siendo la de antes.

Atem la agarro de la mano.- Mana, descansa. Y hablo en serio -le pidió.

Asintio.- No se preocupes Faraón -le sonrió para que se deje de preocupar. El solo asintio y antes de salir le hizo una mirada de advertencia a Hasani. Era increíble el desprecio que por alguna extraña razón sentía hacia el.

- "Vamos, ódiame" -penso Hasani sonriendo. Mana lo miraba con curiosidad. El se acercó.- Por favor descansa -le hablo amablemente. Asintio la joven sin más.- Dejare esto como muestra que Ra te protegerá -dejo una flor de loto en la mesa.

Al salir, Mahad lo estaba esperando con Isis.

- Al parecer no tuviste nada de ver -dijo Mahad relajando los hombros.- Así que te pido una disculpa de mi parte -pidio. El Moreno asintió.- Solo te diré que espero que no tengas nada en nuestras contra -lo amenazo.

Antes de cerrar los ojos, escuchó un susurro. Se incorporó y miró la habitación con curiosidad.

"Cuentame tu secreto"

- ¿Eh? -Mana se estaba confundiendo cada vez más. Por alguna razón no se sintió intimidada.

"Ven, cuéntame tu secreto"

Era una voz femenina. Fruncio el ceño. ¿Que secreto? Al escuchar nuevamente, se dio cuenta que la voz venía directamente al lado de ella.

Sin saber del porqué, agarró la flor de loto y la observó.

"Vamos, cuéntamelo. Prometo guardar tu secreto"

Los ojos de Mana se opacaron. Acerco sus labios a la flor y empezó a susurrar.

"El secreto del Loto Azul" Yu-Gi-Oh (AtemxMana)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora