4. Tiempo Irrelevante

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Gentouka se encontraba sentado frente a la habitación del joven que había traído Haruyuki previamente a la montaña mientras observaba desinteresadamente la rutina que este joven hacía todas las mañanas. Desde hacía ya varias semanas, el joven ya se encontraba mucho mejor que cuando había llegado y su actitud con los que vivían en la mansión principal lentamente comenzó a cambiar.

Ya era un poco más fácil para él dirigirse a los gemelos pero sin importar las muchas veces que ellos le dijeran que dejara de llamarles por su apellido, este joven simplemente se rehusaba a hacerlo. La habilidad de este joven con la espada había mejorado considerablemente al entrenar diariamente contra Haruaki tanto que Haruyuki consideró que ya estaba listo para aprender uno de los Kagura que habían pertenecido a su familia durante generaciones.

Aquella mañana, mientras el joven practicaba los movimientos que Haruyuki le había enseñado, un curioso visitante llegó al lugar y se detuvo en la rama de uno de los árboles que se encontraban alrededor. Esa persona se sentó despreocupadamente mientras observaba con atención los movimientos del joven.

—Realmente ha mejorado mucho desde que llegó... —comentó.

El joven se detuvo tras escuchar una voz que no parecía reconocer y levantó su cabeza en dirección a aquella persona. Este vestía un sokutai blanco con leves patrones azules en las mangas y hombros, un hakama negro junto a unos tabi blancos y un par de getas negras. En su cintura una flauta de bambú colgaba amarrada de su cinturón, sostenía un abanico Uchiwa de color azul  mientras que sobre sus piernas descansaba una pequeña pero larga caja de madera. El cabello de esta persona era corto y de un rubio claro pero su rostro se encontraba oculto detrás de una máscara roja de demonio pero lo peculiar de esta persona eran aquellas grandes alas negras que sobresalían detrás de su espalda.

Al notar que el joven le miraba con cierta desconfianza, aquella persona se levantó de la rama del árbol y saltó de él para volar hasta donde se encontraba Gentouka sentado y se agachó levemente para entregarle aquella caja de madera.

—Sin importar cuanto lo intenté, fue imposible arreglar esa espada rota que me entregaste. Al final simplemente no me quedó otra opción más que volver a forjar una nueva hoja pero conservé el diseño original de la katana para que no hubiera problema alguno... —comentó esa persona mientras dejaba salir un gran suspiro.

—Realmente te lo agradezco, Ootengu...

—Como sea, me retiro... —el Tengu hizo una reverencia frente a Gentouka antes de abrir sus alas y abandonar el lugar.

El joven simplemente se quedó callado mientras veía todo aquello y cuando el Tengu se marchó del lugar, se acercó a Gentouka. El albino se levantó de su lugar y tomó la caja de madera para entregársela al joven.

—Tan pronto aprendas el Kagura que Haruyuki te está enseñando, vas a necesitar esto para poder alcanzar a (Y/N) en su viaje... —fueron sus palabras antes de que abandonara la habitación y dejara completamente solo al joven.

El joven volvió a dejar la caja sobre la madera para abrirla con cuidado. Dentro, una katana con empuñadura blanca y vaina de color negro se encontraba reposando sobre un colorido kimono que había sido doblado cuidadosamente para que cubriera el arma. Tomó la katana entre sus manos y la desenfundó para mirar atentamente aquella hoja la cual lentamente comenzó a adoptar un color azul el cual le trajo muchos recuerdos de su pasado.

—Esta vez prometo que enmendaré todos mis errores... —juró con total seriedad antes de volver a enfundar la katana.

・・・

Debido a que la ubicación de la misión a la que tenía que ir Rengoku quedaba algo lejos, ambos viajaron tan rápido como pudieron mientras que de paso se encargaban de varios demonios que se encontraban durante su trayecto. Durante ese tiempo, (Y/N) pareció encariñarse mucho con Rengoku tanto que en cierto punto ella pasó de llamarle Rengoku-san a simplemente decirle Kyo-chan; a Rengoku no pareció importarle el repentino cambio.

Lazos Rotos (Kimetsu no Yaiba x lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora