(Y/N) se levantó temprano aquella mañana y se preparó para el viaje que emprendería hasta la montaña en donde se llevaría a cabo la selección final. Entre las varias cosas que tomó se encontraba aquel haori que guardaba aquella máscara y la espada rota que colgó cuidadosamente detrás de su espalda mientras que el sacerdote del templo le había entregado un sombrero de paja para que lo usara durante su viaje así como el abanico que ella usaba para su práctica y una pequeña wakizashi.
Únicamente con esas pocas cosas, (Y/N) descendió del templo y comienza finalmente su viaje para finalmente volverse una cazadora de demonios y poder cumplir con el objetivo que se había propuesto pero mientras más se alejaba del templo y más se acercaba a su destino, aquella motivación que tenía lentamente se iba desvaneciendo.
Ella sabía que ayer en la noche le había dicho a Gentouka que estaría bien y que haría su mejor esfuerzo para pasar la prueba pero ahora mismo era cuando se daba cuenta de que era mucho más fácil decirlo que hacerlo. En varias ocasiones intentó darse la vuelta y regresar al templo pero había algo que simplemente la forzó a seguir su camino.
Mientras ella continuaba caminando por aquellos tranquilos senderos, no pudo evitar recordar todo el tiempo que había pasado junto a ellos. A pesar de que casi la mayoría de los días se encontraban entrenando para perfeccionar sus técnicas con la espada y poder derrotar a los demonios que les habían arrebatado a su familia, (Y/N) realmente era feliz de poder tener nuevamente a alguien a quien considerar como familia.
En ese tiempo ella sentía que mientras ellos se quedaran a su lado, ella sería capaz de superar cualquier dificultad... y fue ese mismo pensamiento lo que la llevó a su estado actual. Ella siempre creyó que mientras los tres permanecieran juntos no existía ninguna dificultad que no pudiesen superar; y debido a que ella confiaba ciegamente en ellos fue que el sentimiento de pérdida fue mucho más duro para ella.
Al darse cuenta dela dirección a la que estaban llegando sus pensamientos, (Y/N) sacude su cabeza intentando alejar aquella negatividad. Aprieta fuertemente aquel haori que llevaba colgado en la espalda y una sonrisa aparece en sus labios al mismo tiempo que una extraña duda tomaba posesión de sus pensamientos.
Aquella noche ella podía recordar claramente que cuando él usó toda su fuerza para empujarla lejos del demonio y ordenarle que escapara, ella no llevaba nada en sus manos. Su espada, su máscara, esos objetos se habían caído en el camino cuando el demonio repentinamente los atacó.
Al no tener tiempo de reaccionar ni mucho menos para descansar o pensar, ¿Cómo es que ella terminó con el haori, con aquella máscara y esa espada rota? ¿Qué fue lo que realmente ocurrió cuando ella decidió hacer caso omiso a sus palabras y volver al lugar en un desesperado intento de ayudarle?
(Y/N) lograba recordar perfectamente el momento en que él fue devorado por el demonio frente a sus propios ojos, también recordaba aquella corta pelea que tuvo contra el demonio en donde terminó recibiendo varias heridas que provocaron que ella perdiera la consciencia y después de eso, ella despertó en la casa de su maestro y al lado de ella aquel haori perfectamente doblado con la espada y la máscara encima.
Después de que ella se desmayara, ¿Quién fue el que la salvó de una muerte segura y porqué razón también salvó aquellos objetos? Sin darse cuenta del tiempo ni de la distancia que ella había recorrido desde entonces, la chica logra percibir en la distancia el inconfundible olor de las glicinas lo que provoca que ella se detenga abruptamente para levantar su mirada. Aquella montaña con árboles de glicina plantados alrededor de ella... la misma montaña en donde lo había perdido todo... Finalmente había llegado el momento que lo decidiría todo.
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Lazos Rotos (Kimetsu no Yaiba x lectora)
FanfictionUna promesa olvidada en el tiempo, una triste pérdida, un corazón roto, y un flujo de tiempo que parece correr demasiado rápido. (Y/N) no recuerda casi nada de su infancia antes de conocer al maestro que la entrenó para llegar a ser una cazadora de...